domingo, 9 de noviembre de 2014

Ucrania: A Buen Entendedor Pocas Palabras

¿Pueden estar tan ciegos los ucranianos como para llevar a su país por el camino que ya transitó trágicamente Iraq?

En declaraciones a los medios el Comandante de las Fuerzas Militares de la OTAN en Europa, el General de la Fuerza Aérea de EEUU General Breedlove, señaló que "hemos visto que la línea del Frente de Combate en el Este de Ucrania se endurece y se transforma en una nueva frontera, mientras la actual se ablanda y se hace más porosa". En buen castellano: la frontera del Este de Ucrania se ha desplazado y los territorios bajo control de las fuerzas separatistas dejaron de formar parte del territorio de Ucrania. Dice el general Breedlove que es muy poco lo que pueden hacer las fuerzas de la OTAN para remediar esta situación.


Comandante de las Fuerzas Militares de la OTAN en Europa, el General de la Fuerza Aérea de EEUU Breedlove





"A confesión de parte, relevo de pruebas". Nuevos territorios ucranianos llegan entonces a Rusia (bajo la ficción de los nuevos estados de Donestk y de Lugansk) y se suman a los incorporados de Crimea al comienzo de la actual crisis.  



El uso de la fuerza militar ha resultado catastrófica para Ucrania. Si insiste en ella  encontrará  nuevas y peores derrotas. Ninguna ayuda efectiva podrá obtener de sus aliados occidentales como claramente lo expresa el General Breedlove. Occidente no se enfrentará con una Rusia a la que ha puesto en pié de guerra y que llegado lo peor, está preparada para asumirla. Estados Unidos  ya mostró su juego. No arriesgará por Ucrania una guerra nuclear ni conflictos militares. Su interés es alejar a los occidentales de los negocios o de las inversiones en Rusia y a las grandes compañías occidentales del petróleo ruso. Para ello las sanciones vigentes contra Rusia se pueden prolongar e incluso eternizar como bien lo muestran los casos de Cuba e Irán. "Una Rusia atrasada garantiza la seguridad del mundo" parece ser el predicamento de EEUU. Le basta para ello con la guerra de las comunicaciones y de las imágenes en la que ha aplastado a Rusia, y con la guerra económica. Ayuda por supuesto en este afán de retardar a Rusia el reinicio de la carrerra armamentista que ya bien se sabe como puede desangrar a los países.

Ucrania debe entender que el único camino viable es un acuerdo con Rusia sin presiones militares de ninguna especie. Debe reconocer y aceptar que ella no es un fruto apetecido sino más bien una fruta podrida de la cual nadie quiere hacerse cargo. Rusia que como vecino huele la podredumbre ucraniana y sabe que puede afectar su propia existencia, es el único país que tiene real interés en una Ucrania sana. 

El orgullo ucraniano o el odio o resentimiento de parte de su población, no son buenos consejeros. Es el momento para Ucrania de aprender de experiencias ajenas. La más recomendable es la de Finlandia que después de las dos guerras contra la URSS entre el 39 y el 44 y de muchos muertos de por medio y pérdidas territoriales que incluyeron ni más ni menos que a la ciudad de Viipuri, un orgullo finlandés, reestableció la vieja buena relación que Finlandia mantuvo con la Rusia de los Zares, esta vez con la URSS. Gracias a ello Finlandia vivió en el mejor de los mundos durante la Guerra Fría aprovechando el comercio con la URSS y el bienestar occidental para enriquecerse y transformarse en el Estado ejemplar que es hoy. ¿Quién lo habría dicho hace setenta años atrás? Era la época de la "pobre y lejana" Finlandia. 

Otro caso interesante que los ucranianos deben estudiar es el de Georgia que tuvo la peregrina idea de enfrentar militarmente a Rusia en el 2008. Después de seis años de darse cabezasos con las paredes, pareciera que los Georgianos están recapacitando. Esta semana se produjo un reacomodo en el Gobierno de Georgia que le costó la salida  a varios "cabezas calientes" partidarios de colocar a Georgia bajo el alero de la OTAN. La fuerza dominante hoy en el gobierno de Georgia es partidaria de llegar a un entendimiento con Rusia para así reestablecer la normalidad de las relaciones. Un conflicto permanente con Rusia por el placer de bailar al son de la música occidental en los últimos seis años  y la casi nula disposición de Occidente de jugarse por Georgia (con justa razón), han vuelto a la mayoría de los georgianos a mirar el que ha sido su camino tradicional.

Ucrania todavía puede volver atrás y olvidar los cantos de sirena occidentales. Los rusos saben de paces generosas (como la que hicieron con Finlandia en 1944)  aunque la publicidad occidental nos quiera convencer que ellos son monstruos de otro planeta. Si este año la respuesta rusa a Occidente fue moderada y mínima considerando la gravedad del desafío a la que fue sometida y no se dejó llevar a un enfrentamiento armado masivo, fue porque para Rusia  un conflicto con Ucrania es doloroso como el que más. No es el caso de los occidentales para quienes Ucrania vale tanto como un cero a la izquierda.  Y menos para los "enredosos" del Departamento de Estado de los EEUU y de la OTAN que estarían felices de tener en Ucrania al Iraq del Este de Europa, el país del conflicto y del caos permanente. Ucrania como campo de lucha entre  pro occidentales y pro rusos, entre católicos romanos y cristianos ortodoxos. Una copia de Iraq y de sus luchas entre sunnitas y shiitas, una "majamama" que enrede a Rusia y dificulte su progreso.

 De los ucranianos dependerá entonces si su país consigue el terrible honor de convertirse en el Iraq de la Europa del Este. Pero también este es un asunto que debe ser considerado seriamente por los europeos. ¿Querrán un nuevo Iraq en Ucrania? ¿Un Iraq dentro de Europa?  








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