miércoles, 12 de febrero de 2020

Rusia y Venezuela.

Que Rusia mantenía buenas relaciones con el régimen de Maduro en Venezuela era cosa conocida. Hace un año atrás este Blog  (VENEZUELA Y LOS PODEROSOS) dio cuenta que Venezuela se había transformado en campo de batalla de los "perros grandes": USA, Rusia y China. 

Como la diplomacia chilena vive en la luna respecto a los grandes sucesos mundiales, el Presidente de la República Sebastián Piñera no halló nada mejor que en enero del 2019 apersonarse en Cucuta, Colombia, con el propósito de promover la caída de Maduro, ignorando los potentes aliados internacionales que lo sostenían. Piñera se unió en Cucuta al personaje que levantó Estados Unidos para derrocar a Maduro, Juan Guaidó, el hombre que ostenta un título curioso, el de Presidente Encargado de Venezuela.  El anfitrión en Cucuta fue  el Presidente Duque de Colombia. ¿No supieron los presidentes de Chile y Colombia que  rusos y chinos estaban apoyando militarmente a Maduro? No por nada Rusia había enviado una delegación visible de militares al igual que China. Y más aún Rusia envió a Venezuela una tarjeta de visita en Diciembre del 2018: dos bombarderos estratégicos -sí, los que usualmente cargan bombas atómicas. Y ésto pocos días después de una visita de Maduro a Putin en Moscú. ¡Más claro echarle agua! 

La vanidad de Piñera fue más fuerte que su preocupación por lo que le pudiera suceder a Chile; mal que mal su visita  alimentó muchas fotografías y reportajes en los Medios de quien se creyó flamante líder latinoamericano. ¿O quizás el hombre recibe órdenes de Estados Unidos? Pareciera que la visita de Piñera a Cucuta de Enero del 2019 fuera de su programa veraniego y que interrumpió  sus vacacioneshace pensar en una orden  perentoria de Washington de poner la cara democrática para impulsar lo que resultó en un intento fallido de sacar a Maduro.

Así fue como Piñera metió de cabeza a Chile en medio del baile venezolano (y Duque a Colombia),  en un momento en que la Venezuela de Maduro ya no era un perro abandonado a su suerte. Chile entró a jugar el partido de USA cuando Maduro y su régimen eran ya "allegados" de la Rusia de Putin.

Hoy en Febrero del 2020 la cueca continúa. Estados Unidos trata de resucitar a Guaidó: Trump lo presentó al Congreso Pleno la semana recién pasada y al día siguiente lo recibió en la Casa Blanca. Para más y como señal del acuerdo bipartisano sobre Venezuela, Guaidó se entrevistó con Nancy Pelosi. Todo el poder político de Estados Unidos tras Guaidó y el derrocamiento de Maduro que ahora debe ser percibido en Estados Unidos como una acción inevitable después de la evidente solidaridad del venezolano con las revoluciones en Chile y Colombia.

La respuesta rusa fue casi instantánea. El Ministro de Relaciones Exteriores Lavrov viajó a Venezuela y sus declaraciones fueron a prueba de tontos. (¿Las habrán leído en la Cancillería Chilena?). 

Dijo Lavrov: "Rechazamos las sanciones ilegales, los métodos de chantaje en las relaciones internacionales, así como cualquier otra medida que socave los principios de la Carta de la ONU, sobre todo la injerencia en los asuntos de los Estados soberanos y los intentos de amenazar con el uso de la fuerza".  "Lamentablemente, la crisis en torno a Venezuela tiene sus orígenes en los intentos de lanzar una campaña a gran escala con el objetivo declarado de derrocar al Gobierno legítimo por todos los medios, como dicen los organizadores de esta campaña, incluyendo por la fuerza. Consideramos absolutamente inadmisibles esos guiones"
"Por supuesto, vamos a desarrollar nuestra cooperación técnica militar para asegurar las capacidades de defensa de nuestros amigos, especialmente ante las amenazas externas"

De modo que  el "allegado" a la casa de Rusia ahora ha pasado a ser hijo adoptivo. El Padre ruso defenderá con todo su poder al nuevo hijo  mal criado, a pesar de sus pésimos antecedentes.

¡Atención pensadores del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile! Chile se alineó con Estados Unidos en contra de Maduro (que en el 2019 siguió recibiendo apoyos militares de Rusia), participó activamente en el Grupo de Lima cuya formación promovió, y llegó al extremo de anunciarle la guerra a Maduro según declaraciones del Ministro Ribera del 15 de Octubre del 2019, tres días antes del ataque al Metro santiaguino. Hoy ese mismo Maduro cuenta oficialmente con todo el respaldo ruso y por tanto chino (China y Rusia mantienen una estrecha alianza especialmente en el campo militar). ¿Entenderán nuestros sesudos especialistas que hoy no basta hablar en Washington? Es necesario que viajen a Moscú y a Pekín y no precisamente a hablar del Corona Virus, si quieren que  Chile se pacifique y retorne a la normalidad. Obviamente no son ni Piñera ni Ribera los adecuados para encabezar una misión chilena a esos destinos. 

¿Se puede dudar que el comienzo del llamado "estallido social", la destrucción del Metro de Santiago y los saqueos e incendios de cientos de locales comerciales, tuvo "algo"  que ver con Maduro y Venezuela, el hijo adoptivo de las super potencias emergentes? ¿No dijo Piñera que Chile estaba en guerra apenas sacó el habla después de los primeros atentados? ¿A quién se refirió? ¿No comprometió estúpidamente a Chile en los esfuerzos por derrocar a Maduro? ¿No cabía esperar una devuelta de mano de éste y sus padres putativos?

El enemigo que Chile compró gracias a Piñera, hoy aparece con dos grandes potencias a sus costados: China y Rusia que algo saben de revoluciones.¡Dos perros grandes de los que muerden fuerte!