miércoles, 31 de agosto de 2022

Los Acuerdos En Una Democracia No Son Inmutables

El plebiscito del próximo Domingo podría mostrar una virtud cardinal de la democracia: la capacidad de enmendar errores,  un rasgo en el que por lejos supera a cualquier otra forma de gobierno. Las dictaduras pueden ser buenos conductores sociales como lo muestran muchos casos en la historia, pero cuando los que ejercen el mando tienen intenciones aviesas, persiguen sus propios intereses o simplemente se despreocupan de la sociedad que dirigen, resulta muy difícil como lo prueba también la historia, que la sociedad los pueda deponer para cambiar el rumbo. La  Democracia podrá tener procedimientos más lentos, una característica que nace de la búsqueda de mayorías que impongan una decisión, podrá establecer como autoridades a gente ignorante e inexperta, se podrá consumir en la ineficacia, podrá caer en la corrupción, en fin, podrá tener muchas condiciones adversas que por lo demás no son privativas de ella, pero cuenta con un recurso que en circunstancias críticas se hace presente: el peso de la opinión pública. Algo así está sucediendo en estos días en Chile.

Los elegidos para redactar el proyecto de Nueva Constitución deben haber sentido que contaban con un apoyo popular irrestricto. Mal que mal un 80% de los votantes de Octubre del 2020 mostraron que querían un cambio de Constitución. Quizás por esa inmensa mayoría los constituyentes pensaron que cualquier cosa que acordaran sería refrendada por los electores, que su mandato estaba "esculpido en piedra" y que sus arranques ideológicos serían  recibidos con entusiasmo por la ciudadanía. ¿Los mareó el ambiente del antiguo Congreso Nacional, un símbolo de autoridad democrática? ¿Creyeron que escribir una Constitución los transformaba en sumos sacerdotes de un pueblo que recibiría su palabra como palabra sagrada? ¿Se olvidaron del ciudadano común y corriente, aquel que trabaja todos los días, que cumple horarios, que mantiene una familia, que educa a sus hijos, que sufre los desvaríos de las élites políticas, que sabe y no lo olvida, que la vida se vive una sola vez, en suma el ciudadano que aporta a lo que se llama "sentido común", un sentido tantas veces ausente de los pasillos del poder? ¿Se olvidaron que ese "hijo del pueblo" tiene los pies anclados en la realidad de la vida?  

No es raro que el ciudadano común y corriente le haya encontrado olor a podrido al fruto que parió la Asamblea Constituyente. Muchos ideologismos, muchas ideas extravagantes, indigenismo al por mayor, mucho "buenismo", todo muy lejos de las preocupaciones de la gran mayoría de los ciudadanos comunes y corrientes que buscan una buena atención de salud, pensiones que les permitan una vida sin sobresaltos al momento de la jubilación,  trabajos estables bien remunerados, educación de calidad para los hijos, control de la delincuencia, mejoras concretas para una vida que le resulta "cuesta arriba". A punta de preocuparse de las minorías el proyecto de Constitución se olvidó de las grandes mayoría. Nada de raro entonces que un buen número de los que eligieron a los que debían construir "la casa de todos" (el nombre por sí solo muestra el "utopismo" extremo de los que le asignan calidades mágicas a la Constitución) reprueben el trabajo de sus elegidos. 

Una Laucha en vez de un Elefante

¿Creyeron los asambleístas constituyentes que en el proyecto de Constitución la cantidad supera la calidad? ¿Cómo llegaron a un proyecto de 388 artículos y 57 disposiciones transitorias que ocupan 178 páginas? ¡Ni más ni menos! ¡Maravilloso el poder de síntesis de los asambleístas! ¿Tanto habrá cambiado la vida humana que ahora se necesitan cuatro veces más páginas que las que ocupó la Constitución de 1925? Ella se lee en 47 páginas con solo 110 Artículos y 10 Disposiciones Transitorias. Los más de 150 asambleístas que prepararon el Proyecto actual conformaron un comité eximio, de esos que se dice que dibujan un camello cuando tratan de dibujar un caballo. Nada ni nadie limitó la inspiración de los asambleístas y por eso presentan ahora un proyecto camélido.  

A la ciudadanía ya no se la educa en el conocimiento de la que se llama Carta Fundamental. ¿Cómo podría entonces digerir una Constitución del tamaño de la que se le presenta en solo 60 días, el plazo acordado por los políticos para que ella se entere y estudie la que sería la obra magna de los Constituyentes? El voluntarismo extremo del mundo político que renunció a sus obligaciones (remuneradas por cierto) de hacer leyes y mantener una Constitución al día, estableció un procedimiento absurdo para darle una nueva Constitución a Chile y la entregó a manos de aprendices de brujo. 

¿A qué velocidad trabajaron los asambleístas? ¿Dos o tres artículos por día?  Se trata de artículos que se supone deben normar la vida de los chilenos por cincuenta, cien años al menos. Los parlamentarios que a veces se toman diez años para aprobar una ley, olvidaron las complejidades propias de una Constitución y fijaron plazos ridículos al proceso constitucional. 

Los Desilusionados

¿Cuántos son los desilusionados con el proyecto de Constitución y con los Constituyentes? El próximo Domingo Chile saldrá de dudas. Lo que sí esta claro es que los desilusionados son un número suficientemente grande como para hacer dudosa la aprobación de un proyecto que es el fruto del "parto de los montes". 

Si a pesar del número de "desencantados" aún subsistiera una mayoría por el Apruebo, no sería de ninguna manera una mayoría que le permita a la eventual nueva Constitución regir sin más los destinos de Chile. Las constituciones requieren de mayorías sustanciales que las aprueben, no las de un triunfo estrecho.  Está claro que si se aprobara el Proyecto de Constitución lo será por un pequeñísimo margen porque todas las encuestas desde hace varios meses, muestran que el Rechazo probablemente será el triunfador el próximo Domingo por un margen importante. Dicen ellas que el Rechazo tendría entre un 55 y un 60% de los votos.

Milagros de los Nuevos Políticos

Si la votación resulta como predicen las encuestas, los nuevos políticos chilenos, los que surgieron a partir de la violencia de Octubre del 2019, se las habrían arreglado para que casi la mitad de los que apoyaron una nueva Constitución en Octubre del 2020, rechacen ahora en Septiembre del 2022 el proyecto que preparó la Asamblea. ¿Sorpresa? En absoluto. El 3 de Diciembre del 2020 en una columna de este Blog El "Rechazo", una Causa sin Voz ni Votos, bajo el subtítulo "Opinión Pública",  apareció una advertencia a los constituyentes: "¡Es peligroso torear al Monstruo! ¡Y lo quieren torear!" Jamás pensaron los constituyentes que la opinión pública si la torean, se pone de mal humor.

"Opinión Pública" (Texto de Diciembre del 2020)

"El Rechazo comenzó hace un año atrás ( 2019), como una minoría insignificante, un grupo de excéntricos que dudan de la Oligarquía Partidista por principio (yo entre ellos). De ahí en adelante sin dirigentes, sin mensajes positivos o adecuados, sin medios de comunicación, en plena Pandemia, era obvio que sería derrotado. ¿Qué lo fue por cifras muy amplias? Sí, definitivamente. Pero de ahí a creer que en el futuro la opinión pública enfrentada a dificultades que afecten su diario vivir comulgará con ruedas de carreta, es mucha ingenuidad. La historia política chilena muestra que la opinión pública es mudable y particularmente cuando siente amenazado su futuro, algo que debiera tener presente la Oligarquía Partidista y el Partido de la Revolución. ¡Es peligroso torear al Monstruo! ¡Y lo quieren torear!"

Efectivamente una parte sustancial de la ciudadanía chilena no quiere "comulgar con ruedas de carreta" que es lo que le ofrece hoy el Proyecto de Constitución, y menos ahora que por circunstancias externas e internas, siente amenazado su futuro. La opinión pública muda de pareceres con el pasar del tiempo y es lógico que lo haga si las circunstancias han cambiado. ¿Cuándo sucedió algo parecido?  

Un Poco de Historia 

Hace precisamente cincuenta años, en 1972. Como los sucesos de ese año no se mencionan porque es políticamente incorrecto hacerlo, los chilenos desconocen un capítulo muy importante de su historia política. 

El Presidente Allende fue elegido en 1970 con el 36,6% de los votos y por amplísima mayoría en el Congreso  que en esa época debía elegir entre las dos primeras mayorías de la elección presidencial: 153 votos a favor de Allende gracias al apoyo de la Democracia Cristiana,  y 35 votos a favor de Alessandri. Quedaba en claro que en 1970 Chile se orientaba fuertemente a la Izquierda, lo que se confirmó en la Elección Municipal de 1971 en la que la coalición de Izquierda de Allende (la Unidad Popular) alcanzó el 50,26% de los votos. La Derecha (la Oposición a Allende en ese momento) en cambio logró solo el 22,29%. La Democracia Cristiana que prefería en ese  momento aún a la Izquierda antes que a la Derecha, obtuvo un 26,55% de los votos. Estas cifras muestran que en 1971 el Gobierno de Allende reflejaba la real tendencia política del país. En las elecciones parlamentarias de 1973 el país sin embargo cambió aunque no lo hizo por el aumento de la Derecha que pasó del 22,29% de 1971 al 25,1%. El gran cambio lo produjo la Democracia Cristiana que subió del 26,55% al 29,44% pero y esto es lo verdaderamente significativo, formando un bloque con la Derecha, la llamada Confederación Democrática, de modo que la Oposición a Allende pasó de un 22,29% en 1971 al 54,5% en 1973. ¡Un vuelco gigantesco en dos años! El desplazamiento de la Democracia Cristiana correspondió a que el centro político del país se hizo contrario a las políticas del Gobierno de Allende, habiéndolas mirado al principio de su Gobierno con cierta simpatía. 

Que el 1972 hubo "mar de fondo" lo dejó en evidencia la incorporación de altos mandos militares al Ministerio del Presidente Allende y la primera huelga de los camioneros. Un desplazamiento político como el que se vivió esos días debió generar mucho ruido. 

La Unidad Popular no quiso aceptar el vuelco político del país: de Marzo de 1973 en adelante fue minoría. Era lógico en esas circunstancias que el Gobierno ajustara su programa y su actuar para convivir con una Oposición que se había hecho mayoritaria. Como no lo hizo o no lo pudo hacer, las consecuencias aún están frescas en la mente de los chilenos.

50 Años Después

Hoy se advierte un vuelco semejante al de 1972 en la opinión pública chilena. ¿Actuarán los políticos de acuerdo a la nueva situación que se avizora para Chile? Está en las manos de Gabriel Boric el Presidente de la República, apartar de su Gobierno  a los "cabezas calientes" y buscar acuerdos con la Oposición, la que el próximo Domingo se expresará con un voto que probablemente en forma mayoritaria rechazará el proyecto de Constitución.

La Democracia chilena si enmienda el próximo Domingo  la decisión que adoptó en Octubre del 2020, dará muestras de estar "vivita y coleando". Sería una prueba de su capacidad para superar problemas que hacen difícil la convivencia social.   




miércoles, 10 de agosto de 2022

Un Desencuentro Fatal

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En Occidente se cree que Rusia anda detrás del Imperio y que su Presidente Vladimir Putin  ambiciona nuevos territorios para hacerlo más potenente . Imágenes que los Medios  machacan a diario, "urbi et orbi". Podría tratarse de una fijación anacrónica, una proyección de las campañas mediáticas de la Guerra Fría al mundo actual. Pero es una inconsecuencia que ha prendido en un público que muestra una carencia desmesurada de espíritu crítico. 

Dar fin al Imperio Soviético fue la gran hazaña del pueblo ruso junto a otros pueblos ex soviéticos. En forma casi unánime Rusia y las otras nacionalidades soviéticas decidieron que no querían el Imperio, no querían al monstruo que les exigía sacrificios indecibles a sus ciudadanos. Fue tan poderoso el deseo de la opinión pública de la época soviética de deshacerse del Imperio que hasta los principales agentes de él, KGB, Fuerzas Armadas y Partido Comunista, participaron en el entierro. 

Los rusos fueron grandes víctimas del Imperio al que debían entregar su tiempo y su energía como sacrificio propiciatorio todos los años, y por eso promovieron el fin de la institución que los esclavizaba. Tildar a Rusia de imperialista es una estupidez que habla muy mal de quien lo diga o lo crea. Al menos ignora la historia reciente del mundo. ¡"Imperialistas" hoy los mismos que enterraron al Imperio que aterraba a Occidente! ¡Los que enterraron a su propio Imperio! ¡Qué absurdo!

Occidente se olvidó o no le tomo el peso a la muerte instantánea del Imperio Soviético en Diciembre de 1991. Está convencido que la idea imperial aún vive y flota por encima del Kremlin de Moscú a la espera de una nueva encarnación. Que los rusos se dieran cuenta que el Imperio era una especie de tumor que le quitaba energías a su nación y a ellos los empobrecía, no es tema para los académicos e investigadores occidentales y menos por supuesto, para las audiencias de sus Medios. No cabe en las cabezas occidentales que los rusos "tan simples y elementales" hayan superado las fuerzas atávicas que los dominan. ¡Rusia es sinónimo de dominio y punto!

El fin de la Unión Soviética tuvo tres rasgos principales, de los cuales dos concentran la atención de la opinión pública occidental porque el cambio político y económico al que aspiró Rusia después de la Unión Soviética la aproximó a las ideas en boga en Occidente. El tercero una Rusia sin Imperio y la emergencia de quince nuevos países, cual de todos más exóticos y desconocidos, formó parte de la nebulosa geográfica en que vive Occidente, paradojalmente el gran promotor del Globalismo.   


El Fin del Imperio

El cambio en Rusia trajo el fin del Imperio adoptado por los soviéticos que con él le dieron continuidad al Imperio de los Zares. Éste último nació y se desarrolló en una época en la que más territorios y más poblaciones significaban más contribuciones y más soldados que otorgaban más poder al Zar. El mundo moderno cambio radicalmente esta ecuación con la aparición del Estado Social: más tierras y más poblaciones ya no significaron más poder. Pasaron a ser fuente de más obligaciones y de más dolores de cabeza para la autoridad que recibe esas tierras y esas poblaciones. Los rusos lo saben de memoria porque   experimentaron el Imperio en carne propia. Algo de esto debió de aprender Estados Unidos con sus aventuras imperiales en Iraq y en Afganistán.

Alexander Solzhenitsyn el gran pensador ruso que denunció el mundo soviético,  lo expresó con claridad en su "Carta a los Dirigentes Soviéticos" publicada en Moscú en Septiembre de 1973:   

"No debemos ser gobernados por consideraciones de gigantismo político, ni ocuparnos de la suerte de otros hemisferios. Debemos renunciar a esto para siempre, porque esa burbuja está destinada a reventar".

"Las consideraciones que deben guiar a nuestro país son éstas: estimular el desarrollo interno, moral y sano del pueblo; liberar a las mujeres del trabajo forzado para ganar dinero, especialmente del chuzo y de la pala; mejorar las escuelas y la educación; salvar el suelo y las aguas y toda la naturaleza rusa; fundar de nuevo ciudades sanas y completar la conquista del Noreste. Que ya no oigamos hablar más del espacio exterior y del cosmos, no más victorias históricas de significado universal y no más sueños de misiones internacionales".

Pasaron los años y el autor se transformó en un referente obligado de los dirigentes políticos rusos que en él encontraron una sabiduría que brotaba del conocimiento profundo de la sociedad y del ser ruso. 

El Presidente de Rusia Dmitry Medvedev ante la tumba de Solzhenitzyn el día de su entierro el 6 de Agosto del 2008   

Solzhenitsyn anticipó en esos textos el espíritu que reinó en la sociedad soviética el 1991, cuando los dirigentes de la época acordaron la disolución de la URSS, cansada esa sociedad de financiar una estructura que sacrificaba  su bienestar en aras de sostener el Imperio Soviético. No se trató solo de un cambio en la política o en la economía; fue el fin de los propósitos imperiales soviéticos. Desde el fin del Imperio cada nueva nación que surgió de él respondió  por si misma, cada nuevo país "se rascó con sus propias uñas". Se puso fin al Imperio y surgieron 15 naciones independientes. Los dirigente que oyeron las voces de la propia opinión pública para proceder de esta manera, lo hicieron prácticamente por unanimidad. Así lo que podría haber sido un terremoto mayor terminó de forma sorprendentemente pacífica. 


El Retorno Imposible

¿Por qué después de veinte o treinta años la población rusa habría de buscar el retorno a un proceso que falló miserablemente? ¿No tienen suficientes tierras despobladas? ¿No es Siberia una pesadilla para el Gobierno ruso, tan rica, vasta y tan despoblada?  ¿Para qué querrían echarse encima poblaciones ajenas cuando tienen al alcance de la mano en su propio territorio, recursos naturales prácticamente ilimitados? ¿Querrán los rusos de hoy saber de "victorias históricas de significado universal y de más sueños de misiones internacionales"? ¿Al precio de ver nuevamente a las mujeres rusas trabajando con el chuzo y la pala? Si lo hicieran desmentirían ellos a la historia humana que no conoce naciones que busquen recuperar sus pasados imperios,  y hablarían mal de la memoria histórica del pueblo ruso pues treinta años no borran las huellas que dejó el Mundo Soviético, una fórmula que  fracasó en su intento de enfrentar el desafío de siempre de los Gobiernos: permitirle a sus ciudadanos una vida normal. 

La ignorancia de la Historia que hoy campea en Occidente y de las condicionantes que ella causa en los pueblos, explican la liviandad de los juicios que los Medios y la Opinión Pública occidentales emiten a diario sobre el animo imperial que animaría hoy a rusos y a su Presidente Putin. La disolución de la Unión Soviética es el elefante en la habitación que los Medios no ven o no quieren ver. ¿Por qué Rusia habría de volver a recrear un Imperio que se tornó inaceptable para su opinión pública a un grado tal que el descontento permeó a las estructuras de poder de la URSS: el Partido Comunista, la KGB (el organismo de Inteligencia) y sus Fuerzas Armadas? 

Que el retorno del Imperio lo pueda imponer el Presidente Putin y la burocracia que lo acompaña con prescindencia de la Opinión Pública, es una estupidez superlativa. ¿No se tuvo que rendir el Régimen Comunista de la Unión Soviética ante la Opinión Pública? Fue la rendición de un Estado totalitario que intentó por todos los medios imaginables, mantener alineados a sus ciudadanos. ¿Qué armas podría emplear Putin y el Poder Político hoy en Rusia para llevar a sus gentes por un camino que les resultó detestable, si las que usaron los líderes soviéticos probaron ser inútiles para mantener el Imperio? ¿Tiene Putin algún secreto para manejar a la opinión pública de Rusia que ignoró Stalin o Brézhnev?

Los Medios Mienten. ¿Flojera o maldad?

Se contradicen los Medios Occidentales sin un atisbo de verguenza: celebran a los rusos que pusieron fin a la Unión Soviética y su Imperio, al mismo tiempo que proclaman que estos rusos están llenos de afanes imperiales en el mundo actual. ¿Cómo puede ser? ¿Terminaron un Imperio e inmediatamente intentan uno nuevo? Con tamaña inconsecuencia cualquier cosa se puede pensar de los Medios Occidentales de hoy. ¿En qué está el periodismo? ¿Perdió su capacidad de análisis? ¿Persigue beneficios para los Medios olvidándose de la verdad para su público? ¿Obedece a agentes que usan a los Medios como un arma potente de las guerras híbridas?  

Un Desencuentro Fatal

La desaparición de la URSS marca el comienzo de un desencuentro fatal. La opinión pública rusa sintió que al enterrar el Comunismo Rusia regresaba al mundo europeo, aunque mucha agua había corrido bajo los puentes desde que desapareciera el mundo zarista a causa de la Revolución Comunista del 1917: La URSS se transformó en una gran potencia industrial a partir de los años 30, derrotó a Alemania en la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en potencia nuclear y se anticipó en la Carrera Espacial a Estados Unidos."Last but not least" lideró un potente movimiento en los cinco continentes para expandir el Comunismo y fue el contendor  con el que Occidente se las tuvo que ver en la Guerra Fría. Demasiado para que Occidente le abriera las puertas a Rusia, el principal sucesor de la URSS, por mucho que Rusia hubiese sido un actor importante en la vida europea antes de la Revolución Comunista de 1917. Imposible resultó para Rusia un simple "como decíamos ayer". ¿Cómo olvidar los casi setenta y cincos años en que Rusia fue la pesadilla occidental? 

Pero hay más. Al renunciar Rusia al Imperio Soviético, Estados Unidos su rival en la Guerra Fría, quedó solo como Director del Mundo; a falta de una gran potencia europea Estados Unidos dirigió a  Occidente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Pareció natural que el término de la Unión Soviética ungiera a Estados Unidos como el Gran Director del Mundo (¿A eso se refirió Putin cuando habló de la gran tragedia que había sido el fin de la URSS?). Ya con el poder en las manos Estados Unidos consideró que debía asegurar su autoridad sobre el mundo. ¿Quién lo podría amenazar? Obviamente la única respuesta posible en 1992 era Rusia, que podía constituirse en el continuador de la URSS, pasando por alto eso sí, el hecho más significativo del término de la URSS: el deseo de la opinión pública de Rusia de enterrar la idea imperial que tan cara le había costado a sus ciudadanos. Estados Unidos buscó prevenir futuros entuertos y nuevos imperios como Juan Segura que dicen vivió mas de cien años. 

La Doctrina Wolfowitz

En 1992 se hizo pública la "Defense Planning Guidance 1994-99" llamada posteriormente la Doctrina Wolfowitz (tomó el nombre del Subsecretario de Defensa de Georges Bush padre. Al poco tiempo que la publicó el New York Times la edulcoraron para bautizarla más adelante como la doctrina Bush). Entre otras afirmaciones incluyó la decisión de Estados Unidos de impedir el surgimiento de cualquier potencia en el espacio ex soviético. "Nuestro primer objetivo es prevenir la re-emergencia de un nuevo rival ya sea en el territorio de la antigua Unión Soviética o en cualquier otro lugar, que suponga una amenaza semejante a la de la Unión Soviética. Esta es una consideración dominante subyacente en la nueva estrategia de defensa regional y requiere que nos comprometamos a PREVENIR que cualquier potencia hostil pueda dominar una región cuyos recursos bajo un control consolidado, pudieran ser suficientes para generar poder global". "Our first objective is to prevent the re-emergence of a new rival, either on the territory of the former Soviet Union or elsewhere, that poses a threat on the order of that posed formerly by the Soviet Union. This is a dominant consideration underlying the new regional defense strategy and requires that we endeavor to prevent any hostile power from dominating a region whose resources would, under consolidated control, be sufficient to generate global power". 

Gracias a la Doctrina Wolfowitz Rusia quedó condenada: su papel en el mundo sería el de un país segundón al estilo de los de Europa; podría gozar del bienestar a cambio de la obediencia al Gran Director. Tan simple como eso. Y ni soñar en la posibilidad de volver a Europa que con Rusia asociada a ella (y a Alemania en particular), podría recuperar la energía perdida y retomar su papel de gran potencia mundial.

Estados Unidos se adjudicó el rol de la prevención. Lo ha ejercido sin titubear a pesar que treinta años muestran que no es un arte que domine satisfactoriamente: árabes, rusos, africanos, asiáticos, presuntos terroristas, chinos, iraníes ¡"you name it"!, han sentido el peso de la mano del Director. Nada tiene de raro que hoy buena parte del mundo lo quiera reemplazar. 

Más adelante, Zbigniew Brzezinski aclaró aún más la estrategia de Estados Unidos. A partir del año 1960 Brzezinski participó activamente en el desarrollo de la política exterior del Partido Demócrata lo que le dio méritos para convertirse en el Asesor de Seguridad Nacional del Presidente Carter. De ahí en adelante hasta su muerte el 2017, fue muy influyente en el diseño de la política exterior de Estados Unidos. En su libro "El Gran Tablero de Ajedrez" de 1997, escribió:

"Estados Unidos es ahora la única superpotencia global y Eurasia es el campo de lucha central en el mundo". "Es imperativo que no aparezcan contrincantes en Eurasia capaces de dominar Eurasia y que por eso desafíen a Estados Unidos".

"Europa es la cabeza de puente geopolítica esencial de Estados Unidos en el continente de Eurasia". "Europa Occidental y cada vez más Europa Central son básicamente un protectorado de Estados Unidos" "Si el espacio intermedio (léase Rusia) rechaza a Occidente y se convierte en una sola entidad asertiva y ya sea que gane el control del Sur o forme una alianza con un actor principal del Este (léase China), la primacía de Estados Unidos en Eurasia se encogerá dramáticamente,"

Y para remarcar que Rusia no puede interferir en los desarrollos internacionales de Estados Unidos, Brzezinski escribió:"Cualquier acomodo con Rusia respecto al crecimiento de la OTAN no debiera generar un resultado que haga de Rusia un miembro de facto de la Alianza con poder de decisión".                                                      (Citas de Brzezinsky en https://www.globalresearch.ca/ukraine-pawn-grand-chessboard/5778417)

"Su Pasado la Condena". Rusia y el Mundo Occidental en el siglo XIX.

Razones tuvo de sobra Estados Unidos para preocuparse de la sombra que le podía hacer Rusia en el futuro. El poder que había alcanzado la URSS en la Guerra Fría y tras la derrota a Alemania en la Segunda Guerra Mundial, era suficiente para inquietar a Estados Unidos. Pero a ese antecedente había que añadirle el poderío que representó el Imperio de los Zares rusos en Europa en el siglo XIX.

Ya en 1812 la Rusia Zarista había derrotado de muerte a Napoleón, el líder de Francia, la gran potencia europea de la época. Un recordatorio de la potencia militar que había alcanzado el Imperio de los Zares es visible


en la sala de los Oficiales del Museo L'Hermitage de San Petersburgo. En ella se exhiben trescientos retratos de los altos oficiale
s rusos que participaron en la derrota de Napoleón. Los Occidentales los llaman ¡el General Invierno! según los autoengaños a los que son tan proclive y que terminan pagando caro. Por algo llegó Luis XVIII al trono de Francia y por algo el Zar de Rusia tuvo una participación destacada en el Congreso de Viena de 1815 que diseñó la estructura que habría de regir en Europa en el siglo XIX. Ese "algo" hizo milagros. ¡El poder de las bayonetas rusas!

En 1832 el Mercurio de Valparaíso publicó un reportaje a propósito de la visita a ese puerto de una fragata zarista. Habla de "...ese poderío superior a todos los presentes en Europa". Más adelante en 1848 año de revoluciones en Europa, doscientos mil soldados rusos salvaron al Imperio Austríaco cuando debió enfrentar sublevaciones en Hungría

En la segunda mitad del siglo el Imperio Zarista con algún atraso respecto a otros europeos, se puso al día con el desarrollo industrial reflejado en el desarrollo de los ferrocarriles: en 1855 las líneas no llegaban a 1000 kilómetros; en 1880 habían alcanzado a 20.000 kilómetros y el 1917 sumaban 80.000 kilómetros. ¿Cuántos kilómetros cuadrados se hicieron productivos con este crecimiento espectacular de las líneas férreas? ¿800.000 kms2? ¿4.000.000 kms2? ¿8.000.000 kms2? El progreso económico de Rusia a fines del siglo XIX dio paso al llamado "Siglo de Plata", un progreso asombroso en la Cultura que alimentó el desarrollo cultural de Europa. 

Una Predicción que Resultó Cierta

En 1835 el pensador francés Alexis de Tocqueville escribió en su libro "Democracia en América" presintiendo el poderío de rusos y estadounidenses, "Hoy hay dos grandes pueblos en la tierra que partiendo de diferentes puntos parecen avanzar al mismo fin: ellos son los rusos y los anglo americanos" "Sus puntos de partida son diferentes, sus caminos son variados; sin embargo cada uno de ellos parece llamado por un designio secreto de la Providencia a tener en sus manos el destino de la mitad del mundo".

Tuvo razón Estados Unidos en "poner en la mira" a Rusia en 1992 y en cuidar que no se repitiera la participación rusa en Europa. Trató de convertirla en un segundón al estilo de los otros países de Occidente. Los rusos  al ver que Occidente no los recibía con los brazos abiertos, tomaron nota de la actitud hostil. Se equivocó Estados Unidos en pensar que Rusia se conformaría con ser una Alemania más, una Italia más, una Francia más... Después de deshacerse del Imperio Soviético Rusia no estuvo dispuesta a cederle su soberanía a un nuevo Imperio, el de Estados Unidos. El último capítulo de una Guerra que ya no se oculta, es la Guerra de Ucrania. Con ella no se acabara la tensión entre Estados Unidos y Rusia porque es simplemente el episodio más reciente de una Guerra que continuará y que se hará más grave en el futuro. ¿En los próximos meses? ¿En los próximos años? ¡Desencuentro fatal el de los dos grandes países de Tocqueville! ¡Un auténtico drama humano! ¡Un Imperio que se va y otro que llega!

Epílogo

¿Hasta cuándo el enfrentamiento? Esa es la pregunta que hoy se hacen millones de personas. La gran mayoría cree que la Guerra presente es entre Rusia y Ucrania sin enterarse que Estados Unidos trata de mantener su posición como único Director del Mundo mientras Rusia se resiste a ser un acólito. Por algo la OTAN cuyo jefe y sostenedor es Estados Unidos, incorporó de hecho a Ucrania hace ocho años; durante este tiempo la OTAN entrenó al menos 80.000 soldados de Ucrania y la abasteció de material bélico.  Difícil "pasarle la mano por el lomo" a Rusia parte de un gran imperio que "roncó" por doscientos años, un país "acostumbrado a mandar" como Don Julián (un personaje de una canción mexicana, "El Perro Negro", de José Alfredo Jiménez). Rusia no acepta ser siervo de Estados Unidos y Estados Unidos no acepta dejar su rol como potencia Directora del Mundo. Las dos grandes potencias nucleares se encuentran en lo que los anglosajones llaman un "collision course". ¿Cómo se evita el choque? Rusia mostró que está dispuesta a vivir fuera de Occidente, algo impensado para los Occidentales que siguen mirando su mundo como si fuera "el mundo", lo que fue cierto 30 años atrás cuando desapareció la Unión Soviética. Hoy no lo es. China y la India tienen la primera y la tercera economía del mundo respectivamente, ambos con un nivel envidiable de ahorro, que en el caso de China es simplemente asombroso (arriba del 45% de su PGB) y gracias al que puede enfrentar cualquier desafío que se le ponga al frente. ¡Y Rusia tiene los misiles hipersónicos y una capacidad militar que impresiona a cualquiera! Como que ya lleva 20 años de rearme y reorganización de sus Fuerzas Armadas. No es la Rusia que invadió Ucrania con una parte menor de sus Fuerzas Armadas y que se guarda para el enfrentamiento que cree inevitable con la OTAN. 

El camino a Estados Unidos se le ha hecho "cuesta arriba". Sería milagroso que pudiera conservar la posición que alcanzó a la caída de la Unión Soviética. ¿Como podría contener a las grandes potencias emergentes que se cruzan hoy en su camino? 




 

  

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