lunes, 14 de marzo de 2022

La Guerra en Ucrania y las Comunicaciones

¡Qué pensar de la opinión pública de Occidente! En cuarenta y ocho horas desde que Rusia atacara militarmente a Ucrania, una rara unanimidad de pareceres recorrió Occidente. Por los Medios y las Redes Sociales se juzgó a Putin y se lo condenó  como uno  de los monstruos de la historia moderna: un nuevo Stalin que busca reconstituir el Imperio Soviético o Zarista, cualquiera de los dos, y que no trepida para ello en usar los medios más cruentos; y a los rusos se los condenó por sus genes: son imperialistas por naturaleza, la violencia es consubstancial a su manera de ser, tienen una sed inagotable de sangre, y suma y sigue. ¿En 48 horas la gente se enteró en detalle de lo que pasaba en Ucrania y emitió su condena a Putin y a los rusos? ¿En 48 horas se enteraron de las causas de una situación que nunca estudiaron ni analizaron en el pasado? ¿En 48 horas conocieron las motivaciones profundas del Gobierno de Rusia? Todo lo que ha sucedido con la opinión pública es grotesco. Se ha tragado lo que le han contado o mostrado. Ha creído con la fe del carbonero. ¿Por qué? Porque lo muestra la televisión o porque está en los diarios. ¡Qué rasgos los de la sociedad moderna! 

Las campañas comunicacionales no se refieren a teorías abstractas que difícilmente calan en la mente de los ciudadanos. Se ensañan con personas de manera de provocar "emociones" en la opinión pública, de moverla en la dirección que estimen útil los creadores de la campaña. Cuando se trata de usar personas como monigotes de una campaña, se les puede colgar cualquiera intención; ¿Quien conoce efectivamente las razones del actuar de una persona? ¿Cómo se demuestra que alguien no es ambicioso o codicioso, o despiadado, o sádico, o...? Es cosa de apuntar los cañones de los Medios y de las Redes Sociales, y comenzar a disparar. Rusia tiene una artillería en su Ejército que es de veras y extraordinariamente efectiva, pero Estados Unidos tiene otra artillería, la de las comunicaciones que es igual o más efectiva que la de los cañones. 

El personaje diabólico de la campaña comunicacional hoy es Vladimir Putin el Presidente de Rusia. La campaña lo pinta como un monstruo ávido de sangre humana que quiere a toda costa reconstruir la URSS, un ladrón que no tiene empacho en robarle a su pueblo, un desalmado que ordena matar sin miramientos, un anacrónico que impulsa guerras en una época en que las guerras pasaron de moda, un primitivo que está en contra del progreso de la humanidad, un zar sanguinario que dispone a su antojo de la vida de sus súbditos... Los genios de las campañas pueden achacarle a Putin todo lo que el común de los mortales identifica con la maldad y que suscita emociones, todo aquello que los "mueve". Se trata al fin y al cabo que los espectadores  hagan un gesto, que reproduzcan en las redes sociales el artículo o el video que los movió, condenatorio de "Vladimir Putin" por supuesto, que lo conviertan en "trending topic". ¡Qué fácil es cuando se ignoran las razones de una guerra, echarle la culpa de ella a un ser humano al que se le cuelga todo tipo de adjetivos!

El rol del "malo" ya está claro. Putin es el elegido. ¿Y el del "bueno"? A no dudarlo. Zelensky, el Presidente de Ucrania de los últimos tres años, el actor cómico que los ciudadanos de Ucrania eligieron como Presidente. Él deleitaba a sus compatriotas. Hoy al mundo. ¡Es santo y bueno el hombre! Aunque su país el 2020 alcanzó según el Banco Mundial un ingreso per capita ajustado por la paridad del poder de compra, de tan solo US$13.054, la mitad del de Chile y menos de la mitad del de Rusia ($29.812). Ucrania consiguió casi lo imposible, el honor de ser el país más pobre de Europa después de haber sido junto a Rusia, la región más próspera de la URSS. Y estas cifras "maravillosas" las consiguió Ucrania después de 13 años de Gobiernos pro occidentales y cuatro del equilibrista Yanukovich que se balanceó entre Rusia y Occidente. Ucrania, ¡qué aporte a la Unión Europea! ¡La joya que le falta a la OTAN! ¿La miseria de Ucrania no habla acaso de la incompetencia monstruosa de sus políticos y dirigentes? ¿Como se las arreglo Ucrania un país rico según  muestran los videos que pululan por las redes sociales, una versión moderna del Edén donde su Presidente canta canciones románticas junto a su mujer, cómo se las arregló para convertirse en el desastre en que se hallaba  sumido al momento de la invasión rusa?  

Putin podrá no ser un santo pero es desusada e irresponsable la campaña que lo ha transformado en el villano-monstruo de la época moderna, rodeado de súbditos-oligarcas que solo saben hacer su voluntad. Los proclaman así los lectores de diarios, revistas, los televidentes y los usuarios de las redes sociales. Jóvenes, viejos, buenas señoras, señoritas, académicos, universitarios, gañanes, delincuentes, policías... todos, todos tras el tirano apedreándolo y atizando la hoguera que lo espera. Para ellos cualquier castigo del monstruo y de su país es necesario y está justificado. En Occidente los buenos ciudadanos no escatima expresiones condenatorias de Rusia y Putin. ¿Han puesto ellos un pie en Rusia? La gran mayoría nunca. Algunos han llegado a pisar por dos o tres días san Petersburgo, la más occidental de las ciudades rusas. ¿Qué importa? Ahora todos tienen autoridad para juzgar de la geopolítica del Este de Europa. 

Muchas veces los protagonistas de los sucesos internacionales se esfuerzan por borrar sus huellas y hacen lo posible para que la opinión pública no se entere de lo que hacen. Por eso las columnas de este Blog son el resultado de una larga y tediosa investigación en fuentes que el tiempo enseña son las más confiable en un terreno de por si movedizo. Parece necesario destacarlo porque hoy se apoderó de la opinión pública de Occidente un afán francamente patológico por opinar sobre temas que desconoce, sí, y casi completamente.  ¿Desde cuando se considera ella suficientemente documentada para juzgar sobre la invasión de Rusia a Ucrania y sobre sus principales protagonistas? ¿Cree que es suficiente ver un video para retransmitirlo por las redes sociales? ¿Sabe donde queda en el mapa Ucrania? ¿Basta leer un artículo para creerse dueño de la verdad? ¿Conocen los que opinan, los países que intervienen en la guerra? Está bien sentir pesar por las víctimas que toda guerra acarrea pero hay mucho distancia de ahí a transformarse en divulgador de información que no se sabe que valor tiene. Este afán del público occidental se ha transformado en una verdadera y terriblemente contagiosa Pandemia. 

El actor que es Zelensky el Presidente de Ucrania, colabora activamente en la campaña que consagrará a Rusia como el  paria del mundo. Mientras tanto civiles y ucranianos mueren víctimas de la Guerra que Zelensky no quiso o no pudo evitar, a pesar que al momento de la rendición inevitable, el costo de la Guerra para Ucrania será mucho mayor que su neutralidad, que la independencia de las Repúblicas del Donbass y el reconocimiento de Crimea como territorio ruso. A ello sumarán muertos y heridos, la neutralización de las Fuerzas Armadas de Ucrania y pérdidas territoriales aún mayores. ¡Zelensky, el Presidente incapaz de cumplir con la palabra que su país empeñó en Minsk con Francia y Alemania de testigos!


Las Guerras Híbridas, una realidad en el Mundo Contemporáneo; en ellas Occidente usa intensamente las Campañas Comunicacionales   

¿Cuántas veces en este Blog se han descrito las llamadas guerras híbridas tan propias de la época actual? Las comunicaciones hoy son un arma favorita de las naciones o movimientos políticos. A través de ellas se puede destruir la imagen de países, instituciones, partidos políticos y personas, y como consecuencia afectar gravemente su vida económica y financiera. El diseño actual de las campañas comunicacionales hace que logren un máximo de efectividad. Lo que hemos visto en los últimos quince días muestra que los especialistas en este tipo de guerras han alcanzado nuevas alturas: no solo transmiten sino que consiguen que sus mensajes sean divulgados por las redes sociales en forma casi instantánea, y que ellos causen fuertes emociones  de antipatía o simpatía en el público que los recibe y redistribuye con total desaprensión. Somos testigos en estos días de una verdadera cacería de brujas que deja chicos a los que la practicaron en el pasado. Gracias a la Guerra de las Comunicaciones que dirige Occidente hoy se entiende como se pudo propagar el nazismo por la Alemania de los años 30 del siglo pasado. ¡Qué pobreza de información hoy la del mundo occidental que sucumbe a la campaña comunicacional, la que pinta cualquier cosa sobre los sucesos de Ucrania! ¿Podría ser de otra manera si el mundo actual pretende que los seres humanos opinen sobre lo que sucede hasta en los últimos rincones del Planeta como si fueran "super hombres"?  

En la base del juicio está la información; si la información es basura el juicio será basura. Los receptores de las campañas comunicacionales sienten que pueden juzgar porque se creen informados cuando en realidad están siendo "des-informados". Después de una búsqueda de información suficiente y adecuada se necesita analizarla para recién entonces reflexionar, lo que por supuesto no se aviene con la inmediatez que caracteriza al mundo moderno. Ya lo decía la letra de una vieja canción cubana: "En este mundo de hoy, todo es rápido y complejo" Solo tras una reflexión cuidadosa, se puede pasar a la acción: crítica, apoyo, descalificación, aprobación, etc. Se abre así un profundo signo de interrogación sobre la cultura actual, la de los países de la inmediatez. Carga con graves deficiencias que no auguran nada bueno para el futuro de sus sistemas políticos. Información deficiente o peor, desinformación. ¿Análisis? No hay tiempo. Reflexión: ¿Para qué si los pensamientos los entregan envasados? Acción: ¡por supuesto! En la cultura de hoy es lo propio del individuo, lo que lo engrandece, actuar. Que ella no se sustente en una información sólida, bien analizada y pensada con tranquilidad, no importa. Lo que importa es actuar. ¡Información, análisis, reflexión y recién ahí, acción! Un proceso clave en la vida política. ¿Se cumple hoy en el linchamiento de Rusia y de su Presidente Putin? Cualquiera que conozca algo de Rusia sabe que la información que maneja el público es atrozmente deficiente, por lo que el proceso para juzgar a Rusia que comienza con esa información, nace viciado.

Estados Unidos y la Guerra de las Comunicaciones

Demás está decir que el gran especialista en la confección de videos y comunicaciones para las campañas comunicacionales es Estados Unidos. Allí la costumbre de transmitir imágenes tiene una larga tradición. Se desarrolló con Hollywood que alimentó por decenas de años a espectadores de todo el mundo, y encontró un terreno fértil en el Marketing, una herramienta comercial que hizo y hace uso intensivo de imágenes con alta carga emocional.  Las campañas comunicacionales llenas de imágenes, pasaron a ser un arma principal en el arsenal de  Estados Unidos; una vez que ellas logran su objetivo en la mente del público, éste justifica y acepta  una avalancha de sanciones económicas y financieras que intentan dañar la economía de sus enemigos. (Así lo mostró Obama  el 2016 cuando declaró que había "DESTROZADO" la economía rusa). Son esfuerzos de los dirigentes de Estados Unidos por evitar las acciones violentas y la consiguiente censura de electores que muestran cuanto les duelen sus soldados muertos en las guerras eternas que inicia su Gobierno (Libia, Iraq, y Siria son buenos ejemplos actuales). Guerras que desde el 2001, el Gobierno de los Estados Unidos  lleva adelante sin la aprobación del Congreso. Las campañas de imágenes, incruentas, permiten que Estados Unidos se ahorre el capítulo siempre odioso y muy peligroso, de los muertos e inválidos de sus filas que dejan las guerras. Las guerras de las comunicaciones son sucedáneos de las "boots on the ground", de los ejércitos de ocupación.

Ojalá que quienes se tomen el trabajo de leer las columnas de este Blog, no se dejen llevar de buenas a primeras por los infinitos videos y documentos mal intencionados que circulan por las redes sociales. Sería una mínima muestra de respeto por las víctimas y por todos los que sufren hoy el conflicto en el Este de Europa, un territorio que el historiador inglés Timothy Snyder llamó por algo "Las Tierras de Sangre".

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