Las protestas en Chile han tomado a lo que llaman "el Modelo" como gran culpable de los males de la sociedad chilena.
Con ese nombre se
conoce el sistema económico que rige al país desde 1975 y bajo el cual ha experimentado el progreso
económico más notable de su historia. Las autoridades de todos los colores lo
han respetado aunque el respeto muchos lo achaquen a supuestas ataduras de quien ya
es un personaje mítico de nuestra historia, el General Pinochet. Hoy a juzgar
por lo que dicen los que protestan, él engendró todo lo malo de Chile y por eso
es un deber enterrar el Modelo, contaminado de Pinochetismo por todos sus lados. El
problema es que al enterrar el Modelo se enterrará Chile. Regresará Chile al
mundo de tinieblas económicas que presidió su vida por muchos años, al realismo
mágico que tan caro costó a millones de chilenos que no pudieron acceder a los
beneficios que el progreso del siglo XX trajo a las sociedades occidentales. Más aún el Realismo Mágico condenó a una parte sustancial de los chilenos a una miseria que no es exagerado
calificar de horrorosa.
Pinochet y el Modelo
El Modelo está lejos de ser una invención de Pinochet quien
lo acogió ante la situación desesperada en que se encontraba Chile en 1975 por varias razones: la
ruina económica causada por Allende y sus aprendices de brujos, el alza dramática de los precios del petróleo gracias al primer golpe de la OPEP y la caída de los precios del cobre. Fue el único salvavidas que Pinochet encontró para el país que de otra
manera se desintegraba. Fue un golpe desesperado de realismo: Chile puso los
pies en la tierra. Después de muchos años de “hacerle el quite a la jeringa”, a Pinochet y la Junta no les quedó más que reconocer que la economía chilena debía funcionar respetando
los principios de la lógica económica.
Inquisidores Modernos y la Lógica Económica
Los inquisidores llenos de cólera que se han adueñado de la protesta pública están
lejos de pensar que la vida económica tiene reglas lógicas y creen poder moldear a la sociedad y a sus habitantes a su regalado gusto. ¡Son el
voluntarismo personificado! Esto no tendría ninguna importancia si solo
afectaran su vida. ¡Allá ellos! Lo terrible es que afectarán a millones de
conciudadanos que quedarán sin trabajo o con ingresos insuficientes para las aspiraciones
de cualquier familia.
La ciencia económica pasa la cuenta a los ilusos que
quieren construir sobre el tejido de su imaginación. No por nada sucesivos
Ministros de Hacienda todos con sólida formación económica, que vinieron después
del Gobierno de Pinochet, no solo mantuvieron en lo sustancial el Modelo sino que lo mejoraron en muchos
aspectos. El déficit en Chile no ha estado en la economía sino en la Política a
secas, la que olvidó que debe preocuparse y atender con prioridad las necesidades de la Comunidad para que ésta se mantenga sana y vigorosa.
Preguntas y más preguntas
¿Puede alguien en su sano juicio abogar hoy una generalizada
fijación de precios a manos del Estado? ¿Puede alguien en su sano juicio volver
al Proteccionismo a ultranza, que estableció aranceles a discreción en niveles intolerables y redujo las exportaciones
a las del cobre que más encima era manejado solo por una gran empresa estatal? ¿Puede
alguien en su sano juicio querer volver a los tipos de cambio múltiples, los
mismos que trajeron la ruina a Venezuela y que llevaron la corrupción a niveles
monstruosos? ¿Puede alguien en su sano juicio querer se restablezcan los
intereses negativos que por muchos años enriquecieron a los paniaguados del régimen de turno y
distorsionaron a niveles impensados las inversiones? ¿Quiere alguien en su sano
juicio enterrar la libertad de emprender y volver a la época en que eran
los burócratas iluminados quien sabe por
qué fuente misteriosa de sabiduría, los que decidían lo que había que hacer?
El Modelo Rompió con la Tradición Chilena
Todo lo que el “Modelo” cambió fueron las aberraciones en
las que la economía chilena cayó en la desesperada búsqueda de soluciones a manos de políticos ignorantes. Sí, las vacas sagradas de todos los gobiernos y
parlamentos chilenos desde la Gran Depresión de los años 30 mantuvieron a Chile en la mediocridad en el mejor de los casos o en la ruina en el peor, y condujeron a la sociedad
por el camino de la frustración que terminó con el rompimiento institucional de
1973 y su secuela de muertos, presos políticos, familias desgarradas
y miles de chilenos que debieron partir al exilio. A ese extremo llevó a Chile
la ignorancia de los políticos. Hoy las nuevas generaciones ni lo sospechan
porque muchos políticos son herederos o participaron directamente en la tragedia
de Chile, y por eso se han encargado que la educación que se imparte a
los jóvenes ignore una época que fue catastrófica para Chile y que los
compromete y hace acreedores a las mayores sanciones sociales.
Abusos y Colusiones
La Autoridad tiene que tener muy claro que las bondades del "Modelo" se pueden desvirtuar gravemente si los empresarios abusan o se coluden. No vasta que ellas estén vigilantes; deben reaccionar rápidamente y con mucha energía sancionando duramente a los culpables. En Chile ha faltado diligencia y ánimo de sancionar. El mejor ejemplo de los últimos tiempos: la sanción a los empresarios que se coludieron en la venta del papel higiénico. Entregó US$10 app a los ciudadanos que se dieron la molestia de cobrarlos. Mucho más grave debió ser la sanción. Resarcir al público simplemente fue devolver dineros mal habidos.
La multa para que haya escarmiento debe ser varias veces el monto de la falta. Y esto nos lleva a las empresas de servicios públicos que abusan de usuarios personas naturales, indefensos ante ellos. En este caso las sanciones deben ser ejemplares y proporcionadas no al tamaño de quien reclama; deben aplicarse en función del tamaño de la empresa sancionada. Así la sanción debiera ser centenas de veces el monto reclamado o incluso miles de veces. Los empresarios que se coluden o abusan arriesgan gravemente la convivencia social y por eso no debieran sorprenderse ante la cuantía de las sanciones.
Abusos y Colusiones
La Autoridad tiene que tener muy claro que las bondades del "Modelo" se pueden desvirtuar gravemente si los empresarios abusan o se coluden. No vasta que ellas estén vigilantes; deben reaccionar rápidamente y con mucha energía sancionando duramente a los culpables. En Chile ha faltado diligencia y ánimo de sancionar. El mejor ejemplo de los últimos tiempos: la sanción a los empresarios que se coludieron en la venta del papel higiénico. Entregó US$10 app a los ciudadanos que se dieron la molestia de cobrarlos. Mucho más grave debió ser la sanción. Resarcir al público simplemente fue devolver dineros mal habidos.
La multa para que haya escarmiento debe ser varias veces el monto de la falta. Y esto nos lleva a las empresas de servicios públicos que abusan de usuarios personas naturales, indefensos ante ellos. En este caso las sanciones deben ser ejemplares y proporcionadas no al tamaño de quien reclama; deben aplicarse en función del tamaño de la empresa sancionada. Así la sanción debiera ser centenas de veces el monto reclamado o incluso miles de veces. Los empresarios que se coluden o abusan arriesgan gravemente la convivencia social y por eso no debieran sorprenderse ante la cuantía de las sanciones.
El Juicio de los Revolucionarios
¿Están los terroristas que llevan el pandero de la
Revolución, los que destruyen, queman y humillan, están en su sano juicio? NO
con mayúsculas. A ellos los domina “la cólera funesta” de la cual nada bueno
sale. Pero peor, los "genios" de la Revolución chilena se inspiran en el “Modelo
cubano” y en el “Modelo Venezolano” que
a diferencia del chileno, llevaron el desastre económico a sus países. A esos países los pusieron de
rodillas y los tienen en el duro oficio de mendigos internacionales. Tratan de vender sus territorios al uso y goce de grandes
potencias cual prostitutas baratas, y con eso sus dirigentes han salido peores que los que remplazaron y
que en su época se sintieron siervos de los Estados Unidos.
Los Cabezas Calientes Nuevamente en Acción
Los chilenos no deben hacerse ilusiones. Lo modernos “cabezas
calientes” que hoy proclaman la Revolución no buscan el robustecimiento
económico de Chile. Buscan el control político de la población y para ello nada
mejor que la economía de Chile “se vaya a las pailas” y que 3, 4, 5 millones de
chilenos, profesionales, empresarios, técnicos calificados y trabajadores junto a sus
familias, emigren del país cual venezolanos, y así se extinga cualquier Oposición
a la Revolución y se consagre el control político en manos de los
Revolucionarios.