Queda por ver cómo en este nuevo escenario, el BCE que ha pasado a ser el gran actor, resuelve la situación.
Las altas autoridades europeas transmiten tranquilidad, asegurando que lo peor de la crisis de deuda ya pasó. Esto después de la inyección gigantesca de liquidez que ha DUPLICADO los activos del Banco Central Europeo desde el 2008 y los ha aumentado en un 50% respecto a un año atrás. Por algo Dilma Rousseff habla del “tsunami monetario” que han generado los países desarrollados. Junto con crear problemas en terceros países que ven revaluadas sus monedas, esta abundancia de liquidez permite a los europeos pensar que la crisis de la deuda no era más que una mala pesadilla.
Todo se ha resuelto como por obra de brujería: las abrumadoras deudas de los sistemas bancarios de Europa, la insolvencia de los gobiernos, el default griego. Los mercados parecen haber bajado la guardia y retomado el optimismo. Ha sido un giro inesperado de la posición alemana, porque las víctimas (Francia, Italia y España) hace tiempo que desde el fondo del pozo, clamaban por la "flexibilización monetaria". No en vano saltó a la palestra el viejo ex canciller Kohl, afirmando que la crisis no puede dañar la unidad europea. Dijo: "Europa sigue siendo una cuestión de guerra y paz" y "los malos espíritus del pasado siempre pueden volver". También hizo presente que: "Necesitamos más Europa, no menos Europa". (El País). De esta manera emplazó a economistas y tecnócratas, situando a la economía europea al servicio de la política.
Queda por ver cómo en este nuevo escenario, el Banco Central Europeo que ha pasado a ser el gran actor, resuelve la situación. Su desafío es que no se desboque la inflación. Sienten los analistas que “algo no huele bien” en esta economía europea que se supone repunta. Ahora parece ser el turno de Portugal, país que los inversionistas han abandonado y que hoy enfrenta tasas de interés imposibles para renovar los vencimientos de su deuda (alrededor del 15%). Necesita –ni más ni menos– un superávit fiscal del 10% para normalizar la situación. ¿Veremos otro milagro del Banco Central Europeo?
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