miércoles, 24 de noviembre de 2021

Chile: La Rebelión de los Electores

 



¡Un golpe a la Cátedra! Así fue la reciente votación que eligió a los dos candidatos que estarán en la Segunda Vuelta para elegir Presidente de Chile, un vuelco radical de la opinión pública que decidió actuar por sí sola abandonando de una vez por todas, a los que aún parecían ser dirigentes de la vida política chilena,  convertidos hoy en antiguallas de una época en que permitieron el progreso del país. El paso de los años los fue desvalorizando sin que aceptaran que les había llegado la hora del retiro. El día siguiente de la votación se encontraron en una dramática orfandad, una realidad que les costará aceptar.   

Los dados estaban tirados antes de la votación del Domingo pasado: Chile se adentraba por el sendero de la Revolución desde  Noviembre del 2019 cuando las oligarquías partidarias promovieron el fin de la Constitución de 1988,  la que excepto para los "cabezas calientes", permitió la convivencia pacífica por treinta años en un país desgarrado por las divisiones políticas. Una Constitución que se modificó muchas veces a partir de 1988 para adaptarla a las necesidades (reales o supuestas) de la sociedad chilena. 


Gran culpa de Piñera 

Los graves errores de la Administración actual de Piñera y de las anteriores a él, sacaron de quicio a grandes mayorías que sentían que abusaban de ellas. De ahí la manifestación masiva del 25 de Octubre del 2019. Piñera paralogizado por los acontecimientos, en vez de renunciar a la Presidencia prefirió echarle la culpa al empedrado y sacrificar la Constitución -¡ni más ni menos!- para apaciguar al monstruo que la violencia del 18 de Octubre había desatado. Sacrificó la misma Constitución que un año antes había jurado respetar. De ahí en adelante Chile comenzó a rodar por la pendiente: violencia y más violencia, muertos, atentados, un mundo mapuche que parecía arder por los cuatro costados, Fuerzas Armadas acorraladas por la misma autoridad, una Asamblea Constitucional revolucionaria que comenzó a disponer del país a su amaño.

La Oligarquía Política 

En los últimos dos años las oligarquías de los partidos tradicionales  jugaron el peor juego partidista, disponiendo de los recursos fiscales como si se acercara el fin del mundo, dañando gravemente el Sistema Previsional, promoviendo destituciones de altas autoridades, usando y abusando de la Justicia, desprestigiando a las Fuerzas Armadas. Parecía que autoridades y políticos  tiraban por la borda en un ejercicio interminable de irresponsabilidad, la convivencia que tanto había costado reconstruir después de los treinta turbulentos años que comenzaron en los años Sesenta del siglo pasado y que dividieron profundamente al país. Chile parecía solazarse en su suicidio.

Elecciones Presidenciales

Aún afectado por la crisis del Covid-19, Chile se encontró con las elecciones Presidenciales del 2021. La Revolución en la que participa de manera relevante el Partido Comunista (sí, un auténtico Partido Comunista al antiguo estilo, uno que predica los viejos dogmas marxistas leninistas) pareció que corría una carrera que inevitablemente la conduciría al poder total. Frente al Partido de la Revolución las llamadas Centro Izquierda y la Centro Derecha levantaron candidaturas presidenciales en la esperanza de retomar algo del liderazgo que compartieron por treinta años a partir de 1990. La Cátedra de la Política Chilena parecía encontrarse a sus anchas: políticos, periodistas (profetas de la Revolución), académicos, analistas sociales, todos en coro proclamaban la bondad de las nuevas políticas y como ellas habrían de conducir a Chile a un  futuro lleno de gloria.

Los Partidos Tradicionales: Centro Derecha, Centro Izquierda 

El renuncio del 15 de Noviembre del 2018 les penó a las alianzas política tradicionales. Mostró que no tenían fibras para servir de muro de contención a la Revolución. Ejercieron el protagonismo de los últimos años gracias a la inercia, no por méritos propios que quedaron muy atrás en el tiempo  ¿Qué los sostuvo en un rol parecido al decorado de teatros? ¿Los beneficios cada vez mayores del poder? ¿La adicción a las luces que por tanto tiempo los iluminaron? ¿La corrupción pura y simplemente?  Como sea ambas alianzas con pecados que parecen grabados en sus genes constitutivos, intentaron hacer frente a la Revolución tratando de cautivar a la opinión pública con un estilo caduco para las nuevas circunstancias. 

La coalición de la llamada Centro Izquierda está marcada a fuego por la Revolución. Se deja arrastrar por ella y termina entregándole su adhesión creyendo que así se salva de su propia muerte. ¿Cómo podría contener a la Revolución? A la Centro Izquierda la envuelve un complejo atroz de parecer retrógrada. Tanto que se sintió en la obligación de renegar del largo período en que detentó el Poder en Chile. Renegó ni más ni menos, de su propia paternidad, de la creatura que engendró. Cualquier cosa es preferible para la Centro Izquierda antes de tratar con fuerzas políticas que tratan de ir por caminos diferentes al de la Revolución. 

La Centro Derecha a su vez está signada por la sujeción a lo que se ha llamado un Poder Fáctico, el Poder Empresarial armado de mucho dinero y de poderosas influencias sobre Medios de Comunicación, un poder para el que el "desarrollo económico" es la única meta digna de ser considerada para la política chilena. Proclama la santidad de los negocios, una fórmula que claramente le queda incómoda a la sociedad chilena. Su Vaticano está en Estados Unidos; de allá surgen las ideas que inspiran al Poder Empresarial. Asumen que ese país es "Nación Excepcional" ignorantes del profundo quiebre que hoy caracteriza a su sociedad. Es un Mundo el Empresarial que tiene una visión muy limitada del Ser Humano y de la Historia. Cree con fe ciega en el Progreso inevitable de la Humanidad a través de la actividad económica y de un individualismo fuera de lugar que ya ha probado a qué tragedias puede conducir. La Centro Derecha política se ha rendido al Poder del Mundo Empresarial que le dicta sin asco la dirección que ha de tomar y el ritmo que ha de tener su caminar.

El encadenamiento que caracteriza a ambas fuerzas políticas las llevó a seleccionar como candidatos presidenciales en la Centro Izquierda a Yasna Provoste que integró la comparsa de la Revolución. En la Centro Derecha  a Sebastián Sichel, un candidato  a imagen y semejanza de las elites empresariales. Ambos muy alejados de lo que la gente buscaba para resolver lo que percibe como una grave crisis del país, un reflejo de la disociación de las oligarquías partidistas con la opinión publica chilena. En las circunstancias críticas por las que atraviesa Chile esta disociación había de traer necesariamente la tragedia a los dos grupos políticos tradicionales,  cómplices por lo demás de la grave crisis política actual de Chile, tema prioritario en la actual campaña presidencial.  

La Opinión Pública

Como los candidatos de la oligarquía partidista no reflejaban  lo que la opinión pública quería, está salió "a vitrinear" y buscó en las otras candidaturas. Encontró un candidato disidente de la Centro Derecha, José Antonio Kast, un hombre formado en uno de sus Partidos del que se retiró cuando se convenció que éste había perdido el rumbo. Entonces comenzó un esfuerzo de varios años para levantar una fuerza política que lo interpretara. La elección Presidencial lo encontró con su Partido recién constituido a escala nacional, aunque con una natural carencia de dirigentes y adherentes. Para Kast  la elección presidencial era una fórmula para hacer presente que una parte sustancial del electorado comulgaba con sus ideas (esperaba un 15% de apoyo del electorado) y así ejercer algún contrapeso a la Revolución en curso. En los dos últimos meses antes de la votación sectores significativos de los electores apreciaron las virtudes de Kast y de su mensaje y adhirieron a él: gente del mundo rural hastiado con las elites políticas santiaguina; personas modestas que vieron a Kast preocupado de problemas que los afectan (inseguridad, narcos, inmigración, posibilidades de trabajo); gente con vinculación a las Fuerzas Armada; Evangélicos; pequeños empresarios; gente del Norte que sufre la inmigración masiva y descontrolada; y grandes mayorías en el Sur de Chile afectadas por una violencia que se ha transformado en el pan de todos los días. Así una gran masa de electores (28%) se liberó de la tutela partidista, para seguir un camino propio y votó el domingo pasado por Kast. 

Otro 12% de los electores siguió también un camino independiente de los Partidos tradicionales apoyando a Franco Parisi. En este caso la decisión fue aún más radical porque Parisi ni siquiera puso un pie en Chile durante la campaña (no se movió de Estados Unidos). No participó en los debates y la comunicación con sus electores fue por medio de las redes sociales. Parisi logró en el Norte del país altas votaciones, gracias a su discurso sobre la inmigración. Que Parisi  que no cuenta con una trayectoria política reconocida, haya superado a la Centro Izquierda y a la Centro Derecha, es una humillación que estos sectores no esperaban. Sus votos dejaron en evidencia que hoy estos Centros son irrelevantes en la sociedad chilena. Que ellos  aún pesarán en el próximo Congreso hay que achacarlo a la debilidad, natural por lo demás, de las estructuras partidarias de los recién llegados.

De modo que al menos un 40% de los votantes en Chile se sintió liberado de los partidos políticos y de los que conducen actualmente al país. Como ese 40% coincide  en su preocupación por la gente y en diagnósticos sobre los males que la aquejan, debiera alcanzar algún acuerdo que le permita impulsar desde un futuro Gobierno las políticas que desea. 

Golpe a la Cátedra 

Aún parece que la Cátedra de la Política Chilena (parlamentarios, dirigentes de los Partidos, periodistas, analistas) no ha digerido  el golpe que recibió en la reciente votación. Continúan los dirigentes exhortando a sus huestes ¡las mismas que ya no existen! Antiguos políticos que todavía cacarean, no se resignan al rol secundario al que los condenó el electorado. Hoy  el pandero de la defensa popular ya no lo llevan los actores tradicionales del pasado,

Un ex ministro de Hacienda de la Centro Izquierda desde su refugio académico en Londres dice hoy que Kast "nos haría retroceder décadas en inclusión y respeto". ¿Por qué?  No da razones en el mejor estilo de los políticos que la Primera Vuelta relegó al olvido. ¿Será que a Kast lo incluye en lo que el ex Ministro llama "la Derecha Cavernaria" porque se hizo cargo de los problemas reales que sufre buena parte de la población mientras el mundo político vive en ensoñaciones revolucionarias?  Imágenes, imágenes, imágenes... ¡El mal de la época! En Londres y en "la quebrada del ají".

Otros dignos académicos de la Centro Izquierda (economistas del Foro para un Desarrollo Justo y Sostenible) incluido un ex Presidente del Banco Central, ya adhirieron a la candidatura de la Revolución y del Partido Comunista. Los periodistas por su parte con cara de gravedad y aires de insolencia, siguen con sus programas y entrevistas sin percatarse que el suelo sobre el que se desplazaban ya no existe y que la realidad que los cobijó ya no es más que un sueño.

Como zombies personeros de la Centro Izquierda hoy caminan con la cabeza gacha a incorporarse a las filas de la Revolución. ¡Que a nadie se le ocurra confundirlos con la manada de "reaccionarios cavernícolas"! Las figuras ya añejas de la Centro Izquierda y que hoy adhieren a la Revolución reniegan de sus Gobiernos (24 de los últimos 32 años). Queman ni más ni menos, lo que han adorado y adoran lo que en su momento quemaron. Es el precio de adherir a la Revolución que tiene como bandera el desprecio del período en que fue Gobierno la Centro Izquierda: "No son treinta pesos, son treinta años". Con razón la opinión pública abandonó a los políticos de la Centro Izquierda.      

Los Medios Internacionales

Con rara uniformidad ellos se refieren a Kast como un "ultra derechista" y a la Candidatura de Boric la llaman simplemente de izquierda. Lo de "ultra derechista" no sorprende. Es la evidencia de la incapacidad analítica crónica de la Media que recurre diariamente a imágenes (su gran fortaleza) a falta de buenas razones.

Pasa lo mismo cuando hablan de la candidatura de Boric como una ingenua candidatura de Izquierda. Es otra imagen que le permite a los Medios arrancarse de un análisis serio. ¿No saben acaso del rol protagónico del Partido Comunista chileno en la candidatura de Boric, un Partido anclado aún en la Revolución Rusa de 1917? Para los Medios Internacionales no existe el Partido Comunista y no tiene relación con la Revolución en curso que sufre Chile.  Y son ellos los mismos Medios, los que día a día apuntan dardos llenos de venenos al Partido Comunista Chino que hace años enterró los dogmas marxistas leninistas. ¡Paradójico! Debe ser porque en el mundo de las imágenes todo está permitido en aras de la eficacia comunicacional.

¿Qué decir de tanta uniformidad de los Medios internacionales? ¿Quién dicta la uniformidad? ¿No resulta sospechosa en un mundo global que se enriquece por la diversidad de puntos de vista?

¡Quien aporta "la chichita" con la que se emborracha al mundo? 

Una Oportunidad para la Política Chilena  

José Antonio Kast conoce la gran desafección del electorado con los Partidos Políticos tradicionales. Con agudeza anticipó el destino que correrían las grandes alianzas políticas que hicieron posible en su momento el progreso que alcanzó Chile. Ahora en manos de Kast está encontrar la llave para constituir un gran movimiento  que busque resolver los  problemas nacionales y convocar a la mejor gente de Chile independientemente de su pasado político. La personalidad del candidato le abrirá  puertas y podrá atraer a personas capaces que contribuyeron en sus áreas al formidable progreso de Chile, personas que vean  como las fuerzas de la Revolución pueden impedir el progreso futuro y peor, contribuir a desandar buena parte del camino de progreso que emprendió Chile.