viernes, 11 de noviembre de 2011

Putin y la Candidatura Presidencial

Putin como candidato a Presidente  provocó la esperada reacción de los medios internacionales que sienten una profunda antipatía hacia el actual Primer Ministro ruso. Pero otra es la simpatía del pueblo ruso que al momento de la decisión de la candidatura, apoyaba con un 68% a Putin. Su elección como candidato se debió en primer lugar a esta cifra, superior y más firme que la de Medvedev. Se explica este apoyo porque Putin controló la situación caótica de finales de los noventa, en que Rusia arriesgaba caer bajo el dominio de las mafias o de los oligarcas, y se debatía en una grave crisis económica; y porque él presidió una impresionante recuperación económica que  permitió mejorar dramáticamente el nivel de vida de la población y evadir la reciente crisis sin graves daños.

El gobierno de Putin  dio también tranquilidad y seguridad a Rusia,  que debió vivir un trágico y turbulento siglo XX, como no lo tuvo ningún otro país.  La presencia de Putin ha sido muy importante para neutralizar  los desafíos de la región caucásica, o eventuales problemas en las FFAA, donde se han eliminado al menos, 150.000 oficiales, o la presión de Occidente y la OTAN para arrinconar a Rusia.

A Medvedev que hace más fáciles las relaciones con Occidente,  le debe haber jugado en contra con las grandes mayorías rusas, su aparente sofisticación, modernidad y cosmopolitismo. Putin es más “ruso”, es más fácil la identificación del pueblo ruso con él. 

Tener un líder con más fuerza es importante para un país que por sus recursos naturales y pos su inmensidad se expone a recibir “mordiscos”. Y con mayor razón por su fuerza militar (arsenal nuclear) que debe ser al menos una piedra en el zapato norteamericano, y por su independencia en materias internacionales (una larga tradición de más de trescientos años). Un país así en manos aparentemente débiles, es un riego no solamente para la seguridad propia, sino que para todo el mundo. Putin se impone por presencia y se sabe que con él a cargo, no se juega con Rusia. Su permanencia hace difícil  que Occidente invente una nueva guerra de Georgia o que las reformas a la sociedad rusa generen situaciones incontrolables.

Publicado en Estrategia