lunes, 23 de julio de 2012

Finlandia: Cenicienta del Imperio

Helsinki, que era una ciudad marginal del Imperio Ruso hace cien años atrás, hoy es más importante que San Petersburgo.
A Finlandia la gobernaron los zares por más de cien años y por eso fue parte del Imperio Ruso hasta 1917. No estuvo ajena a la Revolución Comunista. Enfrentó una guerra civil en la que los bandos eran los mismos de Rusia: rojos y blancos. Triunfaron los blancos y establecieron un gobierno republicano y democrático.

En ese entonces, las descripciones del mundo finlandés eran muy semejantes a las del mundo ruso: un país agrario con grandes masas de campesinos ignorantes, atrasados y alcoholizados. Era una “finis terrae” de poca población, con una emigración significativa a EE.UU. Al comienzo de la Segunda Guerra la URSS, con el beneplácito de Alemania, trató de recuperar esta parte perdida del Imperio, como lo hiciera con los Estados Bálticos. Pero Finlandia el pequeño e ignorado país de campesinos, pudo enfrentar la invasión soviética y hacerse respetar. Posteriormente, en 1941, participó activamente en el ataque a la URSS, como parte de la alianza encabezada por Alemania. Viendo los finlandeses la guerra perdida ya el año 1943, buscan la paz con la URSS y la consiguen después de detener la ofensiva soviética del año 1944.

Pero fue una paz precaria y que Finlandia debió administrar con extrema cautela hasta la caída del mundo soviético. A pesar de todas estas vicisitudes, Finlandia pasó de la vida agraria al mundo postindustrial, y se convirtió en modelo político y económico. Helsinki, que era una ciudad marginal del Imperio Ruso hace cien años atrás, hoy es más importante que San Petersburgo, la brillante capital del Imperio Ruso en ese entonces, a pesar de tener solo la cuarta parte de la población. Mientras, la vieja capital imperial hoy sólo puede arreglar las fachadas de sus edificios (los interiores quedan tan decrépitos como en la época comunista), Helsinki y Finlandia están en la alta tecnología.

El “testigo” del experimento comunista soviético, la única área del Imperio Ruso que no tuvo que someterse a la “genialidad” comunista, es más que elocuente. ¿Cuánto años necesitará Rusia para alcanzar a Finlandia, la Cenicienta de su sistema? ¿Cincuenta? ¿Cien?

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