lunes, 11 de mayo de 2020

¿Tropezará Piñera Dos Veces en la Misma Piedra?


¡De nuevo Chile en medio de los enredos mundiales!  

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Piñera y su Gobierno ya tropezaron una vez gracias a Estados Unidos. Fue cuando actuaron de comparsas del plan del Gobierno de Trump para derrocar a Maduro en Venezuela. No fue gratis el tropezón. Mucho de lo que pasó a partir del 18 de Octubre del 2019 en Chile, el llamado "estallido social", fue consecuencia de la complicidad chilena en el plan de Estados Unidos. Un desquite (no muy significativo) de Venezuela con Estados Unidos a través de dañar a uno de sus aliados. Si Piñera se hace nuevamente cómplice de Estados Unidos esta vez en el desafío a China, el desquite podría ser muy costoso para Chile. 

Una pésima noticia, una verdadera pesadilla: el Jueves 7 de Mayo Trump llamó a Piñera. El Gobierno de Chileno dice que el llamado sirvió  para discutir la vacuna para el Covid-19. El Gobierno de Estados Unidos mencionó solo vaguedades para explicar esta muestra del interés de Trump por Chile. Obviamente nadie dice la verdadera razón del llamado. Pero es claro que el Presidente de Estados Unidos no pierde su tiempo en vaguedades. Menos hoy con el Covid-19 haciendo estragos en su país. Y menos aún cuando el Gobierno de Estados Unidos está empeñado en una campaña de Medios inmisericorde en contra de China, una de las fórmulas de agresión más potente en la llamada guerra híbrida. ¿Querrá Trump que Chile solidarice con la alianza que construye para quitarle el aire a China? 

Trump como administrador de la pandemia ha sido una verdadera desgracia para Estados Unidos, quizás porque su cabeza está puesta en su próxima reelección (dudosa al día de hoy).  Al menos por 45 días y contra la opinión de los especialistas, se dio el lujo de ignorar un virus que supuso no se atrevería con la Nación Excepcional. Hoy el virus le ha hecho los primeros cariños a su país: 80.000 muertos. El  Presidente Trump abrumado sin duda por esta desgracia gigantesca en la que ha tenido mucha responsabilidad, de la noche a la mañana se convirtió en “boticario” recetando remedio caseros absurdos para controlar el Covid-19.  

Trump ahora hace de pitoniso y se viste con ropas de guerrero. Acusa sin fundamentos a China de los problemas que le ha creado al mundo el Covid-19 y lanza una campaña a todo trapo por los Medios y Redes Sociales (videos incluidos por supuesto) denunciando la maldad china. Su Secretario de Estado Pompeo se sumó a la campaña que lidera su jefe. Y ha debido retractarse discretamente según informa ABC News el 7 de Mayo. 

¡Y pensar que Trump fue la promesa que parió Estados Unidos para drenar el pantano de Washington!  Casi como para pensar que “el remedio fue peor que la enfermedad”. Casi... porque hay que recordar que al frente de Trump estaba la mafia del Partido Democráta encabezada por Hillary Clinton, la misma que se refociló después del asesinato de Gaddafy y que corrompió a su Partido al momento de la Primaria que la ungió como candidata a Presidente. Su campaña lo rescató de la quiebra, y por eso una vez se hizo público este manejo gracias a Wikileaks, debió renunciar la entonces Presidente de los demócratas).


Ahora el llamado de Trump a Piñera es muy grave. Obviamente no han hablado de vacunas. Otro se encargan de estos temas en la administración pública, y más cuando se trata de un albur a meses (¿años?) vista. ¿Habrá que tomar en serio la declaración de  Trump que “ofreció asistencia para ayudar a Chile a brindar cuidados críticos a sus ciudadanos” (El Mercurio)? Imposible. Sería como el ciego ofreciendo guiar al tuerto. Al fin de cuentas es Estado Unidos él de los 80.000 muertos, no Chile con sólo 300. La diferencia está en que Chile temprano en Enero, llamó a China, fue informado en detalle del problema y reaccionó en consecuencia. Trump por su parte hizo caso omiso de la información china y hoy los muertos están a la vista. 


El llamado de Trump a Piñera inevitablemente recuerda las acciones en contra de Maduro, el papelón de Cúcuta y naturalmente, la acción terrorista contra el Metro de Santiago (a menos que se crea que ésta fue acción de jóvenes chilenos buscando protestar contra lo humano y lo divino). Chile se convirtió en el adalid de la campaña contra Maduro llegando al extremo de declararle la Guerra tres días antes del episodio del Metro de Santiago, por intermedio del Ministro Ribera de Relaciones Exteriores (aún sigue en funciones como demostración que no hablaba por su cuenta y que no fue a él a quien se le arrancó el caballo). Piñera quizás víctima del halago, siguió en ese entonces las instrucciones de los loquillos del Departamento de Estado de Estados Unidos (aunque un amigo que conoce bien a Estados Unidos, dice que éste no da instrucciones. ¿Será cierta  tanta virtud democrática?). Y así Chile se convirtió en un blanco apetitoso para la Venezuela de Maduro y la Cuba Castrista, y para sus padrinos chinos y rusos que donde pueden afilan un hacha contra Estados Unidos. Y nada mejor que afilarla contra los aliados pequeños, inermes y débiles, del vecino del Norte. Nada puede ser más peligroso para un país hoy que ser aliado de Estados Unidos porque en la Guerra subterránea de éste con China y Rusia, el aliado inerme pasa a ser blanco privilegiado de éstas potencias. ¿O acaso no es válido el dicho que la cadena se corta por lo más débil? Más aún cuando se sabe que Estados Unidos no defiende a sus aliados. Valga al respecto la experiencia chilena de Octubre: ¿Qué hizo Estados Unidos para defender a Chile de la agresión que sufrió en ese entonces?


El riesgo de Chile hoy es la vanidad de Piñera. ¿Inagotable? Podría serlo. Nadie garantiza que haya escarmentado y que ahora se conforme con el modesto encargo de la Presidencia de Chile, tirando por la borda todos sus sueños de ser un líder mundial. Los cantos de sirena aún a la “vejez viruela” pueden ser irresistibles. Y no cuesta mucho imaginar la cara de satisfacción y orgullo  de Piñera enfrente de los alcaldes después de retornar a la reunión con ellos, interrumpida por los 20 minutos que Su Excelencia debió retirarse para atender la llamaba de Potus, el Presidente de los Estados Unidos.  Piñera peca de anacronismo (¿no le gusta pasearse por Europa como si aún la Vieja Europa fuera muy importante?) por lo que mucho le costará entender que Estados Unidos ya no es el país que él conoció en su juventud, el país que tuvo el liderazgo del mundo  y que hoy día está por verse si podrá lidiar sin desintegrarse, con sus graves problemas internos y con la aparición en la primera escena mundial de estos monstruos del poder que son China y Rusia. 


¿Le recordará alguien a Piñera que China es el principal sociocomercial de Chile? ¿Le recordarán  que China tiene  una economía a la que le queda mucho camino por recorrer aún y que por eso mismo podrá sortear con relativa facilidad los problemas que traiga el Covid-19? ¿Le recordarán que la Reserva Federal, Obama y Trump conectaron la economía de Estados Unidos a un respirador artificial, y que ahora por el virus, al tiempo que el mundo parece caerse a pedazos, tendrá problemas muy graves para no derrumbarse?


China vino a la primacía económica mundial para quedarse. ¿Sus apoyos? Su cultura milenaria, su laboriosidad, la inventiva de su gente, su disciplina social. Y por supuesto el tamaño de su población (1400 millones de habitantes). Irresistible resulta reproducir un programa de la BBC con un periodista inglés bastante histérico aunque podría ser el estilo que exige el programa (transcripción de la entrevista), buen exponente del Occidente de hoy y especialista en Hard Talk, y el Embajador de China en Inglaterra por los últimos diez años, un hombre modesto, sobrio y sereno que no hace aspavientos porque no lo necesita: es el representante de un país cuyos hechos hablan por sí solos, el país que hoy le da cancha, tiro y lado a un Occidente en el juego preferido de éste, el de los negocios.

Estados Unidos y sus aliados se comportan ante China como un perro neurótico que observa que un perro grande y apacible ha venido a invadir su territorio. Ladridos y más ladridos que el perro grande que no está para peleas, deja pasar hasta que… pierde la paciencia y pone al neurótico en su lugar. Explicable la reacción frenética del Gobierno de Trump en un momento que a su país lo agobian las propias pulgas que ha cultivado por años. Estados Unidos ya no es el único en el escenario de los líderes del mundo.


Es ineludible que en Chile intervengan y rápido, las Comisiones de Relaciones Exteriores del Congreso para investigar los compromisos que pueda estar asumiendo Piñera y que podrían llevar a Chile a una desgracia peor a las que ha vivido en los últimos seis meses. La inconsciencia presidencial podría crear un "casus belli" esta vez no contra Venezuela. El enemigo ahora sería la principal potencia económica del mundo y que no se olvide, principal socio comercial de Chile: China. 

1 comentario:

  1. Hace años un político de una pequeña autonomía de España le aconsejaba al Presidente de España no meterse en peleas de perros grandes. No le hizo caso y el resultado fueron los terroríficos atentados de la estación de Atocha en Madrid. Chile, no se meta en peleas de perros grandes que saldremos mordidos

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