viernes, 18 de octubre de 2013

Verano en Helsinki

Helsinki es una ciudad para vivirla, llena de humanidad, que mejora a sus habitantes y les hace grata su vida.

Los prejuicios suelen ser malos consejeros. Sucede con Helsinki la capital de Finlandia que se sitúa en el extremo nororiental del Báltico. A nosotros, nietos del Mediterráneo, el norte de Europa nos aparece envuelto en una bruma difusa y vaga. Estamos lejos de sentirlo como el centro de intensa actividad comercial, cultural y política que ya se manifestó como tal durante la existencia de la Liga Hanseática en el siglo XIII.  Nos parece entonces sorprendente oír noticias de la lejana Finlandia que dan cuenta de un notable desarrollo de la modernidad.

La modernidad en Finlandia se vive en medio de una simplicidad y sencillez que no descoloca al ser humano. 
Siendo sinceros debemos admitir que poco o nada sabemos de lugares como Helsinki o Tampere, Rauma o Turku, todas ciudades del mundo finés, o Vyborg, la antigua Viipuri de Finlandia, su segunda ciudad hasta la Segunda Guerra Mundial cuando los soviéticos la incorporaron a la URSS.


Finlandia emerge en la historia gracias a una colonia sueca que desarrolló los territorios fineses y cuya herencia perdura aún en la moderna Finlandia que usa oficialmente como idiomas el sueco y el finés, a pesar que solo el 5% de la población habla el sueco como su primer idioma. Fue entonces Finlandia parte de los territorios de la Monarquía Sueca hasta comienzos del siglo XIX. En esos años como consecuencia de las guerras napoleónicas, se integra al Imperio Ruso de los Zares que impulsa Helsinki al convertirla en la capital de los territorios fineses por su cercanía con San Petersburgo, capital del Imperio.



¿En qué país del mundo este paisaje es un paisaje urbano?
Parece una paradoja que la moderna Helsinki de un millón cien mil habitantes, pese hoy más que San Petersburgo con sus actuales seis millones de habitantes, pues al comenzar el siglo XX Helsinki era una pequeña ciudad marginal del Imperio Ruso con solo cincuenta mil habitantes. Que Finlandia no haya sido nunca parte del mundo soviético explica una buena parte de su destino de progreso frente a una Rusia que necesitará muchos años para alcanzar la situación actual de su pequeña vecina.

Los elementos de la vida diaria son utilizados por  los artistas fineses para crear belleza.  
Hay quizás un fenómeno estelar en esto de la atracción que ejerce hoy San Petersburgo sobre los turistas que se deslumbran con su brillo, mientras para ellos Helsinki a duras penas justifica la detención del crucero en el que se movilizan. Claro, la luz de la antigua capital rusa responde a la vida de una ciudad brillante hace cien, ciento cincuenta, doscientos años atrás. La vitalidad y energía de Helsinki en cambio, son  de hoy, y su brillantez la percibirán los turistas de futuros cruceros.

Pero Helsinki buen retrato del carácter finés, tiene rasgos que la hacen muy simpática y atractiva. Porque  definida en pocas palabras, Helsinki es una ciudad para vivir, llena de humanidad, que mejora a sus habitantes y les hace grata su vida. No los aplasta con monumentos y con demostraciones de poderío. Como que los fineses entendieran que la solidez del crecimiento del ser humano no viene de la imposición por la fuerza o por decretos gubernamentales, sino que por cultivar en forma discreta, tranquila y sencilla ciertas virtudes, sin olvido de su condición humana. Por eso posiblemente su afán de permanecer inmersos en la naturaleza gesto que tanto humaniza, rodeados de bosques y parques, con la presencia ineludible del árbol.

Bosque de abedules en Espoo, contiguo a Helsinki
Parque en Helsinki
Pareciera que en Helsinki no han querido que la ciudad domine a sus habitantes. Debe ser la causa que Espoo y Vantaa, dos ciudades satélites que juntan casi la mitad de los habitantes de Helsinki, se desarrollaron para evitar que el crecimiento de esta por la creciente urbanización e industrialización de Finlandia, terminara por desvirtuarla.  Así es que son solamente seiscientos mil los habitantes del Municipio de Helsinki. Las ciudades satélites están a quince minutos en bus, pero se aplica con ellas y Helsinki el "juntas pero no revueltas".

Junto a los parques que cubren un tercio de la superficie de la ciudad, hay que destacar como distintivo de Helsinki su cercanía con el mar,  un apacible mar Báltico que rodea la ciudad por tres de sus cuatro costados. Infinitos yates, botes y lanchas dan cuenta que en Helsinki no se vive si no es con el mar. Es posible que el mar haya contribuido al sentido profundo de la libertad de los fineses. Les permitió desde épocas inmemoriales, una movilidad, una facilidad de desplazamiento que las tierras contiguas rusas no conocieron sino en la forma limitada que ofrecían sus grandes ríos. El ciudadano finés podía desplazarse con mucha facilidad no solo por las costas de su territorio sino que también por las ciudades del Báltico, tan ricas en cultura y en desarrollo material.

Embarcaciones marinas forman parte del paisaje urbano de Helsinki.

En Helsinki  el carácter rural está muy cercano. Son dos o tres generaciones las propiamente urbanas y por eso sus habitantes no pierden de vista sus raíces campesinas. De allí el cuidado y la protección de la naturaleza que para ellos sustenta al ser humano en muchos sentidos, más allá de la mera alimentación física. El mundo reconoce a los fineses una capacidad  excepcional para diseñar que es evidente en sus  productos industriales, en la arquitectura y los objetos de la vida diaria. Mucho de esta capacidad ha venido del contacto permanente con la naturaleza que enriquece su imaginación y su capacidad creativa.

Los artistas en Finlandia dan vida y alegran los espacios humanos.
La Iglesia en la Roca,  un espacio excavado en lo roca característica de la ciudad . Esta roca asoma en muchos sectores de Helsinki y  quedó al descubierto al retirarse los glaciares que cubrían a Finlandia  
La cúpula de la Iglesia es una gran pieza hecha de alambre de cobre que brilla y contribuye a la iluminación del espacio interior. Cientos de rayos de concreto unen la cúpula con la roca. La simplicidad de esta iglesia luterana destaca los tres elementos que la constituyen: La irradiación luminosa de la gran cúpula de cobre, la roca estéril y los rayos que vinculan ambos elementos, una evidente cosmovisión de un Dios providente que irradia vida a una realidad terrestre y humana que por sí sola es materia inerte.

La cercanía con el mundo natural hace que los fineses quieran estar cerca de él cuando revive después de los largos inviernos, y por eso en las vacaciones del verano ellos no necesitan de las playas del sur europeo que buscan con desesperación los habitantes de las ciudades masivas y poco acogedoras que en muchos lugares ha desarrollado el hombre occidental. Para el habitante de Helsinki el verano es el período glorioso de su naturaleza  y por eso permanece en su tierra. Además  el verano tiene un clima casi ideal por lo general  templado con  temperaturas que no cambian mucho entre el día y la noche. Las máximas son de 21° y las mínimas de 14° (meses de Julio y Agosto). Muy rara vez el calor supera los 30°.  El verano es el período de la luz, de los largos días y de las noches que duran pocas horas. Es el período de atardeceres maravillosos y largos, donde se goza una intensa luminosidad que destaca la belleza de los lugares de Helsinki.

 En el verano de Helsinki  la navegación a vela entretiene a sus habitantes.

Helsinki aprovechó bien el largo período de prosperidad del Imperio Ruso de los Zares. La ciudad está llena de edificios de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, pocos de arquitectura rusa y muchos influidos por la estética germana de la época aunque con rasgos propiamente fineses.

El Centro de Helsinki por donde transitan tranvías que forman parte de un sistema de transporte público excelente. El Centro de Helsinki construido a finales del siglo XIX y comienzos del XX, no es muy extenso. Media hora de caminata permite cruzar de la costa occidental a la costa oriental de la ciudad. El comercio corresponde a la calidad que se puede esperar en un país cuya población cuenta con ingresos en los niveles más altos del mundo. La venta de vinos y licores está muy restringida para atenuar el alcoholismo  un problema del norte  europeo del que no se escapa Finlandia

Después de la Independencia de Finlandia al fin de la Primera Guerra Mundial, Helsinki continúa progresando hasta enfrentar la Segunda Guerra Mundial en la que combate valientemente contra la URSS. La derrota de Alemania arrastró a Finlandia que debe buscar la paz con su poderoso vecino, logrando conservar su independencia y compensando a su adversario con territorios que para los fineses eran muy significativos. Finlandia quedó sujeta a fuertes indemnizaciones que debió pagar por diez años, y a un régimen de neutralidad en medio de la Guerra Fría. Las indemnizaciones de guerra la obligaron a afianzar una industria que se destacó en la segunda mitad del siglo pasado. La neutralidad le permitió el comercio con la URSS que contribuyó a reforzar una economía que prosperaba arrastrada también por el gran auge de la postguerra  en Europa Occidental. El gran desarrollo que ha alcanzado Finlandia y Helsinki ha sido producto entonces de más de cien años de progreso interrumpidos solo por los años de la Segunda Guerra Mundial, y por una estabilidad política admirable que supo transitar del régimen de relativa autonomía de la que gozaba como integrante del Imperio Ruso, a la Independencia que ya se acerca a cumplir cien años.

Edificio para los Conciertos, diseñado por Alvar Aalto, construido a finales de los sesenta.

Sector de un gran conjunto residencial en las cercanías del antiguo puerto de Helsinki. Es evidente el esfuerzo de los arquitectos por romper la monotonía no solo en los colores sino también en las formas.  
 Librería diseñada por Alvar Aalto, notable arquitecto finés. Sorprende la cantidad de títulos que se editan en finés que  leen solo cinco millones de personas en el mundo. En Helsinki es evidente que la educación de los fineses no proviene solamente de la educación formal.  
Casa tradicional finesa en un gran parque dentro del área de Helsinki.
En el puerto enfrente de la Casa de la Presidencia, se encuentra este mercado que se instala todos los días en una gran explanada contigua al mar y a los embarcaderos. Además de ofrecer frutas y verduras hay muchos puestos que sirven comidas sencillas a precios razonables. 


Todo sirve para decorar. Esta gran chimenea se encuentra en Espoo una de las ciudades satélites de Helsinki. Forma parte de una Central de Energía, enfrente del Museo de Arte Moderno de Espoo
Oficinas Centrales de Nokia, al ingresar a Espoo. El gran conglomerado finés anticipó el gran desarrollo de la telefonía celular. En los años setenta del siglo  pasado se concentró en esta tecnología habiendo llegado a ser por muchos años el principal fabricante de teléfonos celulares en el mundo. El desarrollo de los Smart Phones  fue un desafío que Nokia no pudo superar. Por eso vendió recientemente su operación de teléfonos celulares a Microsoft.

Casa antigua de madera, construcción favorita de los fineses. 

Los ciclistas son seres privilegiados en Helsinki. La foto muestra una vía para bicicletas en medio de un bosque de Espoo.

Las nuevas viviendas que se construyen en Helsinki buscan hacer grata la vida de sus moradores.

 Más de un 75% de la población de Finlandia pertenece a la Iglesia Luterana, si bien en los últimos cincuenta años ha disminuido la cantidad de creyentes.

Iglesia del Silencio en medio de un gran Centro Comercial en Helsinki. Construida en madera, el ensamblaje es casi perfecto. Prácticamente nada decora el interior de esta Iglesia.

Hermosos árboles en un parque de Helsinki.

Calles de Helsinki con aires rurales

La bella Catedral de la Iglesia Rusa sobresale sobre los edificios de Helsinki. Construida en la época que Finlandia formaba parte del Imperio Ruso, hoy alberga a los miembros de la Iglesia Rusa que apenas llegan al 1% de la población de Finlandia.

Intenso tráfico de cruceros en los diferentes puertos de Helsinki, muchos de ellos construidos en Finlandia.

La Flota de Rompehielos de Finlandia, fundamentales para romper el aislamiento  los meses en que el Báltico se congela.

Las regatas por el Báltico son ocasiones para que los habitantes de Helsinki se vuelquen en masa a los puertos que albergan a los cientos de embarcaciones que participan en ellas.   

5 comentarios:

  1. Excelente artículo. Desconocía el 80% de lo que dice.
    Solo conocía que Alvar Aalto era uno de los mejores arquitectos del mundo.
    Felicitaciones!
    p.cl.

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  2. Muy bueno el articulo. es importante reforzar el valor de la escala humana que tiene la ciudad y la armonia entre la arquitectura y la naturaleza con sus lagos , arboles y parques.
    Su arquitectura de comienzos del s xx presenta notables ejemplos de Art Deco que van evolucionando hacia una modernidad de primera calidad internacional donde sobresalen el arquitecto Alvar Aalto y los Saarinen padre e hijo.

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  3. muy interesante Jose Luis ! que bien descrito el ambiente de la cuidad, dan ganar de ir !

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  4. Felicitaciones!!! Tremenda contribucion al conocimiento sobre Finlandia!!

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