viernes, 16 de marzo de 2018

El espía envenenado y el mundial de fútbol en Rusia

En 1962 Jorge Rojas recientemente fallecido, compuso El Rock del Mundial para celebrar el campeonato de fútbol que ese año se jugó en Chile. Su canción que fue inmensamente popular con los chilenos, caracterizaba como “una fiesta universal” al mundial por venir.
Cincuenta y seis años más tarde es el turno del Mundial de Rusia. No será una “fiesta universal” porque en Occidente todo lo que huela a ruso tiene una connotación satánica. A  Vladimir Putin que sin duda estará al menos en la inauguración del Mundial, se lo presenta como la encarnación de una creatura diabólica con poderes sobrenaturales. ¡Occidente vive buscando pajas en el ojo ruso! Saturado de egocentrismo, no quiere ver las muchas vigas en el ojo propio.

El Campeonato Mundial de Fútbol del 2018

¡Cuánta agua ha pasado bajo los puentes del fútbol en estos cincuenta y seis años! Un campeonato mundial ya no es la competencia casi ingenua que se desarrolló en Chile. Hoy los mundiales son antes que nada un medio para comunicar, gracias en buena medida a la televisión y a las comunicaciones globales.  Hablar del Campeonato del 2018 como una “fiesta universal” no es un simple decir como lo fue en 1962, porque  los Medios ahora la pueden hacer efectivamente universal. Esta realidad abrió los apetitos de los Gobiernos que han encontrado una manera efectiva de llegar a audiencias en todo el planeta.
No por nada los rusos han gastado en la preparación del próximo gran evento del fútbol decenas de miles de millones de dólares. Quieren presentarle al mundo la que ellos consideran la cara real de su país, distorsionada como lo puede advertir  cualquier persona conocedora de Rusia, a más no poder por los Medios Occidentales. Es entendible entonces que el Gobierno Ruso se haya interesado por tener a su país como sede del Mundial. Las imágenes que los Medios llevarán hasta los últimos rincones de nuestro planeta serán eficaces para desvirtuar buena parte de la campaña anti rusa de Occidente. Pero es ingenuo creer que la contraofensiva comunicacional de Rusia a través de las imágenes del Mundial, no encontrará obstáculos en el camino.
Ya se tiene el precedente de los Juegos de Invierno del 2014 en Sochi, Rusia: al momento de ellos en Febrero de ese año, se precipitó la crisis política de Ucrania y el cambio de Gobierno de este país. Las imágenes de Ucrania con Rusia como malvado, se sobrepusieron a las imágenes de los Juegos de Invierno y anularon o al menos empañaron buena parte del  efecto favorable que ellos habían logrado para Rusia.

La Campaña de los Medios Occidentales para destruir a Rusia 

Casi a diario en forma majadera una Campaña universal y masiva intenta asesinar la imagen de Rusia. La asocian como les gusta a los publicistas, a una persona: “Vladimir Putin”. Difícil cuantificar lo que gasta Occidente  en esta campaña, un arma clave en la guerra soterrada en contra de Rusia. Son miles en todo el mundo los  periodistas, Medios, analistas, políticos y académicos, que repiten las consignas de la Campaña. La gran mayoría de ellos nunca han puesto un pie en Rusia, lo que no es obstáculo para que opinen y digan cuanta brutalidad se les pasa por la cabeza a los “creativos” de la Campaña. Por supuesto ella resulta más económica que una guerra  militar y además con muy pocas víctimas fatales. Algunas de éstas sin embargo son necesarias para hacerla verosímil, un “daño colateral” menor. Así se logran tintes trágicos en la imagen que se comunica de Rusia.

El Caso Skripal

Todo lo anterior viene a colación porque a partir del 7 de Marzo los Medios Occidentales han comenzado con una nueva cueca en la que los británicos llevan el pandero: el intento de asesinato de Sergei Skripal, ruso,  ex agente de la inteligencia militar de su país, que fue condenado en Rusia el 2006 por alta traición a trece años de cárcel. Salió al exilio en un canje de espías entre Estados Unidos y Rusia el 2010. Curiosísimo: ¡un ex agente ruso protegido por Estados Unidos que negoció por su libertad! No habrá sido sin embargo tan importante el personaje si lo rusos estuvieron dispuestos a canjearlo y liberarlo de la cárcel rusa
En Salisbury, Reino Unido, donde reside, Skripal fue víctima de un atentado junto a su hija en el que se habría empleado un gas


misterioso y  potente que lo envenenó y que lo ha tenido al borde Sergei y Yulia Skripal
de la muerte. Lo raro es que Skripal no haya muerto inmediatamente tras el atentado porque por lo que dicen los ingleses, el  gas era extremadamente tóxico. Por esto muchos piensan que si se usó gas, es uno diferente al que se menciona en las explicaciones oficiales.
El diario El Mercurio mostró inmediatamente la hilacha de una campaña mediática: de las dos páginas y media que dedicó el 7 de Marzo a las noticias internacionales (no las latinoamericanas), casi una la dedica a este caso. El día siguiente más de la mitad de la única página con noticias internacionales trata el caso Skripal como si la suerte del mundo dependiera de esta patraña. Mucha atención para un asesinato raro sí, pero uno de los miles que ocurren todo los días.
Escribió El Mercurio: “La venganza que tarda, pero inevitablemente llega…” y vinculó el caso Skripal con el asesinato en cámara lenta de otro ex espía ruso en Londres el 2006: el bullado caso de Litvinenko en que la campaña mediática culpó a Rusia de la muerte por contaminación con Polonio radioactivo (Nunca se comprobó la culpabilidad rusa). Como guardándose las espaldas dice el periodista autor del reportaje del Mercurio: “Todavía se trata de conjeturas” y a continuación informa que ya saltó a la palestra el Ministro inglés de Relaciones Exteriores Johnson anunciando las penas del infierno “si se descubre que otra nación estuvo detrás del presunto envenenamiento”. Urbi et orbi proclama después a los gobiernos del mundo que el hecho no quedará impune  añadiendo “No sabemos con exactitud que ha ocurrido en Salibury, pero si es tan malo como parece, es uno más en la letanía de crímenes que podemos dejar en la puerta de Rusia” 

Skripal en sus buenos tiempos
 ¿Cómo supo Johnson tan rápidamente que este crimen había que dejarlo en la puerta de Rusia? ¿Cómo supo que el atentado no era producto de una venganza pasional ni de un vecino hastiado de los ladridos del perro de Skripal, ni de un deudor que estimó útil desterrar de este mundo a su acreedor, ni de…, ni de… ?
Antes de apuntar a Rusia a las pocas horas de sucedido el hecho, el Ministro encargado de las Relaciones Internacionales del Reino Unido por un mínimo de prudencia debió haber esperado las conclusiones de la policía y de los Tribunales de Justicia de su país. Pero no. Debía endilgar a los ciudadanos “del mundo libre” a culpar a Rusia con uno de esos veredictos precipitados, llenos de pasión y rencor de la “justicia popular”. ¡La seriedad inglesa anda por ahí con algunas de la Región Latinoamericana!

Boris Johnson. Un irresponsable a cargo de las Relaciones Exteriores del Reino Unido
Boris Johnson hace recordar a Kerry el Secretario de Estado mentiroso del Gobierno de Obama, que culpó a Rusia a menos de veinticuatro horas del derribo del avión de la Malasya Airlines en Ucrania con “información irrebatible” que después nunca apareció, y que quiso atacar con misiles a la Siria de Bashar Al Assad como culpable del uso de armas químicas contra su propia gente, en circunstancias que el Director de Inteligencia Nacional de Estado Unidos James Clapper advirtió a Obama con el dedo ya en el gatillo, que carecía de pruebas concluyentes para semejante acusación. Fue tan mentirosa la campaña occidental con Kerry a la cabeza en contra de Siria que el Parlamento inglés le prohibió al Primer Ministro inglés de la época, el rubicundo Cameron, participar en el ataque que preparaba Obama.
La próxima muerte de Skripal si llega, será para los Medios Occidentales en cámara lenta, víctima de un envenenamiento con dolores infernales tramado por Vladimir Putin,  instruido en su paso por la KGB en las peores torturas que trajeron a su país lo mongoles. Dará tiempo a muchas informaciones y editoriales de periódicos y a reportajes televisivos durante largos días que tirarán un manto de duda sobre los actuales dirigentes rusos. Ideal para una campaña de destrucción de imagen.
Espías rusos, gases venenosos, Reino Unido, fotos truculentas, asesinatos, atentados…  Si no fuera porque hay dos presuntas víctimas al borde de la muerte, el espectáculo Skripal sería un chiste repetido propio del notable humor inglés.

¿Culpas del Gobierno de Rusia? ¿Estupidez y Locura?

Culpar ahora al Gobierno ruso de un intento de asesinato de su antiguo espía, es achacarle máxima estupidez. ¡Un Gobierno que acaba de develar las nuevas armas que dice pone a Rusia por delante de Estados Unidos y que hacen inútil la red de misiles norteamericanos que cercan el territorio ruso! ¡Un Gobierno atento a las vicisitudes de la Guerra en Siria donde tiene comprometidas importantes fuerzas militares!  No parece lógico que se distraiga con un espía gordiflón retirado en una apacible ciudad inglesa. (Lo único que no tiene de apacible es la cercanía – quince kilómetros- con el Centro que investiga y desarrolla las Armas Químicas inglesas).
Un insulto a la inteligencia de Rusia asumir que está preocupada de uno de sus antiguos espías que incluyó en un canje con Occidente; si  hubiese sido muy importante desde el punto de vista ruso estaría hasta hoy y posiblemente hasta su muerte, en una cárcel rusa.
Los dirigentes del Gobierno Ruso tendrían que estar totalmente dementes para intentar asesinar a un ciudadano ruso en una plaza pública inglesa a plena luz del día, a solo tres meses del Mundial de Fútbol que ellos esperan sirva para mejorar la imagen de Rusia.
No se puede descartar que Occidente mantuviera a Skripal como quien engorda un chanchito para sacrificarlo en un momento propicio. ¿Y qué mejor que un intento de darle muerte a pocos días del comienzo del Mundial para enturbiar la imagen de los odiados rusos? Si hay sospechosos en este crimen aunque duela decirlo, son los dirigentes de Occidente. Fríamente el atentado contra Skripal sirve y mucho, en la campaña en la que está empeñado Occidente en contra de Rusia. A ésta en cambio el atentado sin duda le crea muchas complicaciones.

Un Ejemplo de Campaña de los Creativos Occidentales: el Estado Islámico

No hay que menospreciar la capacidad de los creativos de la campaña de Medios Occidentales. Tuvieron una actuación soberbia cuando presentaron al mundo el Estado Islámico: ¡Inolvidable la imagen del verdugo enmascarado a punto de degollar al ingenuo periodista norteamericano vestido de color naranja en las arenas del desierto sirio!


Pero “como todo en esta vida se sabe sin siquiera averiguar” antes del estreno en sociedad del Estado Islámico el 2012, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN habían apoyado con entusiasmo la formación de él.
Los países de la OTAN  presentaron al Estado Islámico ¡su creatura! en una campaña mediática sin parangón como el gran Cuco terrorista para los países de Occidente. Hasta de eso fueron capaces los “creativos” occidentales. Hoy en el Caso Skripal han calcado el caso Litvinenko: ex agentes rusos que viven en Inglaterra, venenos desconocidos, muertes paulatinas y muy dolorosas.   Así la telenovela  que tejieron los “creativos occidentales” con Skripal  le parecerá conocida al público y por eso será más fácil culpar a Rusia. Todavía produce dividendos la muerte de Litvinenko.
Una ironía de este nuevo caso.  Lo impulsan muy seriamente los líderes occidentales autores ellos mismos de tantas “Fake News” patrañas en buen castellano (La Trama Rusa y el Caso Steele son notables ejemplos recientes), mientras se entretienen denunciando las Fake News de las redes sociales. Ellos,  los continuadores de los que engañaron al mundo con “las armas de destrucción masivas” de Iraq.

Skripal, el Primer Gol del Mundial

Con el caso Skripal Occidente abrió el fuego en la batalla para contrarrestar el efecto benéfico del Mundial de Fútbol (y también para deslegitimar la próxima reelección de Putin ahora en Marzo).
Veremos en las próximas semanas muchas historias truculentas para distraer la atención y también más de alguna acción bélica potente: Ucrania, Siria, Irán… ¡Chi lo sa!
¡Hay que empañar el Mundial de Fútbol de Rusia! No puede ser posible que la gente entienda que Rusia es un país hermoso, poblado de seres humanos y no de marcianos despiadados, seres humanos que sufren, viven y esperan como en todas las latitudes de nuestro planeta.
Una verdadera desgracia que los mundiales de fútbol se hayan instrumentalizado y no sean ya la “fiesta universal” que cantaba en 1962 Jorge Rojas.

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