lunes, 30 de abril de 2012

Harald Beyer el Ministro del Cambio


Harald Beyer ha propuesto una solución al insoluble problema universitario. Ella obliga a las Universidades a ser SOLIDARIAS con la educación de sus alumnos. Para recuperar los créditos que otorguen DEBERÁN EDUCAR BIEN. Esta es la gran revolución del ministro. Dice que las universidades necesitan “una política que permita que las carreras sean pertinentes, de una duración adecuada y con bajos niveles de deserción, AL SERVICIO DE LOS ESTUDIANTES”. Se termina así con vicios arraigados y criminales: carreras que se alargan innecesariamente (más de ocho años versus lo normal que son cinco años); altísimos porcentajes de deserción (más de 50%), cobros desmesurados y carreras excéntricas que nadie entiende para qué sirven. Es el fin radical de abusos incalificables de algunas universidades, curiosamente tolerados por los estudiantes que en su ingenuidad no se han percatado quiénes son sus verdaderos victimarios. Las universidades deberán formar alumnos en carreras que “tienen futuro”, terminando los estudios en un plazo razonable. Afuera los cursos estúpidos que sólo alimentan la burocracia universitaria. La universidad será gratuita mientras los alumnos estudian. Al egresar deberán devolver lo que ha costado su educación, pero una vez que trabajen y con recursos para pagar los créditos. Así cada estudiante responde por su educación sin recargar indebidamente ni a los padres ni al Estado. ¿Lo encontrarán justo los actuales estudiantes? ¿O querrán la breva pelada en la boca?

Queda por resolver el caso de las carreras  necesarias para la sociedad pero que no tienen mayor demanda en el mercado del trabajo. Necesitamos historiadores, artistas, filósofos, literatos, poetas, teólogos, un sinnúmero de profesiones “inútiles”, pero que nos hacen una sociedad más culta.

Ante la propuesta revolucionaria y eficaz del ministro Beyer, ¿Aceptarán las universidades tradicionales que ellas están AL SERVICIO DE LOS ESTUDIANTES? ¿Aceptarán las universidades privadas ser EDUCADORES antes que nada?

lunes, 23 de abril de 2012

Chile en la Oscuridad


No nos sorprendamos en el futuro que la ciudadanía, harta de manipulaciones, descubra las “bondades” de soluciones tipo Repsol que encandilan hoy a la sociedad argentina.

Siete años atrás HidroAysén anunció las Centrales en la Patagonia. Para justificar el daño ambiental, popularizó la necesidad apremiante de aumentar la generación eléctrica. Postuló que el crecimiento de la demanda llegaría al 7% anual y que había que duplicar la capacidad de generación en 10 años. E hizo presente la falta de nuevos proyectos.

A Chile lo podía cubrir la oscuridad y levantó así uno de los temores ancestrales del ser humano. Pero el paso del tiempo ha desnudado los supuestos sobre los que se planteó esta iniciativa. Quedó al descubierto que la demanda eléctrica en Chile crece al 4,9% (CNE, Ministerio de Energía) y que la capacidad de generación debe duplicarse cada 15 años.

Aparecieron también otras opciones que desmienten la sequía de proyectos. Así, las nuevas inversiones en Chile por US$6.000 millones que anunciara recientemente Endesa en España, superan lo que planea invertir en HidroAysén. Y hay que sumar los planes de los otros dos actores del “Oligopolio Eléctrico Chileno”, Colbún y AES Gener. El análisis estático de HidroAysén no consideró las novedades que trae el tiempo como la emergencia de China, que oferta equipos más baratos para generar electricidad, y el progreso técnico, que al aumentar la eficiencia energética modera la demanda. Año a año se disipan las tinieblas que levantó HidroAysén, para alivio de los chilenos.

Pero Endesa España-Italia y Colbún no disipan aún el daño irremediable a la naturaleza de Aysén, ni el afán de apropiarse de la Carretera Austral, ni el grave problema que le crean a la Defensa Nacional. Por ello, están obligados a replantear en forma realista los supuestos que justifican sus proyectos patagónicos.

No nos sorprendamos en el futuro que la ciudadanía, harta de manipulaciones, descubra las “bondades” de soluciones tipo Repsol que encandilan hoy a la culta e inteligente sociedad argentina.

lunes, 16 de abril de 2012

Juegos de Niños y el Jardín


Las líneas quedarían al alcance de nuestros desconcertantes vecinos justicialistas. Y esto es peligroso cuando están tan escasos de energía como de islas.

El mall de Castro y el Costanera Center han recibido un fuerte rechazo de la opinión pública que observa con asombro la catástrofe que provocan. Pero son “juegos de niños” al lado de HidroAysén. El consorcio ítalo-chileno pretende que “nos traguemos” 1.500 torres (equivalentes cada una a un edificio de 25 pisos), que quedarían perdidas en las supuestas inmensidades australes. Pero resulta que en Aysén el espacio para el ser humano no supera el 5% de la superficie total. El resto lo conforman campos de hielo, islas impenetrables, selvas frías, glaciares, montañas, cordilleras, ríos, lagos y pantanos. Por eso, sólo 100.000 personas viven en la Región y el 90% de las tierras son de propiedad estatal. No es el espacio gigantesco que quieren hacernos creer. Las líneas de transmisión de HidroAysén se instalarían a todo lo largo (800 kms) de esta muy angosta franja, territorio llamado “el Jardín” por los antiguos colonos. Así lo muestra Google Earth.

El “Jardín” se sitúa al oriente de la Cordillera de Los Andes y en muchas áreas cercano a la frontera. ¡Vaya!, las líneas quedarían al alcance de nuestros desconcertantes vecinos justicialistas (algunos nos llaman cerdos). Y esto es peligroso cuando están tan escasos de energía como de islas. ¿Quién pagará los misiles, tanques y aviones necesarios para proteger a HidroAysén? Buen caso para el Estado Mayor de la Defensa.

Este proyecto debiera dar cuenta de las estimaciones que hizo cuando comenzó, pues basadas en ella introdujo el terror por la “oscuridad de Chile”. Tendríamos una sorpresa: la demanda no ha crecido como se anunció y los proyectos de energías alternativas son mucho más significativos de lo que se pensaba. Pero claro, toda proyección de la demanda puede quedar corta por las inversiones en la Gran Minería, que terminaría recibiendo la energía de la Patagonia. Sería la gran beneficiada del daño al “Jardín” de Aysén, aporte gracioso de Chile a millones de inversionistas internacionales.