martes, 6 de febrero de 2018

Tillerson en América Latina ¿Diplomacia petrolera?

América Latina, ha sido un continente olvidado por el Gobierno de Trump para desesperación de los analistas internacionales “políticamente correctos”. En estos días sin embargo, es el destino de Tilleron, el Secretario de Estado de EEUU. Una coincidencia curiosa: Tillerson sobrevuela las tierras venezolanas al momento de la explosión petrolera en su país y de la caída hasta ahora sin freno, de la producción de Venezuela

¿Será sincero el interés de Tillerson por la suerte de la democracia venezolana tan vapuleada por los gobierno chavistas? Estados Unidos ha mirado por años con despreocupación la suerte de la que hoy se llama República Bolivariana.

Las experiencias de este siglo XXI con las intervenciones “humanitarias” de Estados Unidos no dan para pensar en gestos filantrópicos de la que se llama a sí misma Nación Excepcional. Un breve recuento de ellas: Iraq vive convulsionado al igual que Afganistán (“la guerra más larga” como la llaman hoy los periodistas de Estados Unidos); Libia fue destruida y hoy es un remedo de país, Siria ha soportado seis años de guerra sangrienta y destructora; Ucrania está más empantanada que nunca con el virtual enfrentamiento con Rusia impulsado por la nunca bien ponderada Victoria Nuland, la jefa de las relaciones de Estados Unidos con Europa durante el Gobierno de Obama; Yemen se ha
convertido en un nuevo polvorín en el Medio Oriente. Nada positivo queda a la hora de un balance sereno de la filantropía norteamericana.

En nuestros días el destino depara sorpresas escalofriantes a los países en los que se detiene la “mirada excepcional” norteamericana. No están claras las razones tras las intervenciones de Estados Unidos; en realidad son un misterio profundo y tenebroso. ¿Quedan aún incautos que crean que se trata de salvaguardar los derechos humanos y la democracia, de proteger a la población civil inerme, o de destruir a movimientos estilo Estado Islámico que viven envueltos en una nebulosa (en la época de la información) ante los ojos atónitos (y ahora incrédulos) del mundo?


  • Las importaciones de petróleo venezolano en EEUU han disminuido gradualmente hasta llegar a un monto casi sin importancia. Representan solamente el 9% de las importaciones totales de petróleo que también han disminuido por el aumento considerable de la producción de EEUU.
  • A comienzos del siglo se situaban entre 1.2 y 1.3 MBD.


Hoy es el turno de Venezuela, la de los desvaríos políticos y económicos, ideológicamente en las antípodas de Estados Unidos. No tuvo empacho ni problemas en exportarle buena parte de su petróleo y Estados Unidos por su parte ni siquiera titubeó al emitir órdenes de compra por petróleo de los tiranuelos Chávez o Maduro. Claro, “business are business” y para Estados Unidos el petróleo de Venezuela era importante en años en que la producción propia se encontraba venida a menos (la mitad de la actual).

Súbito interés de Estados Unidos por problemas de larga data de la democracia venezolana

Tillerson ha venido a nuestro mundo latinoamericano pocos días después que se anunciara que la producción de petróleo de Estados Unidos ha superado los 10 millones de barriles diarios acercándose así a las producciones que históricamente han sido las mayores de ese país. Consecuencias de este hecho: 1) el petróleo venezolano que se consume en EEUU, deja de ser necesario y puede ser reemplazado por las nuevas producciones locales. 2) El difícil andamiaje sobre el que se ha construido el acuerdo de la OPEC para elevar los precio del petróleo, amenaza derrumbare por el repentino e inesperado aumento de la producción de EEUU.

Estados Unidos prácticamente ha duplicado su producción de petróleo a partir del 2012 y se ha puesto a la altura de los dos grandes, Arabia Saudita y Rusia. ¿Cómo ha sido posible esto sin un
colapso permanente del mercado petrolero en el que la demanda crece muy pausadamente?


  • El 2005 la producción de petróleo de Estados Unidos bajó a niveles de menos de un tercio del consumo. El petróleo se hizo entonces un producto estratégico. ¿Alguna sorpresa entonces con la invasión de Iraq? Estados Unidos necesitaba asegurar su abastecimiento para lo cual obviamente era mejor estar presente físicamente con fuerzas militares en el Medio Oriente que estar ausente y distante de la principal área productora de petróleo del mundo.


En primer lugar por la destrucción de Libia a manos de la OTAN, más precisamente por la intervención militar de Estados Unidos (así lo declaró con arrogancia el ex Presidente Obama al autor del reportaje La Doctrina Obama de “The Atlantic”), que casi hizo desaparecer la industria del petróleo en Libia, y que disminuyó la producción de este país entre 1 y 1,5 MBD. Por otro lado, por el caos venezolano (nada más conveniente para los intereses petroleros de EEUU que un gobierno como el de Maduro) que ha reducido la producción venezolana en cifras semejantes a las de Libia. De menor cuantía pero también suman, son los problemas de Nigeria en la que movimientos guerrilleros periódicamente atentan contra instalaciones de su industria petrolera (lo que se podría
llamar un mecanismo de ajuste de corto plazo para balancear desequilibrios entre oferta y demanda en el mercado global del petróleo). También ayudan en esta campaña para mantener a raya la producción mundial de petróleo los problemas causados por las guerras en Siria e Iraq.

Para cuadrar bien las cifras también la OPEC ha contribuido con disminuciones de producción, principalmente en Arabia Saudita a la que le va la vida si no logra sostener un precio relativamente alto del petróleo. Rusia que no es ajena a consideraciones parecidas a las de Arabia Saudita, ha contribuido por su parte con algún recorte a su producción habitual. Al fin de cuentas un 5% de menor producción en ambos países pasa desapercibido si el precio del petróleo sube cerca del 50%. (Así ha sido en los últimos meses)


  • La radiografía de la desgracia venezolana. La producción cayó para colmo de males, pocos meses después de la brutal caída del precio a fines del 2014.
  • El 2017 no marcó un cambio en la tendencia y la producción de petróleo de Venezuela continuó cayendo. Habría cerrado en 1.6 MBD. Así en dos años la extracción de petróleo se ha reducido a la mitad.


Pero el escenario del petróleo no estaría completo sin un control a largo plazo de las ofertas. En ese sentido “la conveniente” aparición del llamado Estado Islámico (¡qué nombre más hollywoodense!)
arruinó el futuro de las licitaciones petroleras de Iraq de las que el Gobierno de ese país esperaba ingenuamente un aumento ¡de 4 MBD a 13 MDB!, y que el gran estudioso del mercado petrolero, el
italiano Leonardo Mauggeri hizo llegar en su estudio del 2012 a solo 7 MBD porque “ …en ese país (Iraq) siempre pasan cosas”. Pero ni el Gobierno de Iraq ni el genial analista italiano acertaron: la
producción petrolera de Iraq todavía no supera los 4 MBD.

Y por supuesto el cuadro de largo plazo necesita que algo pase en Rusia para evitar lo que podría ser un desenfreno, casi una orgía, en las producciones petroleras de su vasto territorio (incluidos por
supuesto los mares en los que Rusia puede explotar petróleo). Y ya pasó. El Ángel de la Muerte en este caso se llama “SANCIONES” y prohíbe el traspaso de tecnología e inversiones y créditos
occidentales a la industria petrolera rusa. No. El petróleo ruso no verá un símil de las gigantescas inversiones occidentales en el desarrollo de los ferrocarriles rusos hace ya más de cien años: el
petróleo ruso está SANCIONADO.

Tillerson y su viaje por Latinoamérica

El Curriculum de Tillerson muestra que es una creatura del petróleo: ex Presidente y Director Ejecutivo de EXXON (¿La mayor petrolera de Occidente?) por diez años, hasta el 2016. Ingresó a ella recién salido de la Universidad en Texas, paraíso tradicional del petróleo de EEUU. Con estos antecedentes el problema de Venezuela le viene como anillo al dedo.

Según CNN Tillerson dijo recién en Argentina: “EEUU considera imponer sanciones petroleras a Venezuela” "Obviamente, imponer sanciones al petróleo, o en efecto prohibir que el petróleo sea vendido en Estados Unidos, o que Estados Unidos venda y provea petróleo desde Venezuela o productos refinados, es algo que seguimos considerando”.

Pobres venezolanos. Estado Unidos ya no necesita su petróleo y peor aún, requiere al igual que los socios de Venezuela en la OPEC, que algún país se sacrifique en aras de mantener el mercado en los niveles de hoy. ¿Venezuela en la misma senda de Libia o de Iraq? La OPEC es un club especial: los socios se alegran y celebran cuando uno de sus pares tropieza y debe abandonar el club.

Las campanas no repican alegremente porque Estados Unidos va al socorro de la institucionalidad venezolana como creen los sesudos analistas latinoamericanos de las relaciones internacionales. En su ingenuidad hasta se abrazan de felicidad porque ya se terminará el escándalo de Venezuela. No, las campanas suenan porque huele a difunto en las tierras del Orinoco.