lunes, 3 de diciembre de 2012

Cataluña ¿La Tormenta Perfecta?


El independentismo catalán por la desesperación de su población, se hará aún más potente, aunque no tenga conducción política a través del sistema establecido.


“Hemos pasado de un Parlamento autonómico a uno ‘soberanista’, es algo histórico”.

Es el sentir de los independentistas catalanes que alcanzaron el 62% de los votos en la renovación del Parlamento (sin considerar a las pequeñas agrupaciones que no obtuvieron diputados), el mismo 62% que esos partidos obtuvieron como “regionalistas” sin proclamar la causa de la Independencia en las elecciones anteriores. Si antes el 62% del electorado era sólo regionalista, ahora el 62% es independentista, un cambio radical. A ese porcentaje hay que sumarle una parte del electorado de los socialistas de Cataluña. Así las cosas, hoy los independentistas son cerca del 70% de los catalanes.

¿Entonces, por qué el centralismo español cantó victoria después de las recientes elecciones en Cataluña? Sólo por la pérdida de diputados de un partido independentista, que fueron reemplazados por diputados de los otros partidos independentistas. ¡Magro consuelo!

El cambio de las fuerzas al interior de los independentistas complica la dirección de este movimiento, más aún cuando deben acordar políticas para el Gobierno Regional en medio de la crisis económica. ¿Quién dirigirá a esta potente corriente que puede ser muy destructora si no se la encauza adecuadamente? ¿Disminuirá por una dirección ausente o sin coordinación? Difícil, porque movimientos tan radicales obedecen a razones muy profundas, en este caso el fracaso del Estado español que ha sumido a España en una crisis catastrófica que ya dura cuatro años. (El déficit del gobierno está sobre el 8% del PGB, la morosidad bancaria es del 12% de los créditos, el PGB sigue cayendo, la deuda pública ha crecido al 90% del PGB y el desempleo ya se proyecta en el 27%).

El independentismo catalán por la desesperación de su población, se hará aún más potente, aunque no tenga conducción política a través del sistema establecido. Ayudarán a ello el Gobierno español y los centralistas que “torean” a los catalanes y no buscan una salida “civilizada” a este divorcio político. Los ingredientes parecen ser explosivos para el sistema institucional español, una olla sin válvula de escape para el separatismo catalán.

Publicado en Estrategia

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