miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Tranquilo Encanto de Viena

Viena es una ciudad donde se vive gratamente, con tranquilidad, seguridad y sin prisas.

Viena fue una ciudad importante en el pasado europeo como residencia por más de tres siglos, de los Habsburgos, emperadores de un Imperio que incluyó hasta su fin en la época napoleónica, a la actuales Alemania, República Checa, Eslovenia y Austria, el llamado Sacro Imperio Romano Germano. Con posterioridad en el siglo XIX, Viena fue capital primero del Imperio Austriaco y después del Imperio Austro Húngaro.
Pleno Centro Vienés



El Danubio: un Río que Viena ha domesticado


 Por muchos años Viena ha sido un centro destacado de la música y del arte europeo, una ciudad de grandes pensadores e intelectuales y científicos. Hasta el 1900 era ni más ni menos, la principal ciudad de cultura alemana en el mundo, cultura que tanto influyó en el centro, norte y este de Europa, incluida la lejana Rusia.



Al quedar Viena al fin de la Primera Guerra Mundial  como capital de Austria,  pequeño país que surge con la disolución del Imperio Austro Húngaro, parecía que ella había perdido su importancia y su atractivo. Por eso es sorprendente que noventa y cinco años más tarde, esté a la cabeza de la modernidad siendo calificada actualmente como una de las mejores ciudades para vivir, una de las primeras en calidad de vida del mundo. Por dos años (2007 y 2008) fue considerada la mejor ciudad para el desarrollo de las innovaciones, campo en el que  mantiene hasta hoy una buena evaluación.  Y por si todo ello fuera poco, se la considera  como una sólida base para emprender negocios internacionales.

La Catedral de San Esteban, Símbolo de Viena
No podía ser de otro modo. Con una población cercana a los dos millones de habitantes, Viena es una ciudad en la que todo funciona bien, llena de expresiones artísticas, con un área significativa de parques urbanos y un comercio en las calles vigoroso y diverso, con un centro de la ciudad en él que no transitan autos y en él que a la vuelta de cada esquina aparecen los edificios de la larga historia vienesa, todos en perfecto estado. Se accede desde ella con facilidad a los bosques y colinas de sus alrededores y por supuesto al Danubio río emblemático de Europa, que más de alguna pesadilla ha hecho pasar a Viena a juzgar por las ingentes obras cercanas a la ciudad para atenuar su caudal, y que explican por qué la ciudad por muchos años le volvió las espaldas al río.   Gracias a las buenas carreteras y al buen sistema ferroviario, desde Viena se llega con rapidez a las otras ciudades y regiones de Austria, a pesar de estar en el extremo oriental del país.  Lugar de encuentro de muchas nacionalidades y culturas,  es capital de un país que se destaca por sus bellezas naturales y por la cultura de sus habitantes, cuya prosperidad le permite hoy  liderar los rankings económicos de la Unión Europea. Para facilidad de sus visitantes muchos vieneses dominan el inglés. Es Viena una ciudad donde se vive gratamente, con tranquilidad, seguridad y sin prisas.
El Sector Moderno de Viena donde se Sitúa la Sede de las Naciones Unidas, Una de las Cuatro Sedes de la Organización en el Mundo

Como centro de un antiguo Imperio, desde Viena se viaja con facilidad a Budapest, Bratislava, Praga, Berlín, München y muchas ciudades alemanas,a las ciudades suizas, a Cracovia, Varsovia y otras ciudades polacas. El Danubio ayuda, porque en sus márgenes se desarrollaron numerosas ciudades que destacaron en el pasado europeo.

En definitiva con Viena sucede lo que pasa con las personas: si son cultas y tienen una buena formación brillarán en cualquier circunstancia, en la riqueza o pobreza, en la grandeza o en la pequeñez, en las estrecheces o el desahogo, en las duras o en las maduras. Y no hay dudas que Viena se construyó y desarrolló para grandes cosas. Si la historia moderna ha querido asignarle un rol más modesto, ella no
Mariahilferstrasse, un Modelo de Calle Comercial. Alegre, Impecable y Llena de Vida.
se desespera ni se corta las venas. Asume su destino sin traumas, con  la experiencia de una sociedad que en más de mil años ha visto demasiado, con la seguridad de quién mira la vida con una profunda perspectiva. ¿Qué hoy juega a ser menos importante?  Hasta  puede considerar una bendición este



El Frontis del Palacio Imperial

El Museo de Historia Natural en la Plaza de María Teresa 

El Museo de la Historia del Arte en la Plaza María Teresa
período en él que el mundo no se preocupa de ella; le permite la introspección, el gozo de realidades más simples, el cultivo tranquilo de sus virtudes.  Hoy en Viena se respira en el aire que en ella se está bien: se vive sin las agitaciones excesivas e innecesarias del mundo moderno, con tiempo para preocuparse de la belleza, de las ideas que surgen del razonamiento sereno y de la imaginación, sin exigirse por el movimiento incesante y acelerado de la gran mayoría de las ciudades occidentales.
Fachada Posterior del Palacio Imperial
Viena ya vivió una época con ritmo y finalidades "occidentales" para usar como referencia  a las sociedades y ciudades que le dan el tono a nuestro mundo moderno. ¿No habrá sido febril la actividad en una ciudad que en cien años multiplicó por diez su población, llegando en el 1900 a dos millones de habitantes? ¿ No habrá sido  la gran prosperidad de la segunda mitad del siglo Diecinueve causa de las tragedias en que se vio envuelta la vida vienesa a partir de 1914 y hasta al menos 1955, cuando el Ejército Soviético se retira de Austria? ¿No queda la impresión que Viena qué construyó los grandes edificios imperiales en los últimos años antes de la llegada del Siglo Veinte,  perdió el rumbo en esos años? ¿No hay una disonancia entre esos edificios y la forma clásica de la vida vienesa, evidente por las antiguas residencias de la ciudad ? ¿Qué se creyeron los vieneses y sus autoridades decimononicas al llenar la ciudad de edificios imponentes y monumentales en un corto período de años, para reflejar una grandeza humana que bien sabemos lo efímera que es? ¿Fue arrogancia y orgullo, enamoramiento de sí mismos, confianza en la riqueza y en el poder humano? ¿Cuánto duró este encandilamiento? Las nuevas corrientes arquitectónicas al comenzar el siglo XX ya anticipan una dramática reacción hacia la simplicidad y la sencillez, ambas en fuerte oposición  al estilo espectacular, recargado y monumental del fines del Siglo Diecinueve vienés.
La famosa Ópera de Viena. Funciona los Trescientos Sesenta y Cinco Días del Año.

El choque contra la realidad a causa de las dos grandes guerras del Siglo Veinte, con un duro período de entre guerras, y con una buena parte de Austria sometida por diez años al Imperio Soviético, ha de haber sido un duro despertar. Que el Ejército Rojo controlara vastos sectores de Viena fue sin duda una terrible humillación para una ciudad que por un tiempo se hizo orgullosa a causa de la riqueza que la transformó a finales del Diecinueve. Pero aún en medio de esta humillación los vieneses conservaron su apostura e impusieron respeto a sus invasores. Y esto a pesar que la ocupación soviética no fue precisamente con guante blanco.

El Distrito de los Museos, un Área Encantadora, Asociación de lo Moderno y Clásico.


La vida "low profile" de la Viena actual  no busca ni el poderío estatal, ni  imperial, ni material, ni la riqueza a toda costa, pero  permite el tranquilo desenvolvimiento de sus ciudadanos. Es un ambiente de música, de vida de cafés, de buenas conversaciones y de estudio, de caminatas por los maravillosos bosque de sus alrededores, de probar los vinos que salen de viñas que casi son partes de la ciudad, de gozar sus hermosos parques, de apreciar las obras de sus artistas, de sentir a sus intelectuales después de los duros años del siglo veinte. Y como su bienestar lo hace evidente, de actividades económicas emprendidas con serenidad y austeridad, sin ostentación ni agitaciones febriles.
El monumento al Ejército Rojo que de acuerdo a la leyenda política "liberó" a Viena en 1945. La verdad es que los vieneses lucharon hasta el final al lado de Alemania. La ciudad fue conquistada por el Ejército Rojo que fue  un ejército de ocupación tras una batalla de veinte días en la que murieron veinticinco mil personas.



EL EJÉRCITO ROJO INGRESA A VIENA EN 1945
 File:Мирные будни в послевоенной Вене-2.png

La Iglesia Barroca de Karl del siglo XVIII junto a una entrada al Metro, una construcción del modernismo vienés de fines del siglo XIX,

Palacio del Belvedere en Pleno Centro de Viena.  De Fines del Siglo XVII Aporta Grandes Parques y Jardines a la Ciudad.


Parece de Perogrullo entonces, que a Viena no se la puede buscar en medio de un itinerario de esos que no dan tregua, en que cada día de la semana está caracterizado por una ciudad distinta. Viena necesita tiempo y tranquilidad. No cabe con ella ningún interés en una seguidilla de impresiones fuertes y cambiantes.

Relajadamente se puede llegar a captar el encanto tranquilo de Viena,  tan contradictorio con las urgencias.  Es necesario disponer de tiempo para caminar por su antiguo centro, gozar sus cafés, visitar sus iglesias barrocas, las colecciones del Museo Leopold y del Museo Albertina, ver las pinturas de Klimt y de Schiele magníficos artistas de comienzos del siglo pasado; recorrer sus entretenidas calles comerciales. Y por supuesto disfrutar de la música de los clásicos compositores que vivieron en Viena, de los paseos por la Ringstrasse y sus parques, y de los magníficos bosques vieneses.
Museo de Arte Moderno

Viena cuya vida fecunda fue interrumpida violentamente por la Primera Guerra Mundial y por todo lo que siguió por cuarenta años, necesariamente ha de tener grandes energías contenidas. No se termina de la noche a la mañana con una larga y profunda tradición, así es que no debiera sorprender  un resurgimiento vienés que vaya mucho más allá de la ciudad y de Austria. Pero claro, todo está en que los vieneses quieran salir nuevamente al mundo y no recluirse en su intimidad

Construcciones de la Viena socialista, al fin de la Primera Guerra Mundial

Después de la Segunda Guerra la simplicidad fue obligatoria

Viena Moderna

Interiores Barrocos

El Danubio  café

Tranvías que son un lujo

La Luz de la Tarde ilumina al Museo Albertina

El Palacio Imperial, uno de los edificios de una Viena descentrada

La Virgen Negra de Czestochowa, en la Iglesia Polaca construida en el lugar de la derrota del Ejército Turco en 1683. Los polacos fueron fundamentales para salvar a Viena

Mariahilferstraase. Árboles bien elegidos le dan carácter a esta gran calle comercial. 

Las colinas donde fue derrotado el Ejército Turco en 1683. De los viñedos sale el popular vino vienés

Sendero en los bosques de Viena

Bosques vieneses

Grinzing, pequeño pueblo tradicional rodeado de viñedos y muy cercano al centro de Viena

Plaza de ingreso al Palacio Imperial

La Iglesia de los Jesuitas

La Gran Biblioteca de Viena

La Explanada del Palacio Imperial cumple múltiples propósitos

Bosques en el Parque de Schönbrunn

Palacio y jardines de Schónbrunn

Schönbrunn

Palacio de Schönbrunn con la ciudad al fondo

La Catedral de San Esteban

Paseando por el Centro de Viena

El arte de la Equitación

El comercio de las calles vienesas  mantiene su vigencia

La música en Viena, la gran actividad al atardecer

El Emperador Francisco José gobernó 68 años el Imperio Austro Húngaro

Viena, una ciudad humana



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