La Cordillera de los Andes en Chile y Argentina alcanza dimensiones que la hacen especialmente dramática. Vasta región prácticamente deshabitada por las condiciones que imperan en ella muy adversas para el ser humano, es un espectáculo maravilloso por el colorido y las formas caprichosas y dramáticas de las montañas que la conforman.
Cruzar la Cordillera de Los Andes en la parte central de Chile es un programa obligatorio para los viajeros que llegan de otras latitudes a este rincón del mundo que es el sur de Sudamérica. En Otoño los colores de la vegetación en las zonas altas de Argentina son espectaculares, especialmente alrededor de Uspallata, un lugar de paso en la carretera pero que merece una detención de al menos un par de días.
A partir de Mayo y hasta Septiembre hay que estudiar el clima para el día del cruce y revisar el pronóstico para Santiago y para Mendoza. Los temporales pueden llegar de ambos lados. A pesar del intenso tráfico de autos y camiones, el cruce puede ser peligroso en días de tormenta.
Desde Santiago se llega al límite internacional en dos horas. Por el lado argentino el camino lleva a Mendoza en tres horas. El tiempo que tome el paso por las aduanas es imprevisible. Puede ir desde veinte minutos a varias horas dependiendo del tráfico, por lo que es recomendable evitar el cruce en días que visitantes chilenos o argentinos aprovechen los festivos para viajar al país vecino. Las aduanas lamentablemente son un monumento al espíritu anacrónico de las burocracias públicas de ambos países.
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