miércoles, 16 de septiembre de 2015

El Rey de España No Conoce las Réplicas

El Rey de España cantó victoria en Estados Unidos porque cree que su país ha superado la crisis que lo aflige desde hace siete años. Pero el optimismo del Rey olvida las "réplicas".

Los chilenos algo han aprendido sobre los terremotos como lo mostró el que golpeó al país hoy en la tarde. Ya saben que están expuestos a las salidas de mar y que quienes están en la costa deben prepararse para evacuar a un terreno que tenga la altura suficiente para evadir las olas traicioneras de los tsunamis. También que un movimiento importante de tierra no es un fenómeno aislado. Viene acompañado de muchos movimientos de distinta intensidad, las llamadas réplicas, algunas de las cuales pueden ser potentes.  Una réplica, de menor intensidad afortunadamente que el terremoto de hoy, se ha sentido al momento que leo comentarios sobre la visita del Rey de España a Estados Unidos .

Milagrosamente España parece haber sobrevivido a la violencia con que dañaron a su economía  las olas que originó el terremoto que fue la crisis Sub Prime en Estados Unidos. Que el desempleo llegó al 27%, que la morosidad bancaria superó el 11%, que el déficit fiscal se acercó al 10%, y que el país quedó con un sistema político que pende de un hilo con los partidos tradicionales listos para el Cementerio y con nuevos partidos que no se sabe como podrán gobernar, es una indicación de la potencia  del terremoto y de sus olas.






España hoy depende para mantenerse en pie, de una normalidad económica en el mundo que bien se sabe no es natural. La rapidez de las comunicaciones y la cobertura global  de los sucesos económicos hacen evidente  por todos lados algunos "temblorcillos" que en cualquier momento pueden dar paso a movimientos fuertes- las réplicas- que desmoronen las construcciones que han quedado tambaleantes después de un gran terremoto. A España la han sostenido los puntales que oportunamente dispuso el Banco Central Europeo pero ello no quita que su estructura es todavía terriblemente endeble. Dos indicaciones que las cosas están lejos de andar bien: el déficit fiscal que este año superará el 5% del PGB (¡y esto después de siete años de ajustes!) y el nivel al que llegará la deuda pública que es muy probable supere al fin del 2015 el 100% del PGB. Las consecuencias: un desempleo que sigue en niveles catastróficos (arriba del 22%) y una situación política que continúa deslizándose por un tobogán que no presagia nada bueno. ¿Y qué pasa si llega la "réplica"? ¿De dónde sacará recursos España para defenderse? ¿A qué tasas de interés deberá endeudarse y a cuánto llevarán ellas al déficit fiscal? Han bastado los ruidos que llegan de Cataluña para hacer presente que un problema mayor en España puede llevar el costo del endeudamiento público a niveles intolerables.



¿Será éste el momento para que el Rey diga en Estados Unidos "la peor crisis económica de la democracia se ha superado y, pese a las dificultades que persisten, España es un país fiable para invertir y hacer negocios"? ¿En qué mundo vive el Rey cuando afirma " podéis contar con España, confiad en España, tened confianza en una nación que regresa con fuerza, que es moderna, sólida, llena de creatividad y empuje para superar las dificultades y desafíos, y totalmente abierta al mundo"? ¿España una nación llena de creatividad? ¿Una nación sólida? ¿Llena de empuje? ¿Se refiere el Rey al Banco Central Europeo? ¿Avalan sus palabras los millones de desempleados que por años no encuentran un trabajo normal? ¿Y que hay de la corrupción que es parte del paisaje de todos los días en España? ¿Habrá descrito el Rey a la economía informal española o en términos menos delicados, a la economía "negra"?

Mejor haría el Rey en llamar a terreno a la lamentable clase política que dirige su país para que muestre algo de seriedad y responsabilidad. Prefirió discursear en Estados Unidos al mejor nivel de un vendedor de autos usados.

Nada de raro que Felipe VI haya recibido los aplausos y felicitaciones de Obama. Ya se sabe que los Presidentes juegan partidos misteriosos que poco tienen que ver con las realidades de los negocios. En cambio los empresarios e inversionistas norteamericanos de un realismo que despanzurra, tendrían que cambiar su naturaleza para tragarse los anzuelos del Rey de España.


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