lunes, 29 de octubre de 2012

¿Qué medita Rajoy?

Aún con rescate, para salir del pantano la economía española debe hacerse competitiva y para ello contraerse, desinflarse.


Parece inexplicable que Rajoy, dubitativo, no pida “el rescate”. La espera se hace intolerable para una economía que detenta una cifra asombrosa de desempleo (25%). Sin embargo, detrás del interés europeo “por ayudar” hay un propósito inconfeso: salvar las colocaciones de los bancos franceses y alemanes que contribuyeron a que la deuda privada española se encumbrara a niveles impagables. Hoy los créditos morosos en la banca española llegan al 11% de las colocaciones, más que el capital de los bancos. Los acreedores extranjeros de la banca española tendrían que olvidarse de la recuperación de sus colocaciones si no hay “rescate”.

Si lo hay, España deberá garantizar la devolución de los fondos. Y aquí parece estar la “madre del cordero”. El Estado español tendría que responder a Europa por los fondos que recibirían bancos privados españoles. Ellos en buena parte los usarían para pagar a los bancos acreedores europeos. Así, el “rescate” haría que “las castañas se saquen del fuego con las manos del gato”, con las manos de los ciudadanos españoles que quedarían esclavos de estas garantías quién sabe por cuántos años. Pero claro, se salvan los bancos europeos y españoles.

¿Mejorará con “el rescate” la economía española? Difícil, porque no se hace más competitiva. Al fin de cuentas buena parte de los fondos irían al pago de los bancos acreedores europeos. ¿La alternativa? El “default” de España y la quiebra de los bancos (y esto cuando el desempleo ya está en niveles intolerables y a punto de desintegrarse el Estado español por el ánimo independentista de vascos y catalanes). Buen dilema el de Rajoy. La amenaza del jaque mate justifica que piense y dude no una sino mil veces. Su arma terrible de negociación para temperar las exigencias  europeas es la amenaza del suicidio español, que arrastra al euro y a la economía de Europa.

Aun con rescate para salir del pantano la economía española debe hacerse competitiva, contraerse, desinflarse. Sin ello todas las eventuales “ayudas para el crecimiento” (la fórmula “Hollande”) son pan para hoy y hambre para mañana. En el mejor de los casos, más recesión en un ambiente político que ya no tolera más esperas.

Publicado en Estrategia

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