martes, 8 de diciembre de 2015

Debilidades de la Turquía de Erdogan

Al derribar a un avión militar ruso en lo que fue una verdadera emboscada,  los líderes turcos se han mostrado arrogantes y hasta prepotentes. ¿Con qué ropa se visten para mostrar una fuerza que no tienen?

¿Un País Con Pies de Barro?

En los últimos veinticinco años la economía turca se ha multiplicado por más de cuatro veces y hoy Turquía es un país muy diferente al país del Tercer Mundo que fue en la segunda mitad del Siglo Veinte.  En todo el país surgen modernas ciudades bien diseñadas, llenas de edificios nuevos de buena construcción, como fiel reflejo de la prosperidad de Turquía. Pero "no todo lo que brilla es oro". Hay ciertos rasgos de la vida turca actual que hacen pensar en un ser con pies de barro, pies que difícilmente podrían  sostener por un largo tiempo, el cuerpo que se monta encima de ellos. Y mucho menos que ese cuerpo pueda desafiar militarmente a un país como Rusia, un profesional de las artes militares.




El Fin de Una Amistad

Laboriosamente Rusia y Turquía habían estado construyendo en la última década una relación amistosa y de cooperación. Debe haber sido una de las razones por la que Putin como reacción al ataque turco, expresó que a Rusia le clavaban un puñal en la espalda. Ambos países sentían que debían labrar su propio futuro al margen de una Europa que por distintas razones, los rechazaba. Rusia seguramente con mayor urgencia, porque su aislamiento es más radical y producto de la campaña de Estados Unidos impaciente por eliminar de la escena al heredero de su rival en la Guerra Fría. Turquía en cambio siente que al menos militarmente, la OTÁN  la acoge con buena disposición y cariño no solo por su posición estratégica sino porque en muchos de sus socios se advierte un déficit de entusiasmo por combatir en causas que  estiman ajenas. Es cierto que el conflicto en Siria ya había distanciado a rusos y turcos y más aún, los había puesto en posiciones encontradas. Esta situación se volvió explosiva con la campaña de bombardeos rusos al Estado Islámico  y otras fuerzas rebeldes que operan en Siria (Todos apoyados por Turquía), especialmente con los ataques a la región del noroeste sirio donde vive una población de origen turca. También hay que tener presente que Rusia juró vengar a las víctimas del atentado al avión comercial ruso en Egipto y que ha mostrado que tras el Estado Islámico (culpable confeso de él)está Turquía junto a otros aliados de Occidente, por lo que no puede hoy sino considerar a Turquía como un enemigo al cual debe enfrentar.
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Turquía después de su ataque al bombardero ruso ha reafirmado sus lazos con la OTÁN   tirando por la borda la recién construida amistad con Rusia y se ha puesto en el bando de los rabiosamente anti rusos. Esto último es fácil decirlo, difícil sostenerlo. Es muy improbable que un vecino cercano se declare enemigo de Rusia y pueda pasar sin pagar el precio de la enemistad. Es cosa de preguntarle a los estúpidos (no hay otra manera de llamarlos) ucranianos con una sociedad llena de grietas,  que han terminado de arruinar a su país al embarcarlo  en una guerra contra Rusia. Y todo por unas pocas miradas con alguna simpatía desde Occidente, tras las cuales se esconde la voracidad de la OTÁN a la búsqueda de mejores posiciones en su enfrentamiento de larga data con Rusia.

Una Grieta Económica

Las grietas turcas son evidentes. La primera es económica. Turquía ha tenido la fortuna de contar con capitales internacionales para su desarrollo. Ello se refleja en la llamada Cuenta Corriente que ha sido negativa durante al menos los últimos veinte años. Lo que en el período de vacas gordas  es una bendición se puede transformar en una maldición cuando llegan las vacas flacas. Los capitales internacionales no son afines con los  países en dificultades. Qué se dice de su gusto por las situaciones bélicas: !Arrancan a perderse! Apenas olfatean el olor de la pólvora cambian su destino a la búsqueda de lugares más apacibles. Si Turquía se sigue involucrando en conflictos internacionales como el de Siria o vive nuevos episodios bélicos con Rusia, será considerado un lugar de alto riesgo y las golondrinas que son los inversionistas internacionales, partirán a la búsqueda de mejores lugares donde anidar. Junto a ello vendría una devaluación de la lira turca que curiosamente no se movió ni un ápice con el reciente episodio del bombardero rusa. Como para pensar que Turquía contó con un padrino poderoso que compró liras de los inversionistas que ya decidieron arrancar de Turquía. ¿Estará siempre este padrino atento a las necesidades turcas? Si es occidental es poco probable, porque un rasgo de las sociedades de Occidente es el amor desenfrenado por el dinero que no se deposita en "sacos rotos".  (También hay que consultar a ucranianos sobre la magnitud de la generosidad occidental).

Una Grieta Étnica

La segunda grieta es étnica. El 10% de los habitantes de Turquía es de origen kurdo, lo que no presentaría mayores problemas si no es por el hecho que los kurdos son militantes. Unos militan en un partido kurdo que es legal  y con representación parlamentaria porque supera el umbral del 10% de los votos. Más grave para Turquía es el movimiento guerrillero kurdo que después de una tregua, volvió este año a los atentados terroristas (Así al menos se le cuenta a la opinión pública en Turquía que a pesar de ello, duda si no fue el mismo Gobierno el que rompiera la tregua). Y todavía el asunto es más serio si se observa la cuasi independencia de kurdos en Iraq y en Siria. Grande debe ser la tentación de los kurdos de Turquía por hacer su aporte a la creación del Kurdistán con territorios que hoy son de Turquía. "Manjar para dioses" o mejor para enemigos como Rusia, esto de encontrar una Turquía con una profunda grieta étnica. Estimular a los independentistas kurdos le puede traer buenos dividendos a Rusia.

¿Un Estado Laico o Islámico?

Otra grieta y muy profunda, es  la división de Turquía en laicistas y partidarios de un Estado que reconozca y ayude oficialmente al Islam como religión oficial. Apartar a éste del Estado fue la gran bandera de lucha de los generales que sacaron a las potencias occidentales de Turquía pocos años después del fin de la Primera Guerra Mundial, cuando ellas se habían repartido el territorio de Turquía (un modelo que podría repetirse pronto en Siria, esta vez con Estados Unidos a la cabeza de la "repartija"). El partido de Erdogan quisiera enterrar todos los principios por los que luchó el venerado Kemal Atatürk hace ya casi  cien años, pero encuentra la oposición de muchos que no desean se baje de su trono al "Santo" de Turquía. Son dos posiciones irreconciliables, la laicista y la islámica. Hoy buena parte de la oposición al Gobierno de Erdogan piensa que este aplastará al modernismo y llevará al país a épocas pretéritas, anteriores al Siglo Veinte que revolucionó a Turquía.

El Resentimiento de los Militares Turcos

Si bien no se puede calificar como una grieta más de la sociedad turca, no es posible olvidar el resentimiento que las actuales autoridades turcas generaron en las Fuerzas Armadas turcas. Desde el fin de la Primera Guerra Mundial ellas fueron un protagonista de la vida política turca. Cuando dieron paso a los partidos políticos y a los gobiernos civiles en la década de los Cincuenta, se mantuvieron siempre atentas a los vaivenes de la vida política turca interviniendo cada diez años mediante Golpes de Estado, tradición que se rompió en la era de Erdogan que las relegó a un plano secundario y las llevó a un ostracismo que incluye la permanencia de muchos de sus antiguos jefes en la cárcel.

La Campaña Occidental que Aterra con el Islam

A Occidente y Turquía los separa a su vez una profunda grieta, casi infranqueable. Hoy la estrategia de Occidente capitaneada por Estados Unidos, usa al Islam como un monigote al cual se culpa de todas las atrocidades que suceden. Aún cuando se advierte que el culpable no es el Islam sino los extremistas islámicos, inevitablemente se tiende un manto de duda sobre el Islam. Los mensajes sobre el Islam van dirigidos en Occidente a audiencias crédulas ya sea por falta de tiempo para formarse su propia opinión, por ignorancia  de territorios y culturas lejanas y ajenas, por simple flojera, por ingenuidad o por desinterés. Pensar que los fieles del Islam no se ofenden con este verdadero "basureo" de su fe, sería de una arrogancia o prepotencia sin límite, la que por lo demás parece campear en muchas autoridades y dirigentes de Occidente.  No puede sino haber un sentimiento profundo de ofensa en una parte sustancial de la comunidad musulmana de Turquía, la que es susceptible de transformar por Rusia en una herida abierta que termine con el divorcio de Turquía con Occidente . (Como herencia del Imperio de los Zares por lo menos la sexta parte de los rusos son musulmanes. La sociedad rusa ha permitido la convivencia de musulmanes y cristianos, aunque nadie dice que sin problemas. La hermosa Mezquita de San Petersburgo en pleno centro de la ciudad, es un testimonio histórico de esta ya antigua convivencia. Aunque en los tiempos que corren nadie está exento de intolerancia, Rusia ha aprendido a manejar la diversidad cultural y lleva mucho camino adelantado respecto a países europeos que aún creen en plena "Globalización", que es posible vivir aislados).

Una Guerra Sin Balas

Parece así que en Turquía hay "mucho paño que cortar" para quienes en Rusia busquen una estrategia que desestabilice sin el uso de las armas, a este nuevo enemigo  que debe enfrentar la nación rusa. No debiera ser difícil cuando el Partido de Erdogan a duras penas y "Campaña del Terror" de por medio, logró el 50% de los votos en las recientes elecciones de Noviembre. Rusia podría dar el empujón económico para tirar por el barranco a Turquía y poner fin a su prosperidad. Podría estimular y ayudar a los laicistas para destronar a los islámicos, y también ayudar a los kurdos para que sean un incordio en la sociedad turca. Podría ayudar a los descontentos de las Fuerzas Armadas turcas de modo que regresen a sus viejos hábitos  golpistas. También y sin que sea contradictorio al apoyo a los laicistas, Rusia podría revolver la herida que significa la constante ofensa de Occidente al Islam.

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