viernes, 2 de septiembre de 2011

Universidades: Preguntas y más Preguntas

Sonó a escándalo la opinión del Presidente Piñera al llamar a la educación “bien de consumo”. En un conflicto estudiantil que tiene fuertes connotaciones comerciales (“Nos cobran caro y la calidad es mala”), podría ser útil colgarse de la frase del Presidente. Así se podría recurrir al SERNAC para revisar los contratos entre los estudiantes y las universidades. ¿Son abusivos? ¿Se respetan? ¿Cómo es la “letra chica” de ellos? ¿Cumplen las universidades con lo que dicen ser? ¿Cómo garantizan el cumplimiento? Se podría hablar también de publicidad engañosa ¿No vemos todos los días en los “medios” como las universidades prometen una vida de felicidad y grandes placeres (como dice un cantante mexicano) a los potenciales alumnos?

Ha sido sorprendente el aumento del costo de la educación universitaria. ¿Colusión? ¿Aumento explosivo de la demanda a causa del crédito con aval fiscal? ¿Se normalizará esta situación si esperamos un aumento de la oferta (al fin y al cabo esa es una consecuencia beneficiosa del “lucro”, chivo expiatorio de este conflicto)? ¿Qué explicación ofrece al respecto el Consejo de Rectores? ¿Intervendrá el ministro de Economía en defensa de las familias chilenas y de los jóvenes, que aún pueden alegar ignorancia en materias universitarias?

El Presidente con su frase permite vincular la educación universitaria con La Polar. ¿Se les habrá ofrecido a los alumnos un “llegar y llevar”? ¿Tendremos en nuestro sistema universitario una POLAR con mayúsculas? ¿A cuánto ascienden los créditos impagos y, por tanto, la responsabilidad fiscal? y, ¿cuántos son los egresados frustrados, los que no han encontrado “la tierra prometida”?

 Más de tres meses de conflicto y aún no conocemos la respuesta a estas incógnitas. Hemos aprendido que hay “universidades complejas” y otras que no lo son. Las “complejas” comprenden lo que siempre hemos entendido por universidad, el saber universal. Las otras debieran llamarse Institutos Profesionales, que eso son. Centros de enseñanza de infinitas profesiones. A éstas últimas parece que se les puede aplicar sin que se ofendan, la ya famosa frase presidencial.

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