Los socios fundadores de la Unión Europea se han encontrado con conductas de parte de los recién llegados que son simplemente inaceptables y que denotan el ánimo de explotar a la Unión en beneficio propio. No es raro oír opiniones que manifiestan que Grecia jamás debió ser aceptada en la Unión Europea.
La crisis también ha puesto de manifiesto que la Unión Europea se administra con criterios que reflejan un doble estándar. ¿Han recibido países como los Bálticos y Rumanía una consideración parecida a la que se ha extendido a Grecia? Se oyen muchos lamentos de los griegos, pero la verdad es que el ajuste económico que enfrentará Grecia no es lo dramático que ha sido el esfuerzo de estos otros países, que por el hecho de venir del antiguo mundo comunista se asume deben aceptar duros sacrificios.
Es claro que la Unión Europea no persistirá en su empeño de incorporar socios al por mayor, y por ello parece imposible que Ucrania sea un futuro socio de la UE .Al fin prevalecerá lo que es casi obvio: Ucrania se asociará con Rusia, y ambos buscarán en conjunto acuerdos con la Unión Europea sin sacrificar su independencia. Respecto a Bielorrusia que no oculta su mala conducta ante los europeos, este curso parece aún más evidente.
Turquía ha de haber sacado muchas conclusiones de la crisis de su vecina Grecia y de las situaciones dramáticas de los Países Bálticos y de Rumanía. ¿Qué podría esperar como socia de la UE? Hoy es claro que Turquía en forma autónoma se ha embarcado seriamente en un camino que le ha procurado avances económicos importantes. Si persiste en él, en veinte años más será un país con el bienestar de los europeos. ¿Para que sacrificar su soberanía y pasar a ser un socio “forzado” de la Unión Europea?
Publicado en Estrategia
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