sábado, 3 de marzo de 2018

Venezuela ¿sin salida?

Casi 20 años de Régimen Chavista podrían terminar en la destrucción del Estado de Venezuela. En apariencias trató de beneficiar a los sectores más populares con políticas intervencionistas y discriminatorias. Usó para ello un instrumental propio de las cavernas de la economía, “políticas populistas” que tarde o temprano hacen que las economías tropiecen. En algunos casos con consecuencias fatales.

Las Sirenas Populistas

Enfrentados a dificultades los teóricos populistas suelen aplicar más de lo mismo: más intervención, más discriminación, más proteccionismo. Hasta que los países comienzan a caerse a pedazos. En ese punto a veces surgen mayorías con realismo y sentido común que endilgan a sus países por nuevos rumbos y que aceptan una cuota de sacrificios para retornar a la normalidad económica y así enterrar las políticas “geniales” de los teóricos populistas. Si estas mayorías persisten en su empeño es posible que logren llevar a sus países por la senda del progreso después de los años perdidos y peor, de generaciones perdidas por los arrebatos de los “populistas”. Venezuela podría haber sido uno más del piño de ilusos que se encandilan con soluciones económicas fáciles que aparentemente persiguen “la justicia social” y que más tarde o más temprano regresan a la cordura.

La Maldición del Petróleo

Pero en Venezuela hay un ingrediente que hace que la crisis populista pueda ser sin retorno y destruir al país: EL PETRÓLEO, del cual hay mucho, tanto como que en su subsuelo están las mayores reservas probadas del mundo. Fue la fuente del ingreso de los venezolanos desde los años 40 y catapultó al país a una prosperidad que lo situó en un lugar envidiable en el mediocre ambiente latinoamericano. Pero pasó con Venezuela y su petróleo lo que sucede cuando se vive de riquezas “fáciles”, las que no se ganan con el propio esfuerzo: se dilapidan generando un clima de corrupción y de “inmoralidad” que corroe y debilita las fundaciones sobre las cuales se asienta el Estado. Al comienzo no fue evidente pero a poco andar el abuso de la riqueza del petróleo fue “notable”. Siendo visible la sociedad venezolana no hizo nada por disciplinarse y en manos de uno u de otros, continuó la farra. Llegó finalmente el Chavismo al poder en 1999 para corregir la salida de madre de los venezolanos, ciudadanos y políticos. Pero el remedio chavista probó ser peor que la enfermedad.
Ser un país petrolero hoy no es nada fácil, y más aún, si está enfermo como es el caso de Venezuela. Son muchos los interesados en darle el golpe de gracia a un petrolero debilitado para de esa manera reducir la oferta en un mercado sobre abastecido.

El Realismo Mágico en Acción

El Chavismo intensificó las arbitrariedades y discriminaciones, el proteccionismo y las políticas asistencialistas. Ya el 2005 el Gobierno emitía licencias de importación que autorizaban importaciones con dólares a un tercio del valor que se transaba la divisa en el mercado libre. Dio lugar a una chuña de sobrefacturaciones que permitía liquidar posteriormente los valores fraudulentos a un tipo de cambio tres veces más alto que él que se había pagado por ellos. ¿Cuánto habrán cobrado los funcionarios que emitían las licencia de importación? Ese año ya era claro que Chávez creaba una casta dorada con militares afines que ocuparon cargos de alta responsabilidad en la administración del Estado. Surgió así una nobleza militar que explica el apoyo hasta hoy de las Fuerzas Armadas al Régimen Chavista. Fue una década (2004 al 2014) en que el petróleo pagaba todas las excentricidades de los gobernantes.

El Petróleo No Es la Panacea

Pero en la vida humana no hay fiesta que dure cien años. El petróleo comenzó su racha alcista el 2003 (Invasión de Iraq) y alcanzó valores en torno a los US$100 el barril, para caer a fines del 2014 y llegar a un precio en torno a los US$40-50 el 2015, el 2016 y el 2017. Lo suficiente para producir una hecatombe en las Finanzas Públicas de Venezuela y en la economía del país alimentada en un 90% de sus exportaciones con las exportaciones petroleras.
Para añadir desgracias la industria petrolera no escapó a los embates de la crisis del país y como consecuencia en los últimos dos años la producción petrolera de Venezuela ha caído a la mitad. Con mitad de precio y mitad de producción no es difícil explicarse la catástrofe que se vive en Venezuela acostumbrada por más de sesenta años a la “plata fácil” de los ingresos del petróleo.

Una Recuperación Casi Imposible

Venezuela podría comenzar si los ciudadanos se lo proponen, los dioses lo permiten, y el diablo se desentiende, una lenta, dura y sacrificada recuperación de varios años, semejante a la de otros países que han sido arrastrados por la vorágine populista. Pero y este es un gran PERO, solo si logra reconstituir sus ingresos petroleros pues de otro modo tendrá que enfrentar la creación y desarrollo de un sector exportador que reemplace al petróleo, tarea que en el mejor de los casos es lenta y casi imposible para un país que ha llegado a los extremos en que se debate Venezuela que muy poco sabe de exportaciones y de mercados internacionales. ¡Mucho tendrán que rezar lo venezolanos para pedir un milagro que los saque del brete en que se metieron!

Un Mundo de Coyotes

En la recuperación de su industria petrolera Venezuela no se manda sola. Ella es parte de un club de coyotes, la OPEC, que agrupa a los productores y que acuerda cuotas de producción para sus socios. Y sucede que este club se atiene al dicho “quien se fue para la villa perdió su silla”, quien se ausenta de producir pierde sus derechos. Política comprensible en un mercado que se alimenta de los acuerdos de no producir y de las sanciones, formales en algunos casos (Irán sancionado) o informales (Libia e Iraq destrozados por guerras que les impiden desarrollar su potencial productivo y Nigeria víctima de acciones de “rebeldes” que coartan su capacidad exportadora).

Los venezolanos entonces han sido socios de este mundo de coyotes que ha vivido de engañar al mundo con una supuesta “escasez” de petróleo en circunstancias que ella se sustenta en restricciones de producción para los coyotes y en sacar del mercado a quienes son grandes productores potenciales.
Para complicar gravemente la situación de los coyotes, Estados Unidos que al 2005 había perdido la mitad de su producción tradicional de petróleo, comienza alrededor del 2010 a desarrollar el “shale oil” (se obtiene por una nueva forma de extraer el petróleo) y recupera a fines del 2017 sus producciones tradicionales. Con la inventiva, capacidad empresarial y recursos de las empresas norteamericanas pronto Estados Unidos se autoabastecerá de petróleo siempre y cuando lo precios se mantengan en niveles razonables (¿US$40-50 por barril?) para las nuevas explotaciones que cada día logran a punta de ingenio, reducir sus costos de explotación. Estados Unidos es hoy la fuente de mayores desequilibrios en el mercado petrolero porque sus empresas no se someten a los dictámenes del club de los coyotes y aprovechan cualquier oportunidad para aumentar su participación de mercado.

¿Cabe en ese cuadro un retorno de la industria petrolera venezolana? Difícil, muy difícil. Los coyotes como buenos coyotes que son, querrán apropiarse de la cuota asignada a Venezuela y Estados Unidos hará todas las zancadillas necesarias (Se las hizo a Libia, a Iraq y a Irán) para que Venezuela no retome producciones que puedan comprometer los precios que necesita su “shale oil” para ser exitoso. ¿Cómo lo hará? Ya lo dijo Tillerson el Secretario de Estado de Trump: eventuales sanciones (basta el anuncio de sanciones para alejar a cualquier potencial inversionista en el petróleo venezolano).

Rusia y Venezuela

Rusia que es un gran productor de petróleo y que adhirió en su desesperación a los acuerdo del Club de los Coyotes el 2017, poco interés ha de tener en enredarse por salvar a una Venezuela que si restaura su industria petrolera podría contribuir a deteriorar la posición fiscal rusa. ¿Para qué? No quiso cargar Rusia con Ucrania (el muerto viviente del fin del Imperio de la URSS) y ¿vendría al socorro de Venezuela? ¿Con qué fin? Bastante más barato le saldría apoyar a un pequeño país del Caribe si busca tener presencia en el Mare Nostrum de Estados Unidos (Se rumorea lo hace con Grenada) sin cargar con las complicaciones que le podría acarrear Venezuela en virtual quiebra, y el petróleo venezolano.

¿Y China?

La gran economía del Oriente hoy compra petróleo de los iraníes, sus actuales aliados, que pueden abastecer todos los requerimientos del crecimiento chino. Estados Unidos pondría mala cara a los chinos si quisieran entrar en Venezuela, un territorio que está vedado para ellos. Ya tuvieron la experiencia de Libia donde China perdió US$20.000 millones de inversión y tuvo que retirar de urgencia a 30.000 ciudadanos al momento de los bombardeos de Occidente.

¿Aceptaría Estados Unidos la presencia china en lo que considera su “Mare Nostrum”, el Caribe, si ya le parece mal que China desplace sus fuerzas navales por el Mar de la China? ¡EEUU hoy la acusa de imperialismo porque se atraviesa a la fuerzas de portaviones norteamericanas en aguas cercanas al territorio chino!

¿Y la Ayuda de Estados Unidos?

Por ella claman venezolanos convencidos que a este país lo mueven las causas nobles como podría ser la recuperación de la “democracia venezolana” “Wishful thinking”: A Estados Unidos lo mueven sus intereses inmediatos, en este caso el bienestar de su industria petrolera que desafortunadamente para los venezolanos, se beneficia de la tragedia de Venezuela. Lo que va corrido del siglo XXI en Medio Oriente muestra en forma patente que para Estado Unidos los hidrocarburos (gas y petróleo) son fundamentales y dejan en segundo plano cualquier interés por la Democracia, los Derechos Humanos, y la Justicia Internacional. A Libia lo destruyó el bombardeo de los aviones de Estados Unidos. Venezuela se ha destruido sola gracias a la frivolidad y tontería habitual tan extendida en los países latinoamericanos. Llegó a lo que puede ser el punto de no retorno. Una gran desgracia para los millones de ciudadanos que confiaron en sus iluminados dirigentes. Años atrás los podían cambiar. Hoy será imposible detrás de la estela de corrupción y robos. ¿Alguien cree que Maduro y sus secuaces entregarán el poder para que los juzguen como pasa hoy en Brasil con Lula y su mafia?

Venezuela: Un Futuro de Pobreza

Un pronóstico más que probable para una Venezuela que fuera rica y hoy enfrenta “las vacas flacas”: Maduro y sus acólitos por muchos años más en el poder, el país empobrecido al nivel de los más infelices del mundo, emigración masiva (¿Diez millones de ciudadanos?), producción de petróleo a un nivel que dé solo lo suficiente para la subsistencia, Estados Unidos sancionando hasta los gatos venezolanos para que el petróleo venezolano no levante cabeza (con el coro de “virtuosos demócratas” aplaudiendo a rabiar tras cada nueva sanción), los coyotes de la OPEC celebrando el desvanecimiento venezolano, la OEA en reunión tras reunión redactando declaraciones una y otra vez cual de todas más lacrimosas, los europeos (los burócratas de la UE) felices ejercitando con la población venezolana su filantropía y asistencialismo, los venezolanos abrazados de los cubanos para aprender y sobrellevar unidos un largo período de pobreza y de enfrentamiento con Estado Unidos (Cuba después de sesenta año de Revolución ya es maestra de maestras en estas materias).

Narcos a la Vista

Una negra nube aparecerá en el cielo venezolano: la del narcotráfico. Aparecerá como un salvavidas, un antídoto a la desesperación y miseria, una tentación irresistible para las autoridades venezolanas si buscan una salida a un callejón que no la tiene. Será el narcotráfico una ilusión que a poco andar traerá como en todas partes, aún más desgracias a los venezolanos.

Moraleja

El caso de Venezuela resulta ilustrativo para los países que gustan de coquetear con el populismo, una disposición irresistible para los latinoamericanos. ¡Es posible la autodestrucción! Aunque se tenga riquezas en cantidades asombrosas como es el caso de Venezuela. Basta con una dosis de políticos corruptos acompañados por algunos ilusos y una oposición timorata para llegar al borde del abismo. Si se tiene la desgracia de estar en la mira de las grandes potencias es más que probable un empujón de algún poderoso para precipitar la tragedia.

4 comentarios:

  1. Felicitaciones por ponerle TINTA AL LAPIZ DE LA VERDAD!

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  2. Que bien Jose. Buena predicción de lo que esta pasando. Pobre Venezuela.

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  3. ?"políticas populistas"???? COMUNISMO!!!!

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  4. Excelente José Luis, premonitorio ahora que estamos viendo lo que pasa..

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