viernes, 29 de enero de 2021

Se fue Trump. ¿Y los Deplorables?

Si la situación política en Estados Unidos era complicada hace cuatro años atrás  cuando de manera inesperada irrumpieron los ciudadanos que ungieron a Trump como Presidente, hoy se ha vuelto muy compleja. Un movimiento empoderado con la Presidencia de Trump, ahora el 2021 en el cénit de su popularidad,  no tiene quien lo represente. En el Partido Republicano muchas figuras abandonaron a Trump en los últimos días de su Gobierno y se identificaron con el Establishment, el enemigo por definición de los Deplorables (con este apodo se conoce al movimiento ciudadano). Que "los deplorables" vayan a cruzar a la tienda de los que hoy mandan en el Gobierno parece imposible pues la división es demasiado profunda.  ¿Serviría para ellos un nuevo tercer partido, algo que buscaba el 60% de los ciudadanos hace cuatro años atrás? ¿Sería una válvula de escape adecuada para los Deplorables contrarios a las "élites" y sus políticas, hoy nuevamente en el Gobierno con Biden y los demócratas? 

Trump parece pagar los "platos rotos" del desaguisado de sus partidarios en el Capitolio de Washington. El 2016 tuvo una meteórica ascensión desde ciudadano común a Presidente electo; ahora experimenta una  caída igualmente meteórica: lo abandonaron  congresistas y figuras del Partido Republicano y algunos funcionarios de su gobierno, mientras congresistas demócratas y Medios de Comunicación sus grandes enemigos por cuatro años, se solazan en dispararle desde todos los ángulos con armamento de grueso calibre. 

El duelo de los Deplorables

Aunque Trump es la víctima propiciatoria, las campanas que se oyen en Estados Unidos marcan el duelo por los setenta y cinco millones de ciudadanos que en Noviembre del 2020 votaron por Trump para enfrentar al llamado "Deep State" (el poder detrás del trono en Estados Unidos), a quien culpan de arruinar al país y la vida de muchos de sus ciudadanos. Son setenta y cinco millones que pierden a su Presidente mientras el Deep State  indirectamente controlará ambas ramas del Congreso y la Presidencia. Así será pues hace tiempo que el Partido Demócrata parece una de sus sucursales. Cinco años atrás Hillary Clinton antes de las Primarias en qué fue elegida candidata,  salvó de la quiebra al Partido Demócrata con la condición de usar el financiamiento que ella proveyó, de acuerdo a su personal criterio.  Cuando el 2016 la Presidenta interina del Partido descubrió el salvavida corrupto de Hillary Clinton, renunció inmediatamente no sin antes conversar con el otro candidato Bernie Sanders, a quien le comentó que para él sería una desgracia la familiaridad de Hillary con las élites financieras,  "... her coziness with the financial elites distasteful". ¡Buena trenza la de los demócratas! ¡Y tan demócratas que aparentan ser!

Los Medios de Comunicación 

Desde hace tiempo que casi en su totalidad son una expresión del Deep State que los ha transformado en su canal publicitario. ¿Raro? Dos tercios de los ciudadanos decían en Octubre del 2020 que los Medios son perniciosos para Estados Unidos (Pew Reearch Center).

Transmiten los Medios los mensajes del Deep State con uniformidad más que sospechosa, a lo largo y ancho del planeta. Habla muy mal de la época actual que se los tome en serio. Han sido los reyes de las "fake news": la Primavera Árabe, Libia, el Estado Islámico, el Líbano, Irán, Siria, Rusia, China, Trump, Brexit, Chalecos Amarillos, envenenamientos... "You name it". ¡Mentiras por doquier, infinitas! ¡Todos los días omisiones imperdonables, ocultamientos vergonzosos!  Así se comportan los medios de prensa y los canales de televisión, desde los más "seriecitos" hasta los más "picantes". ¿Cuánto cuestan estas campañas planetarias de fake news? Periodistas, editores, ensayistas, cuentistas, académicos, intelectuales, dueños de Medios... Un listado interminable de todos los que hay que financiar. ¿De dónde salen los recursos? Han de recibir fondos de algún origen inagotable, que opera a escala cósmica. A un simple mortal  se le ocurren muy pocas fuentes que puedan financiar el entierro universal de la verdad. ¡Y que además produzcan platas negras! Queda a la imaginación de los lectores sugerir fuentes de financiamiento ilegal y masivo.  

Es sorprendente la ingenuidad de lectores y espectadores que creen que porque algo lo dice un Medio escrito o un canal de televisión, ha de ser necesariamente cierto. La forma de vida del mundo moderno concentrada en el trabajo, en el weekend, en las vacaciones o en las "distracciones", parece haber anulado toda capacidad reflexiva de las audiencias. Falta solo que el "No Pensar" se constituya en un nuevo Derecho Humano. Los hábitos robóticos del mundo en fase globalista  facilitan enormemente la tarea de los Medios para que el público digiera infinitos gatos del Deep State como si fueran liebres.

Los Deplorables enfrentados a una avalancha que amenaza aplastarlos 

"Que Dios nos pille confesados" debiera repetir la gran masa de "deplorables" en Estados Unidos ante la avalancha de poder que se les viene encima. Purgarán no solo haber ido contra el "establishment" en las elecciones presidenciales del 2016 en la que triunfó inesperadamente su candidato; también el intento de repetir la gracia el 2020. El Deep State  ahora con todo el poder en sus manos, emprenderá la "reeducación" de los "deplorables" para no exponerse a intentos de subvertir su poder como sucedió con el Gobierno de Trump. El establecimiento descarado de la censura en la Redes Sociales es un paso evidente en su afán de hacer de la sociedad norteamericana un modelo de perro faldero atento a las instrucciones de su amo.

¡Qué parecido se está poniendo el mundo de Estados Unidos a los últimos tiempos de la Unión Soviética! Mentiras al por mayor, censura en los Medios, gerontocracia fácil de controlar, presupuestos de defensa descontrolados, negra situación económica, corrupción... 

La Corte Suprema, ¿la piedra de tope?

La Constitución de Estados Unidos le asignó una posición prioritaria en la repartición de poder entre los órganos del Estado. Al margen de la edad de sus componentes, es el Consejo de Ancianos de las antiguas sociedades humanas. Está por sobre el bien y el mal y dictamina sobre lo que le parece y así es un hacedor de leyes fundamentales. Pero también y muy importante, ella debe resolver las contiendas entre los 50 estados que conforman la Unión. 

Se pensó que Trump con sus tres nombramientos de jueces conservadores dejaba una huella indeleble en el futuro de los Estados Unidos. ¿Será así? Un indicio de la independencia de la renovada Corte Suprema fue su negativa a oír las demandas de la candidatura de Trump respecto al posible fraude que habría favorecido a Biden. Consolidó así el triunfo de este último. Lo curioso es que la principal demanda la encabezó ni más ni menos el Estado de Texas contra los cuatro estados que decidieron la elección para Biden. Se hicieron parte en la demanda seis otros Estados mientras  trece pidieron a la Corte que oyera la demanda de Texas. A pesar de ser un problema que afecta gravemente la convivencia entre los Estados y el futuro de la Unión, la Corte rápidamente consideró que Texas no tenía derecho a plantear una demanda de esta naturaleza. Validó así la independencia de los Estados dentro de la Unión incluso si algunos actúan mafiosamente en asuntos que afecten a otros. Una sentencia dudosa por decir lo menos (¿un lavado de manos al estilo de Pilatos de los Ministros de la Corte Suprema?). Difícil que el asunto no tenga consecuencias: Texas es un Estado más que importante en la Unión y encontrará diversas maneras de hacer oír su voz. No será la primera vez que se hable del Texit  

¿Dirá ahora algo la Corte Suprema sobre la censura que han instaurado las redes sociales? 

Pronto se sabrá si los "deplorables" podrán encontrar justicia en la Corte Suprema ante las arremetidas sin tregua que les llegarán del Deep State que busca consolidar su poder.   


El Deep State (llamado también "la elite" o "el 1%") 

Tiene por sí solo un poder gigantesco aunque no domine las ramas de la administración del Estado, tanto que tuvo en jaque a la Administración de Trump desde el primer día de su gobierno.. El Deep State es un consorcio informal de poderosos lobbies que incluye entre otros, a las compañías de Alta Tecnología, a las Altas Finanzas, a buena parte del mundo académico, a los fabricantes de armas y a las compañías petroleras). Utiliza a muchos políticos gracias al financiamiento que les otorga y también a Medios de Comunicación hoy en pocas manos en Estados Unidos (se agrupan en seis grandes consorcios empresariales) que naturalmente viven atentos a los deseos de sus "sostenedores". 

Difícil saber la relación del Deep State  con organismos de Inteligencia de Estados Unidos, particularmente con la CIA y el FBI. ¿Serán ellos amos o servidores? No hay dudas que el Deep State se mueve concertadamente y siguiendo directivas que no llegan al azar como quedó en claro en los cuatro años de gobierno de Trump. Dice mucho que Brennan y Comey dirigentes de esos organismos en la época de Obama, no hayan sido procesados a pesar de sus actos delictuales en contra de Trump. ¿Quién los protege? 

Trump, "el Convidado de Piedra" en las elecciones del 2016.

En las Primarias Republicanas del 2016, Trump derrotó al "establishment" de ese partido y ganó posteriormente la elección presidencial interpretando adecuadamente a una gran masa de electores. Pero eso lo llevó a dejar a muchos dirigentes republicanos resentidos, los mismos que hoy ven al árbol caído y hacen leña de él. Sin Trump en la Presidencia, el Partido Republicano regresará a su viejo estilo elitista, muy distinto al de muchos electores de Trump. que quedan a la intemperie, sin un alero político que los cobije, una rareza de esas que ofrece la política. El Gobierno de Trump  guarecía al fin y al cabo a los "Deplorables".

Era ociosa la molestia de muchos con el estilo de Trump pues él solo fue un medio para la expresión de los "Deplorables", sus partidarios. Las destructoras campañas de imagen encontraron en él un blanco de carne y hueso al cual presentaron de manera antipática ante la opinión pública, buscando a través de la destrucción de Trump, destruir al movimiento popular que lo sustentaba, un movimiento cuyo descontento surge por condiciones muy reales de la sociedad de Estados Unidos

La opinión pública internacional que no sabe de los problemas de Estados Unidos, fue presa de la campaña. Nada de sorprendente entonces que Trump sea visto en el mundo como un personaje odioso. "Hasta las mejores familias"  adoptaron la imagen terriblemente negativa que impulsaron los Medios sobre Trump. Se hizo una moda considerar a Trump como un ejemplar despreciable.

Las Caricaturas que alimentan a los Medios y a las Redes Sociales  

Los Medios pintan la tragedia política de Estados Unidos  como la lucha de Trump contra la Oposición, contra ellos, y  contra todo lo que políticamente es correcto. A Trump lo tildan de vanidoso, arrogante,  payaso, mentiroso, farsante, más que lunático etc. (¿Qué queda para los setenta y cinco millones de ciudadanos que votaron por él en Noviembre del 2020?). Trump no se pierde ninguno de los adjetivos que habitualmente se usan para descalificar a los que  alcanzan las alturas políticas. Amén de ser una mirada muy simplista ella peca de irrealismo (como todas las campañas de destrucción de imágenes habituales de los Medios). Así aparece que Trump surgió de la nada, que controló al Partido Republicano por obra de magia, que triunfó en la elección Presidencial gracias a la intervención rusa (algo manifiestamente falso). Un extraterrestre que destruye a su país al que se muestra como un "modelo" de vida democrática, donde el Congreso es templo de la Libertad olvidando los intereses espurios de muchos de los congresistas y la corrupción de altas autoridades; un faro económico al que todos los humanos quieren emigrar en busca del "sueño americano", una imagen que se construyó muchos años atrás pero que hoy está lejos de ser real; un país que ejerce de policía del mundo enfrentando a cuanto rufián aparece bajo el firmamento y que emprende solo "guerras justas" cuando en este siglo Estados Unidos ha sido el gran promotor de guerras para subvertir el orden político de muchos países en aras de sus propios intereses políticos y económicos como sucede con buena parte de las guerras del Medio Oriente. En las campañas de los Medios Estados Unidos es un moderno sheriff de Hollywood aunque atropelle sin asco los derechos de los que caen bajo su férula; es la nación de la Reserva Federal que por nobles afanes provee al mundo de la moneda necesaria para los intercambios internacionales y para acumular reservas, aunque realmente es un monopolio que le reporta ingentes rentas a Estados Unidos y que sustenta buena parte del bienestar de su población;  es el país que se santifica a sí mismo expresando en su moneda "In God We Trust". En suma, el país que se auto proclama "la Nación Excepcional", un apodo pretencioso por decir lo menos. 

Obviamente esa retórica habla de dos caricaturas: la de Trump y la de Estados Unidos. Pero le sirve a los Medios para allegar apoyo al Establishment (el "Pántano de Washington" como lo llamó Trump) al cual sirven desembozadamente como lo advierte cualquier observador por poco perspicaz que sea.

Buena parte de la opinión pública de Estados Unidos sabe que esa imagen idílica de su país no es cierta y que más parece el discurso de un vendedor de autos usados que oculta todas las fallas de lo que trata de vender. Esa parte de la opinión pública es la otra protagonista del acontecer político norteamericano. Hillary Clinton la bautizó y la llamó "Los Deplorables". Así es que en el ring político de Estados Unidos por un lado está el "Swamp" (pantano), y en el otro "Los Deplorables" a quienes Trump como buen oportunista, representó durante sus cuatro años en la Presidencia. 


     

El descontento de los Deplorables

Muchos de "los Deplorables" han sido víctimas inocentes de la impresionante revolución tecnológica que se ha hecho presente en Estados Unidos en los últimos cuarenta, quizás cincuenta años, y que se ha acelerado desde la aparición del Internet. Una Revolución admirable en muchos sentidos para el progreso del mundo pero funesta en otros, en cuanto ha sido causa de trastornos económicos y sociales mayúsculos en Estados Unidos: cambios dramáticos en la distribución de los ingresos, empleos perdidos o reemplazados por otros más elementales; decadencia de ciudades y regiones, traslados de industrias o empresas a otros lugares del planeta. Estos problemas son el origen de muchas de las cuitas de "los Deplorables". Trump se percató que nadie los representaba y con audacia y habilidad los condujo a su candidatura presidencial. Lo dijo en una oportunidad su jefe de campaña en el 2016, Steve Bannon : "Nos encontramos con un millón de dólares botados en la calle. Solo tuvimos que agacharnos y recogerlos". Trump buen oportunista, se "coló" en las candidaturas republicanas (había sido demócrata) y derrotó en las Primaria a las "vacas sagradas" republicanas  y posteriormente en las elección presidencial, a Hillary Clinton, la candidata demócrata.

Trump no era un "enviado del Cielo", un profeta con capacidad sobrehumana para resolver los problemas de Estados Unidos. Él fue simplemente un oportunista que aprovechó el vacío político que existía en Estados Unidos gracias a que los partidos Demócrata y Republicano solo miraban la cara brillante de la Revolución Tecnológica olvidando a los millones de personas que han sido afectados por ella.  

La Soledad de los Deplorables

Ahora que Trump está de salida nadie representará a un vasto sector de la población de Estados Unidos, una parte sustancial de los que votaron por Trump en esta elección. Las "vacas sagradas" de los republicanos en estas materias son iguales a los demócratas, vinculados al Deep State. Los políticos tradicionales están a años luz de un sector enorme de la población de Estados Unidos a quien nadie en el sistema político representa. Así los acontecimientos políticos recientes de Estados Unidos muestran un vacío político de proporciones. Una gran masa de ciudadanos que habla un idioma distinto al de los políticos de siempre.  Estados Unidos es hoy como un barco que navega con la mitad de su carga suelta y que debe atrincarla en forma urgente para que el barco no corra el riesgo de zozobrar. Obviamente esto es fácil decirlo y difícil de hacer. Es más, el problema ya ha tomado tales dimensiones que es probable a estas alturas que sea insoluble. Y por supuesto no es solución esconder el problema atemorizando a la población o extendiendo la censura a las redes sociales. En su momento la Unión Soviética siguió el camino de la censura y al final se derrumbó estrepitosamente. La opinión pública es una bestia que toma sus propios caminos aunque la autoridad trate de domeñarla. 

Un Tercer Partido

Por él claman los electores, al menos desde el 2015. Pero en un sistema  organizado para el bipartidismo es prácticamente imposible que surja y se consolide un tercer partido. Para los "Deplorables" persistir en el uso del Partido Republicano parece poco práctico considerando  la cantidad de sus dirigentes que en definitiva velan por el Establishment; y montar una organización política sólida a lo largo y ancho de Estados Unidos, tomaría muchos años. Entretanto los problemas políticos allí requieren atención de urgencia. No va entonces por el Tercer Partido la solución del problema.

Dejar al 50 % de los electores sueltos, sin voz institucional es gravísimo y podría terminar en soluciones de fuerza de un lado o del otro. 

Atendida la marcada división regional de la política en Estados Unidos, parece llegada la hora de los Estados y de sus Gobiernos locales. (Texas fue un especialista en juicios contra el Gobierno Federal durante la Presidencia de Obama). A falta de partidos que representen a vastos sectores de la Ciudadanía, los Gobiernos de los Estados deben sacar la cara por sus ciudadanos desamparados ante el poder de Washington.

En el vacío político de hoy en Estados Unidos debe ser tentador para el Deep State "apretar clavijas" para llevar a los ciudadanos a su molino. Pero eso sería no percibir la hondura de los sentimientos de los deplorables y por eso el Deep State podría llevarse un chasco mayor. Debiera recordar el viejo dicho: "Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe". 

¡El abuso de autoridad tiene consecuencias! 


La Presidencia de Trump

Trump dejó la Presidencia y la tarea para la que fue elegido queda  casi en el punto de partida. ¿"MAGA"? ¿Make America great again? A juzgar por los resultados de los cuatro años del Gobierno de Trump parece palabrería vana. ¿Bajo que punto de vista es Estados Unidos grande de nuevo? La Presidencia de Trump fue un desperdicio de tiempo grave para una sociedad que camina al borde del despeñadero. 

El Pantano

La Presidencia de Trump iba a ser una guerra sin cuartel contra el Deep State. Una guerra que los Deplorables esperaban condujera a una renovación radical de la política en Estados Unidos. ¿Cuál fue el resultado? ¡La renovación nunca llegó! 

El mismo Trump siendo Presidente se dice una víctima del Deep State que habría impedido su reelección. ¿Cierto? Difícil saberlo porque los contrarios a Trump se dieron maña para impedir que éste pudiera presentar cualquier prueba del presunto fraude en instancias judiciales superiores.

¿Secó Trump el Pantano de Washington?  El Pantano es una expresión que denota al que se llamaba tradicionalmente Establishment, o bien al 1%, un apelativo que destaca según los "deplorables", el carácter elitista de los que creen culpables de sus desgracias. Trump debió haber borrado los centros de poder de Washington; fue una de las grandes promesas de su campaña. Desde el minuto en que el nuevo Presidente es Joe Biden antes Vicepresidente de Obama, es claro que el Pantano se ríe a carcajadas del advenedizo Trump. Con Biden de Presidente el "Pantano" vuelve a florecer. Quedó en claro que si se lo quiere erradicar no basta el trabajo de políticos improvisados como fue el caso de Trump. Es tarea para profesionales que conozcan bien su oficio y con mucho apoyo político. En descargo de Trump hay que decir que tuvo que arar con los bueyes que encontró (lo debió suponer), muchos de los cuales ni siquiera saben como el Deep State o el Pantano, estrangula a Estados Unidos.

Trump ni siquiera pudo llevar  a los tribunales a dos jerarcas de la Inteligencia de Obama: Brennan el Jefe de la CIA y Comey el jefe del FBI, que impulsaron el falso Russia Gate fundado en "el dossier Steele", un embuste de principio a fin, una bomba que Trump tuvo que enfrentar dos semanas antes de su investidura y que alimentó durante los cuatros años años de su Gobierno la campaña mentirosa de los Medios en contra suya. ¿Qué puede explicar que ante acciones delictuales de los jefes de la Inteligencia el Presidente de Estados Unidos sea totalmente impotente? ¿Están ellos por encima de él? ¿Qué mecanismo usan para inhibirlo? ¿Cómo se sitúan ellos y sus agencias por encima del Presidente? 

¿Y Hillary Clinton que ahora celebra la llegada de Biden? Sin sanciones a pesar de los correos oficiales operados desde su computador privado (por eso susceptibles a la intervención de hackers nacionales y extranjeros) cuando ella fue ni más ni menos, Secretaria de Estado. Todo quedó en nada. ¡Ninguna sanción! Comey a quien correspondió fiscalizarla como  jefe del FBI cuando ella era candidata a la Presidencia, la calificó solo como "extremadamente descuidada", lo que permitió que ella siguiera en la carrera presidencial. Comey después se supo, presentó simultáneamente información falsa a la Corte para conseguir una autorización que le permitiera al FBI intervenir los teléfonos de directivos de la campaña de Trump; el mismo Comey que acusó a Trump por las representaciones, todas falsas, del "Dossier Steele".   

¿Y qué hubo de los 30.000 correos de la Hillary Clinton en la Secretaria de Estado, descubiertos por Wikileaks? Por ellos  Julián Assange que los desenterró y los hizo públicos, aún permanece en la cárcel en Inglaterra, a la espera de una resolución judicial definitiva sobre su extradición a Estados Unidos. ¡Ella parece ser una de las "intocables" de Washington! ¿Habrá tenido Trump un impedimento personal que le impidió actuar?   

Y más grave aún: los documentos que aún no se hacen públicos del asesinato del Presidente Kennedy. Continúan durmiendo ¡después de 57 años! Esperan que el FBI y la CIA los revisen a pesar de las promesas de la campaña de Trump de hacerlos públicos. Aunque parezca increíble el FBI pidió una nueva prórroga porque... ¡no había tenido tiempo de revisarlos! ¡El famoso FBI no ha tenido tiempo en 57 años para revisar documentos del asesinato de uno de sus Presidentes! En 1992 el Presidente Bush que parecía muy caballero a pesar de haber sido Director de la CIA y seguramente por éso, "chuteó" los documentos por 25 años. El 2018 el "maestro que iba a secar el pantano de Washington" extendió el plazo hasta el 2021. ¡Y nadie se pone colorado en Estados Unidos!  ¿Puede caber alguna duda que en el asesinato de Kennedy estuvieron involucrados peces gordos de Estados Unidos que hasta hoy se estima necesario proteger? ¿El modelo mundial de la Democracia esconde la verdad sobre el asesinato de uno de sus Presidentes? Por algo Bob Dylan en Marzo del 2020 compuso su canción "The Murder Most Foul".

  

El caso Steele

Antes que Trump se hiciera cargo de la Presidencia se sabía que ella no sería fácil. Dos semanas antes de asumir el cargo, Comey el Jefe del FBI, junto a otros colegas de la Inteligencia de Estados Unidos, le presentaron a Trump el dossier Steele advirtiéndole que era una víctima de la Inteligencia Rusa. Después resultó que el informe había sido encargado por el Partido Demócrata y la candidatura de Hillary Clinton, a Cristopher Steele un ex agente inglés de muy dudosa reputación, quien lo inventó con el propósito expreso de dañar la candidatura de Trump. El Partido Demócrata que remuneró adecuadamente los servicios de Steele, se lo entregó posteriormente al FBI que lo presentó al Juez a sabiendas de su falsedad, para que el Juez autorizara el espionaje a diversos encargados de la campaña de Trump. El Caso Steele muestra en forma clarísima la corrupción de los Medios; asumieron la veracidad de él y lo transformaron en punta de lanza de la campaña que han sostenido contra Trump. Y también la corrupción del Partido Demócrata en Estados Unidos.  Increíblemente Trump mantuvo a Comey un personaje siniestro, a cargo del FBI por 4 meses. Su colega Brennan jefe de la CIA durante el Gobierno de Obama y comprometido en el caso Steele, renunció días antes de la llegada de Trump a la Presidencia. Ninguno de los dos fue perseguido por el Departamento de Justicia de Trump a pesar de sus evidentes culpabilidades. William Barr a cargo del Departamento de Justicia todo el 2019 y hasta Diciembre del 2020 pudo hacerlo y no lo hizo. Dice mucho que Barr renunció o fue despedido, por no querer investigar las denuncias de fraude electoral en la reciente elección presidencial. Antes de él, el cargo lo ocupó el ex senador republicano Jeff Sessions que también hizo la vista gorda en el caso Steele. Barr y Sessions, ambos de la "vieja guardia" del Partido Republicano. No pudo Trump rodearse de personas de su confianza para formar un equipo capaz de cumplir con las metas que se propuso en la elección. Es un problema casi sin solución para gobiernos que pretenden ser revolucionarios y que deben transar con otras fuerzas políticas para no caer en la parálisis gubernativa. 


La Deuda Pública

El tan mentado crecimiento económico del Gobierno de Trump no fue más que fuegos de artificio. Lo alimentó el crecimiento de la deuda pública que en tres años antes de la Pandemia, creció más de 20%. Por si hay alguna duda de la catástrofe de la deuda en Estados Unidos vale la pena leer el artículo que el afamado analista financiero John Mauldin escribió en Septiembre del 2020, en el que estima que la deuda pública de Estados Unidos alcanzará el 2030 al menos el 200% del PGB superando los 50 trillones de dólares. 


CBO: Oficina de Presupuesto del Congreso de los Estados Unidos

De este gráfico se deduce que el Gobierno de Trump no cambió el curso del crecimiento de la deuda. A no ser que Estados Unidos haga reformas drásticas en su sistema público, la bancarrota del país está a la vuelta de la esquina.

Obviamente las cifras de la deuda se magnifican con la Pandemia, pero ellas muestran que la salud financiera de Estados Unidos era ya muy frágil antes de la llegada del Covid-19. El Gobierno de Trump no fue capaz de solucionar este grave problema a pesar que en su campaña prometió el control de la deuda pública. Son muchos en Washington los que apuestan a la fuerza militar y transforman el presupuesto de Defensa en un tumor que amenaza de muerte a Estados Unidos. 


Ministerio Militar

Pareció que en su primer gabinete Trump al incorporar tres militares en puestos claves, contaba con un apoyo de las Fuerzas Armadas que podía entonar al Gobierno de los Deplorables. No era el Partido Republicano un baluarte en el que se pudiera apoyar el flamante Presidente, en buena medida porque Trump, un antiguo demócrata,  hizo de altoparlante de los "deplorables" y por eso líderes republicanos resintieron la llegada del advenedizo: Senadores como Romney y McCain, vacas sagradas del Partido, y la familia Bush, fueron contrarios al nuevo Presidente. El candidato republicano fue indigesto para personalidades republicanas que tradicionalmente se habían identificado con el Establishment. 

El tiempo mostró que el acercamiento a las Fuerzas Armadas era solo una buena intención. El más cercano a Trump el General Flynn que había sido Jefe de la Inteligencia Militar nombrado y despedido por Obama, fue víctima de una encerrona que en tres semanas lo hizo dejar su cargo como Asesor de Seguridad Nacional. Se lo acusó de mentir al nuevo Vicepresidente Mike Pence, ¡su Vicepresidente! sobre sus contactos con el Embajador de Rusia de la época. ¡Toda una telenovela! ¡Qué guión para Holywood y Netflix! El fin de la trama: Pence abandonando a Trump en los últimos días de su Gobierno, descubriendo un secreto a voces de varios años: sus simpatías estaban con el Deep State. Su presencia en la asunción de Biden eliminó cualquier duda.

Trump no defendió al General Flynn de la maquinación del FBI, algo que sus partidarios creen fue clave en la ineficacia de Trump con el Pantano. 

En el breve período que estuvo el General Flynn como Asesor de Seguridad Nacional, se redujo la participación en el Consejo de Seguridad Nacional del Director de Inteligencia Nacional, cargo para el que Trump nombró a un ex senador republicano, Dan Coates, y del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Trump y Flynn posiblemente no esperaban nada de ellos para la tan necesaria renovación política de Estados Unidos, lo que deja en evidencia que el apoyo de las Fuerzas Armadas a Trump estaba lejos de ser universal y que el quiebre con las figuras tradicionales del Partido Republicano era inevitable; la participación de Generales y republicanos tradicionales en el Gobierno de Trump inevitablemente produciría conflictos. La visión de ellos sobre Estados Unidos era distinta a la del nuevo Presidente. Con la salida de Flynn Trump perdió un colaborador leal y con conocimiento de como se estila el uso del poder en Estados Unidos.  

El Secretario de Defensa de Trump James Mattis General retirado con un destacado curriculum, el famoso "Mad Dog" al que Trump cubrió de elogios, duró dos años en el cargo y renunció por un desacuerdo  con Trump (por muchos en realidad) que quería retirar las tropas de Estados Unidos en Siria. Es obvio ahora que Trump no conocía a Mattis antes de nombrarlo y que lo nombró por su prestigio más que por comunidad de ideas con él.

El reemplazo del General Flynn fue otro General, H.R McMaster que permaneció en el cargo como Asesor de Seguridad Nacional poco más de un año. Qué sus discrepancias eras sustanciales con Trump lo demostró al declarar en Febrero del 2018, que la intervención rusa en la elección de Trump era un hecho (el mensaje ridículamente falso de los demócratas y de los organismos de inteligencia), cuando un fallo acusatorio culpó a más de una docena de rusos (chivos expiatorios que reemplazaron al informe Steele cuya falsedad manifiesta lo invalidaba ante cualquier Corte) por interferir en la elección presidencial del 2016. Un mes después McMaster dejó su cargo y se retiró del Ejército.  

El General John Kelly comenzó como Secretario de Seguridad Nacional cargo que ocupó desde Enero del 2017 hasta Julio de ese mismo año. De Agosto del 2017 hasta Enero del 2019 fue Jefe de Gabinete de Trump. Se retiró a los pocos días de la publicación de un libro sobre Trump que cita a Kelly calificando a su jefe como "un idiota" al frente de "una Administración de locos".

Además de los Generales mencionados, Trump al comienzo de su gobierno nombró al nuevo jefe de la CIA,  Mike Pompeo, y al de Estrategias, Steve Bannon, que hicieron parte de su carrera en las Fuerzas Armadas. Parecían un refuerzo del equipo militar. Bannon duró pocos meses y Pompeo reemplazo al primer Secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson en Marzo del 2018. Pompeo continuó en su cargo hasta el fin del Gobierno de Trump paseando su apariencia ridícula de dirigente del Gobierno de Hitler, versión Hollywood. Para Pompeo la pasada por el Gobierno de Trump fue la "pega" de su vida. 

Con visión retrospectiva es posible que Trump se haya apoyado inicialmente en las Fuerzas Armadas para aprovechar las capacidades profesionales de los oficiales que incluyó en su gabinete y por supuesto, por el prestigio universal de las que ellas gozan en Estados Unidos. Debió ser una pesadilla para Trump un recién llegado a Washington y a la política de su país, formar su primer Gabinete. En las Fuerzas Armadas encontró personas que lo ayudaron a resolver el problema. Contra lo que se pudo pensar inicialmente, la presencia de los uniformados en el Gabinete no significó una comunidad de ideas  con el nuevo Presidente. 

La Pandemia  

Es cierto que antes del Marzo fatídico del 2020, cuando se hizo evidente que el Covid-19 golpearía a USA, Trump corría con ventaja para ganar su reelección en Noviembre. El bajo desempleo y el buen estado de los negocios así lo presagiaban. Que ello fuera una consecuencia del aumento de la deuda pública no era problema para los ciudadanos que miran normalmente muy a corto plazo para sus decisiones electorales. La llegada del virus desconcertó al Gobierno de Trump que vio evaporarse la bonanza económica y buscó un culpable para tratar de evadir las acusaciones que inevitablemente habrían de llegarle. Se las endosó a China, a quien Trump y su equipo culparon de las desgracias de los habitantes de Estados Unidos. Así el virus en la jerga de Trump, pasó a llamarse el "virus chino". 

Este Blog se refirió el 21 de Abril del 2020 al manejo deplorable de Estados Unidos en el comienzo de la Pandemia, fruto de muchos años de descuidos y corrupción (varios gobiernos), y de una Administración que hizo lo imposible por esconder la realidad del virus para no dañar las posibilidades de reelección de Trump.



El Shale Oil

Trump se apropió del shale oil como un desarrollo de su Gobierno. Es cierto que durante el Gobierno de Trump Estados Unidos pasó a ser el principal productor de petróleo del mundo, casi triplicando la producción que tuvo el 2003 al comienzo de la guerra de Iraq. 


Pero en este asunto Trump se vistió con ropa ajena. El crecimiento del shale oil en Estados Unidos lo anticipó el 2012 el gran analista italiano Leonardo Maugeri, que incluso predijo en ese momento que la sobreproducción que provocó haría caer el precio del petróleo en el 2015 (antes de la llegada de Trump), como efectivamente sucedió. Este Blog se refirió al mercado del petróleo a partir del 2012, siempre teniendo presente el desarrollo que alcanzaría el Shale Oil en Estados Unidos, aquí; también aquí; también aquí; también aquítambién aquí; también aquí y también aquí

Las Guerras

Trump interpretó muy bien y trató de complacer el sentir pacífico de gran parte de la población en Estados Unidos, aunque no tuvo muchos seguidores en su propia Administración. El aumento del gasto militar (un barril sin fondo) posiblemente fue una concesión a figuras que lo acompañaron en cargos de responsabilidad de su gobierno, imbuidos de las ideas clásicas de la política norteamericana que todo lo trata de arreglar con mayores gastos . Con eso condenó cualquier intento por restablecer el equilibrio fiscal comprometiendo uno de sus principales objetivos, el control de la deuda pública. 

Estados Unidos definitivamente fue más apacible con Trump a pesar de las amenazas estentóreas a países enemigo. No lo fue del todo porque hace un año asesinó  a sangre fría en Iraq al General iraní Soleimani; y porque continuó las guerras que heredó Trump  y de las que no pudo retirar a las fuerzas norteamericanas: Afganistán, Siria, Yemen, Iraq, todas guerras que el público en Estados Unidos no comprende o si tiene alguna idea sobre ellas, se las explica por la necesidad de combatir el terrorismo islámico. Es éste un tema favorito de la campaña que el Deep State ha desarrollado para tranquilizar a la opinión pública, borrando así otros móviles menos generosos y más prosaicos que son las reales causas de sus acciones militares.

Trump asumió una posición muy favorable a Israel desde el comienzo de su Presidencia. Israel se formó como punta de lanza de Occidente en el mundo árabe, una región del mundo que por su petróleo ha sido estratégicamente vital para Estados Unidos. Hoy debido al desarrollo del shale oil,  la dependencia de Estados Unidos del Medio Oriente es mucho menor. De todas maneras parece muy prematuro que Estados Unidos pueda desentenderse de Israel. Para éste la mayor amenaza es la alianza militar de países en torno a Irán y posiblemente es ésa más que la amenaza de la bomba atómica, la que explica la actitud extremadamente belicosa de Estados Unidos con Irán durante los años de Trump en Washington. 

Los Nombramientos

RTVE muestra en este link que Trump debió elegir 27 personas para llenar los cargos directivos de su Gobierno.
La que de por sí es una tarea titánica, pasa a ser imposible para un Presidente sin experiencia política previa, con desconocimiento del entramado del poder en Washington y con el apoyo dudoso de un Partido Republicano en el que muchas de sus figuras tradicionales miraron con suspicacia la llegada de un advenedizo que se guiaba más por las opiniones de sus electores que por la ideología tradicional republicana. No puede sorprender entonces que dos años y medio después del comienzo del mandato de Trump, el diario El País de España sacara la siguiente cuenta: "Entre dimisiones, despidos y renuncias amistosas, la Administración de Trump lleva una cincuentena de bajas relevantes, una cifra de la que no se encuentran precedentes en ningún Gobierno estadounidense de la historia reciente". De los 27 nombramientos iniciales en altos cargos  solo 9 llegaron al fin del período. ¿Puede funcionar una administración en un país con la complejidad de Estados Unido -el país imperial y la Nación Excepcional- con esta rotación de jefes? Difícil, muy difícil.

Varios de los nombramientos de Trump a lo largo de su Presidencia resultan muy difíciles de entender como él de su tercer Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. Se sabía por su pasado que tenía una visión muy distinta a la de Trump y por eso no fue raro que dejara su cargo en malos términos con su Presidente y peor, que escribiera un libro inmediatamente después de su retiro, desprestigiando a quien lo había nombrado.

Conclusión

El Gobierno de Trump mostró por muchos lados ser una permanente improvisación. Es claro que no contaba con un equipo para gobernar por lo que sus nombramientos recayeron muchas veces en personas que no tenían mayor afinidad con Trump ni con los "Deplorables". No supo como enfrentar al Deep State ni pudo desecar "el pantano" en Washington. Su gran solidez fue su apoyo en la gran masa que detesta "el establishment". Éste enterró a juicio de ella, a través de sus diversos gobiernos, al "sueño americano".

Los intentos de progreso en el ámbito de las relaciones internacionales fracasaron. En el caso de Rusia por la trampa de la que Trump fue víctima al comienzo de su mandato. En el Medio Oriente por la extrema identificación de Trump con Israel, quizás buscando a cambio el apoyo de la población judía de Estados Unidos a sus políticas internas. A China Trump la embistió de frente para frenar su emergencia como gran potencia mundial. Sin calificar la intención, la acción de Trump puede haber llegado muy tarde, cuando ya se han consolidado las nuevas fuerzas de China después de su sorprendente progreso económico,  No sería raro que fuese Estados Unidos el que salga trasquilado en su intento de disminuir al recién llegado a la cumbre del poder mundial. 
 
Los cuatro años de Trump le dieron un respiro a Estados Unidos de la avalancha de inmigrantes ilegales. Con la llegada de Biden a la Presidencia, que anuncia volver a las antiguas prácticas, habrá sido solo un respiro. Lo mismo sucede con las "guerras permanentes" que con el nuevo Gobierno retornarán por sus fueros. 

¡Respiros momentáneos que no detuvieron la caída de Estados Unidos!    


      


  
  


  


  









martes, 26 de enero de 2021

Trump y China

El gran capítulo de las relaciones internacionales de Trump es la relación con China. La culpó de abusar en su comercio con Estados Unidos: subsidios ocultos, robo de propiedad intelectual, moneda subvaluada, espionaje industrial etc. Muchas acusaciones. Pero el Gobierno de Trump escondió la dura realidad: la economía de China superó a Estados Unidos y hoy ya es un tercio más grande usando la única medida lógica para comparar tamaños de diversas economías, el índice del PGB ajustado por la Paridad del Poder de Compra. 


Que China sea más potente económicamente que Estados Unidos trae consecuencias. Entre otras el surgimiento de una nueva potencia militar que hace ya muy dudoso el poder imperial de Estados Unidos, por lo menos a escala global.

Nada de raro que la economía de China supere a la de Estados Unidos si su población es al menos cuatro veces más grande que la de Estados Unidos. ¿O querrán las autoridades de Estados Unidos que los ciudadanos chinos se conformen con un ingreso que sea menor a la cuarta parte del ingreso de un ciudadano norteamericano? Son de cuarta clase los chinos? 

El tamaño de la economía china es la "madre del cordero", la razón de las incomodidades de Trump. Trató durante su Gobierno  de esconder esta realidad, algo así como esconder el sol con un dedo. Y comenzó Trump con cuanta acusación encontró a la mano para dañar la reputación china: el 5G, Huawei, el Partido Comunista de China (¿Qué sabrán de él y del mecanismo del poder en China los habitantes comunes y corrientes de Occidente? Obviamente nada. Lo que creen saber es lo que los prejuiciados Medios Occidentales les han metido en la cabeza); la persecución a los disidentes de Hong Kong (una isla con el medio por ciento de la población de China), las islas artificiales que China convirtió en bases militares (¡en el Mar de China!), la persecución a los uigures, otro medio por ciento de la población china cuyo islamismo los líderes occidentales como modernos Quijotes, deben correr a proteger. ¡Qué curioso! los mismos líderes que creen sospechosos a los islámicos de atentar en Occidente contra las bases de la cultura occidental, los mismos a quienes no les tirita la mano para bombardear poblaciones civiles en países islámicos.

Para frenar a China Trump acudió al virus, el oscuro y tenebroso Covid-19. Lo bautizó como "el virus chino" y así con esa denominación lo impregnó en la mente de muchos de sus seguidores. Dos columnas de este blog en el 2020 se refirieron a estas acusaciones: ¿Es China culpable de contagiar intencionalmente a Occidente?  y Estados Unidos, el virus y los cuentos chinos de Trump. Sin duda que a la distancia el control de China sobre el virus parece sospechoso. Sin embargo no es solo China la que ha controlado el virus: también Corea del Sur, Taiwan, Japón, 
Singapur. Todos países junto a China en los que el común denominador parece ser la disciplina de su población.

Estados Unidos de Trump buscó presentar a China como "el cuco del mundo" para que Occidente se hiciera un harakiri (¡uno más!) y cortara su comercio con el Gigante Asiático. Como el juego de los niños en el que uno de ellos que va perdiendo se arranca con la pelota o la esconde. Así resulta el juego para China con Estados Unidos: la globalización y el libre comercio no son una pelota con la que los chinos puedan jugar. 

Después de la Segunda Guerra Mundial Occidente ha visto dos ejemplos asiáticos que treparon a la prosperidad: Japón y Corea del Sur. ¿Copiaron al comienzo de su desarrollo? Con toda seguridad. ¿No han copiado las empresas chilenas que han sido exitosas? ¿No copió Estados Unidos en el siglo XIX las tecnologías europeas? ¿A alguien le pareció mal? Todos han copiado. ¿Es el magnífico ejemplo de crecimiento económico de China en tan corto tiempo, atribuible a la aptitud de los chinos para copiar? Los ayudó seguramente, pero hay que ser muy limitado de entendederas para despreciar en el éxito chino la laboriosidad de su población, su ingenio, su capacidad intelectual, la larga historia cultural china, su sabiduría. Muchos factores que se suman a los milagros que trae el abrirse al comercio internacional y permitir que los ciudadanos desarrollen libremente su capacidad de emprender.

Una señal del crecimiento económico chino lo constituyen las hordas de turistas chinos que pululan por las capitales de algunos países europeos. ¡Una verdadera revolución! Adonde llegan todo lo inundan. ¿Escalofriante para los europeos? La verdad es que ya se han acostumbrados. Sufrieron la misma avalancha a comienzos de los 60. Con una diferencia: en esa época eran hordas incultas de Estados Unidos que iban a gastar a Europa su prosperidad. Después otra avalancha con cámaras fotográficas: los japoneses. Ahora es el turno de lo chinos que no tienen por qué ser diferentes a sus rivales de Estados Unidos o Japón. ¡Nada nuevo bajo el sol! 

China y otros países asiáticos juegan un papel como causantes de los dolores de Estados Unidos que tan bien reflejan los "Deplorables", los partidarios de Trump. Pero ellos son causantes pasivos de los males que ha traído un desarrollo muy propio de Estados Unidos, la Revolución Tecnológica actual, y son inocente de otros males que son exclusiva responsabilidad de Estados Unidos.

El crecimiento económico chino que duplicará o triplicará su economía actual, podría ser el factor que lleve el estándar de vida de los chilenos a un nivel semejante al de los países desarrollados. No en vano China es hoy y claramente, el principal socio comercial de Chile. El sueño del pibe para los chilenos: China hoy el primer mercado automotriz del mundo,  convirtiendo su parque automotor a la energía eléctrica. ¿Cuánto aumentaría la demanda por cobre? 

Doloroso para Estados Unidos ver que el futuro no le pertenece. Alcanzó a sentirse Nación Excepcional y se creyó todopoderosa. Ahora tendrá que convivir en un mundo donde otra sociedad será por muy lejos, más importante. ¡Qué vueltas da la historia!

¡Bienvenido el multilateralismo y la riqueza que trae la diversidad!