La corrupción europea no da tregua. Ahora nuevamente es el turno del partido del ex Presidente Sarkozy, la UMP. Se trata ni más ni menos que en la última elección presidencial ocultó gastos de campaña por 13 millones de Euros llegando a 35 millones versus los 22,5 millones autorizados por la ley. Su Presidente Jean Francois Copé debió renunciar y con toda seguridad el escándalo salpicará a Sarkozy que difícilmente podrá alegar ignorancia de un aumento de más de 50% en lo tolerado por la ley francesa como gasto de su última campaña presidencial. ¡Nada nuevo bajo el sol europeo!
Se pregunta Le Monde en su editorial del 28 de Mayo como es posible que "un dirigente político de primer nivel, jefe del gran partido de la derecha francesa, que aspira a dirigir al país, haya podido dar pruebas de tanto cinismo", con qué "sentimiento de impunidad el y su equipo se pudieron creer en este punto por encima de las leyes", cómo "se liberaron de las reglas establecidas hace veinte años precisamente para moralizar la relación entre la política y el dinero gracias al financiamiento público de la vida política, a la regulación de la recolección de fondos y al techo para los gastos de campaña".
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| Sarkozy cuando aún era amigo de Gadafy y lo recibía en el Eliseo en París. Después Sarkozy fue líder de la arremetida occidental que terminó con el asesinato de Gadafy |
Un nuevo episodio que ayuda a explicar el auge de los euroescépticos, que no lo son solo con la Unión Europea sino que también con los partidos políticos tradicionales en los países que la conforman. Demasiado pacientes han sido los ciudadanos europeos con sus dirigentes, que excepción hecha de los del norte europeo, llevan a sus países por un camino suicida. Basta ver el desempleo, los niveles de deuda pública que crecen año a año y que prometen futuras desgracias a las nuevas generaciones de europeos, y una economía que en la mayoría de los países avanza a paso de tortuga, si es que avanza.
Ahora Europa para mejorar sus cifras económicas incluirá en sus futuras mediciones el tráfico de drogas y la prostitución. La importancia de estas actividades ha permitido recordar las magnitudes de los negocios ilegales en los países europeos, que dan lecciones al mundo de honestidad y corrección. En Italia la "economía gris" (¿Por qué gris y no negra?) llega al 17% y en España al 19,2% (cifras del 2008).
La reacción desesperada de los electorados europeos que se internan por nuevos caminos ante la ineptitud, corrupción y desvergüenza de sus actuales dirigentes, hace evidente que Europa ha sido llevada al borde del precipicio. Por ello las grandes mayorías han preferido apostar por cartas desconocidas que difícilmente serían alternativas factibles de gobierno.
Es el caso del Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia con el 6% en la elecciones anteriores. Subió en estas al 25% versus el 14% del Partido Socialista de Hollande y el 21% del UMP de Sarkozy.
Es el caso del movimiento "Podemos" en España de aparición reciente y sorprendente, con 1,24 millones de votantes que los captó tras tres meses de campañas por las redes sociales, y que hoy es el partido con más seguidores en Twitter y Facebook. Un fracaso estrepitoso del partido de Rajoy y de los socialistas que bajan del 81% de las elecciones anteriores al 49%
Es el UKIP en Inglaterra que con 27,5% de los votos superó a los conservadores y laboristas.
Naturalmente a la casta política europea no le faltan adjetivos para descalificar las fuerzas emergentes que obtuvieron importantes votaciones en las recientes elecciones europeas. Trata así de desviar la atención del problema que es ella misma con sus añejos políticos tradicionales de todos los colores y pelos, tan bien descritos en el artículo de Perry Anderson donde da cuenta de la corrupción de la política europea.
En países tan significativos como Francia, España y el Reino Unido, los electores han preferido el vacío antes de seguir con dirigentes políticos que han abandonado a sus pueblos. Ha sido como la desesperación de los habitantes de un edificio en llamas que prefieren saltar antes que seguir en el infierno que los quemará vivos. Porque por supuesto es aventurado pensar que las nuevas fuerzas europeas tendrán las capacidades necesarias para gobernar. Tras la debacle política europea está el fracaso de los partidos políticos, sin los cuales el régimen democrático va a la deriva en un mar lleno de rocas. Sin partidos políticos efectivos el camino es el de la dictadura y con suerte la del gobierno fuerte. Bien lo saben los países que surgieron de la Unión Soviética, pues todos salvo quizás los Bálticos que son un mundo aparte, no han logrado avanzar en la tarea de titanes que es constituir partidos políticos sólidos.
No solo la crisis es económica en Europa: es mucho peor, es el desplome de las estructuras políticas que en su momento fueron la base del gran avance europeo. El verdadero problema de Europa ahora no es el surgimiento de partidos fascistas: es el vacío político generada por la corrupción de los partidos. Cuando este vacío se enseñoreó de Europa después de la Primera Guerra surgieron como consecuencia los fascismos y las dictaduras y las peores convulsiones que horrorizaron al siglo veinte.
Pero no solo sus propios ciudadanos han perdido la fe en Europa y sus instituciones. Estados Unidos ha mostrado el más olímpico desprecio por los europeos a propósito de la crisis ucraniana. Ha manejado la crisis de acuerdo a su propio criterio pasando a llevar sin piedad a los líderes europeos. Recuérdese el Golpe de Estado del 22 de febrero en Ucrania donde Estados Unidos impuso el gobierno que se le antojó anulando los acuerdos políticos del día anterior avalados por Alemania, Francia y Polonia. Recuérdese el "fuck you" de Victoria Nuland, la encargada de las relaciones de Estados Unidos con Europa, a los intereses europeos en Ucrania. Pero el asunto es peor: en su intento por aislar a Rusia, Estados Unidos busca nuevos aliados que estén dispuesto a seguirlo en su política agresiva y que eventualmente adhieran al uso de la fuerza militar, para poder actuar prescindiendo de los europeos occidentales que hoy "no atan ni desatan".
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| Nuevos aliados de EEUU en vez de los europeos occidentales |
Y para más ofensa, Estados Unidos anuncia a todo el que quiera oírlo, que con Europa no vale la pena perder el tiempo y comienza a girar al Pacífico. Ello se atribuye normalmente al desarrollo espectacular de los países asiáticos encabezados por China. Pero no hay duda que es la retirada de una Europa que parece haber perdido su norte, la que hace más atractiva la región asiática .
Es el momento de recordar las frases célebres del Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia Sikorski en el Parlamento alemán en Noviembre del 2011: "Le temo menos al poder alemán que a la inactividad alemana... Alemania no puede dejar de liderar, no dominar pero si conducir la reforma". "Estamos en el borde del precipicio... Las futuras generaciones nos juzgarán por lo que hicimos o dejamos de hacer. O establecemos las bases para décadas de grandeza o eludimos nuestra responsabilidad y nos conformamos con la decadencia".
La desgracia europea es que el país que tiene la capacidad para sacar adelante a Europa, Alemania, es un país cohibido por decenas de años, que carga con el peso de las culpas de la peor tragedia del siglo XX, castrado del ánimo por sus adversarios de ayer y socios de hoy. Sabe y tiene las condiciones necesarias, pero no puede. Seguramente esto lo intuyó De Gaulle cuando trató de llevar a Francia a dirigir los asuntos europeos. Su ejemplo y sus ideas sin embargo no perduraron en una Francia frívola e irresponsable. ¿No habrá llegado en Europa la hora de los reinos bárbaros, de esas poblaciones que vienen del este, de lo que se llama "el espacio euroasiático"? Más vale ni nombrarlos: la guerra de imágenes que encabeza Estados Unidos ha hecho de ellos unos parias ante quienes los cultos y civilizados occidentales deben huir aterrorizados. Curioso; ellos no hace mucho, salvaron a Europa Occidental del grave desvarío que la poseyó en el Siglo Veinte.
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