jueves, 20 de marzo de 2014

La Importancia de Polonia

Polonia comparte con Rusia el trágico honor de conocer los extremos a los cuales puede llegar la "humanidad".

Dos años y medio atrás escribí la columna que transcribo, preocupado entonces por una Polonia que no pudiese controlar su resentimiento, antipatía y odio a Rusia. Por cuarenta y cinco años la presencia del Ejército Soviético como Ejército de Ocupación mantuvo a Europa Central y con ella a Polonia, sujeta con la paz de las bayonetas. Vino el fin de la Unión Soviética y la Unión Europea con una comprensión cabal del volcán que había bajo sus pies, actuó con rapidez para impedir cualquier situación que reavivara los antiguos problemas europeos e incorporó a su sistema a las antiguas naciones de Europa Central.

La crisis desatada en Ucrania ha permitido que afloren las antiguas odiosidades.

Hoy vuelan los aviones de EEUU sobre Polonia y los de Rusia sobre Bielorrusia. En Europa Central y Europa del Este asoma el fantasma de la guerra. La moderación y prudencia polaca es más necesaria que nunca.

23/09/2011

La Importancia de Polonia

Polonia que ya se ha consolidado políticamente, es un país fundamental para la tranquilidad y paz del mundo. Pero no lo es ni por su economía, con un ingreso per cápita de US$20.000 que crece en forma constante y a buen paso, ni por su población que se acerca a los 40 millones de habitantes. Ella se asienta en lo que fue el territorio de las mayores tragedias del Siglo XX, donde murieron en forma trágica decenas de millones de seres humanos. Polonia comparte con Rusia el trágico honor de conocer los extremos a los cuales puede llegar la "humanidad". Este pasado tormentoso y lleno de dolor no se olvida ni en setenta, ni en cien años y, posiblemente, ni siquiera en doscientos años. Debemos pensar que durante muchas generaciones estarán vivas las heridas atroces que sufriera en el siglo pasado la sociedad polaca. La vigencia de Katyn (el asesinato de los oficiales y de la élite polaca a manos de la máquina estatal soviética) confirma esta realidad. ¿Podrá Polonia, con esta carga abrumadora, convivir normalmente con quienes fueran sus peores enemigos en el siglo pasado, Rusia y Alemania? (el problema más grave es con la primera). ¿Podrá Polonia adherirse plenamente a los códigos de la Unión Europea? ¿Entenderá que ella se ha construido sobre una amplia amnistía y olvido de las luchas del Siglo XX? ¿Qué hay que mirar para adelante a fin de no resucitar las viejas querellas? ¿Que el desarrollo del comercio con los antiguos enemigos es fundamental para una relación saludable en el futuro? Las respuestas a estas interrogantes no son triviales. Polonia lidera a un grupo de países europeos con los que comparte sentimientos, que suman al menos 100 millones de habitantes. La responsabilidad, moderación y prudencia polaca son fundamentales para evitar conflictos que fácilmente pueden involucrar a USA, la UE y la OTAN en contra de Rusia y para abandonar, de una vez por todas, la lógica de la Guerra Fría. No se puede descartar que el cerco que Occidente tendió en torno a Rusia en años recientes, tuvo mucho que ver con Polonia, que así demoró y dificultó la nueva inserción rusa en Europa y, por tanto, el paso necesario y fundamental para que Europa no caiga en el futuro, en las desgracias del pasado.

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