lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Crisis eléctrica?

En construcción hay 24 centrales con una capacidad de 2.670 MW que más los 800 MW de capacidad ociosa, suman 3.470 MW para satisfacer los incrementos de demanda

Los últimos veinte años (1990-2010) de la electricidad en Chile son un categórico mentís a la campaña de HidroAysén: la demanda sólo se duplicó y la capacidad de generación se cuadruplicó.

Un gran éxito de la capacidad empresarial chilena en este sector. En estos veinte años el Estado sólo intervino para orientar la generación hacia el gas argentino. Los resultados ya los conocemos: por siete años nos beneficiamos de un gas y energía barata, para tener que encontrar fórmulas de generación de emergencia cuando los vecinos cerraron la llave del gas. Aquí se encuentra la raíz del alto costo actual de la energía eléctrica en Chile: una mala indicación del Estado que obligó a una matriz con mucho diésel y fuel oil, precisamente cuando el precio del petróleo en el mundo se encareció dramáticamente.

La capacidad de generación de Chile hoy es 18.277 MW, de los cuales hay que restar 800 MW en centrales a gas que no se utilizan. La capacidad real al día de hoy entonces es de 17.477 MW.

En construcción hay 24 centrales con una capacidad de 2.670 MW que más los 800 MW de capacidad ociosa, suman 3.470 MW para satisfacer los incrementos de demanda. Por otra parte, compañías de primera línea han anunciado en el curso del año proyectos de generación por un total de, al menos, 3.000 MW (no se incluyen los proyectos HidroAysén, Castilla, Punta Alcalde y Río Cuervo). De esta manera hay 6.470 KW en construcción o en vías de construirse, casi un 40% de incremento en la capacidad de generación. Se cubre así el aumento de demanda de los próximos diez años si ella crece al ritmo que lo hizo entre 1990 y 2010.

A lo anterior hay que añadir futuros incrementos en la generación eléctrica por el “shale gas” de USA, que ha alcanzado precios muy competitivos, y por la tendencia de las compañías mineras a la autogeneración. La cifra extraordinaria de inversión extranjera de la cual una parte sustancial se orienta a inversiones eléctricas, es también un indicador de la magnitud que alcanzará la futura oferta de electricidad.

¿Para qué entonces HidroAysén?

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