¿Dónde puede estar el beneficio para Chile de inmiscuirse en las crisis internacionales?
Los entendidos en negocios internacionales del Gobierno de Chile se salieron con la suya: Chile ya es miembro por dos años del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Un resultado "muy honroso" con 186 países que votaron por un país "quiltroso" que ahora entra a la pelea de los perros grandes.
Fueron elegidos junto a Chile, un grupo bastante dudoso de compañeros. Lituania insignificante por población y tamaño, y que por razones más que comprensibles, carece de serenidad y ecuanimidad cuando está Rusia de por medio . También Arabia Saudita, virtuoso en petrodólares pero lleno de vicios para un Occidente que busca democracia, respeto a los derechos humanos, elecciones impecables y un sólido estado de derecho. Y Nigeria y Chad dos actores que no contribuyen precisamente al brillo del flamante Consejo.
La Monarquía Absoluta del Reino Saudita renunció inmediatamente a sus nuevas funciones porque tiene claro que en las decisiones mundiales aunque sea parte del Consejo de Seguridad, no "corta ni pincha". Cercano por muchos años a los Estados Unidos a quien ha servido lealmente en el Medio Oriente, se embarcó como principal actor en la "aventura siria" que estuvo a punto de producir un conflicto militar entre Rusia y EEUU. Mejor para el mundo que esta monarquía se abstenga de participar en la gestión del Consejo de Seguridad.
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El Presidente de Chile, lleno de buenas intenciones y de afán mediático, ha enumerado todas las virtudes que promoverá, entre otras "la protección en todo tiempo, lugar y circunstancia, de la democracia, de las libertades y de los Derechos Humanos" (El Mercurio 10 de Octubre). ¿Cómo se concilia esta buena intención con la presencia en el Consejo de China, Rwanda, Chad y Nigeria? ¿Y con Arabia Saudita con su gobierno absoluto y teocrático? Todos esos países no son precisamente campeones de las ideas de Piñera.
Como los miembros no permanentes del Consejo son casi todos "pesos plumas", es previsible que el derecho a veto opere con frecuencia, para desesperación del Presidente en Chile que quiere que los cinco miembros permanentes no lo utilicen como lo hacen hasta hoy. Hay que ser muy ingenuo para pensar que los "cinco grandes" (de los cuales tres son efectivamente grandes, EEUU, China y Rusia, y dos, el Reino Unido y Francia, viejas glorias hoy un poco decrépitas), dejarán de usar su derecho a veto, inmersos como están en el mundo de la "real politik". Pero Piñera no se resiste a jugar de estadista mundial (ni a las fotos con aires de gravedad) y llevar a Chile al ridículo. Se le olvida que EEUU hoy el gran actor de las crisis internacionales, tiene como principio hacer lo que mejor le parece al margen de la "gran política multilateral".
Afortunadamente después del "episodio sirio" parece que habrá un break en los "gallitos internacionales". Es de esperar que él se alargue por lo menos por los dos años que durará esta desatentada aventura chilena en el mundo internacional.
La orden del día en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile: A comprar mapas, libros de geografía y a estudiar la historia y la actualidad de tantos países sobre los cuales hasta ahora no había necesidad de tener ninguna idea.
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